Decía el famoso mitólogo estadounidense Joseph Campbell que en todas las épocas se han necesitado héroes. Y llevo pensando todo el día en esta frase porque, justamente hoy, he visto el último capítulo de una serie que me ha fascinado: “Perdidos”; una serie que, por lo visto, está basada en “El viaje del héroe” de Campbell.
“Debemos desprendernos de la vida que hemos planeado,
para acoger la vida que nos está esperando”
“Perdidos” narra las hazañas de un grupo de supervivientes de un accidente aéreo, en una misteriosa isla del océano Pacífico. La serie está muy bien hecha, combina drama, suspense y ciencia ficción de forma magistral, pero lo verdaderamente interesante es la historia que se cuenta detrás de todo ello.
A medida que avanza la acción, nos vamos enterando de cómo era la vida de cada uno de los protagonistas antes de subirse al avión y descubrimos que todos ellos estaban “perdidos” de una forma o de otra, antes de estarlo en la isla. A partir de aquí, y gracias a sus experiencias y vivencias, la isla –la vida o el destino- les dará la oportunidad de redimirse, de recuperar su alma, de reencontrar su camino. Y es así como, en la isla, todos ellos se irán convirtiendo en héroes.
Para Campbell, el héroe es el que, reconociendo su destino, se pone al servicio del mismo, sin importarle los peligros que pueda encontrar en el camino. De esta forma, deja de pensar en su propia seguridad y beneficio, dando lugar a una verdadera transformación de su conciencia. Esto sucede a partir de pruebas -una de las cuales es la derrota del dragón/ego- o de revelaciones.
“La cueva en la que temes entrar,
guarda aquello que buscas”
Y es así como, a lo largo de las seis temporadas, todos los personajes perdidos van a ir descubriendo cuál es su destino y van a conseguir redimirse a través de las pruebas que superarán o a través del amor que encontrarán –la valentía y el amor son redentores-.
“Un héroe es alguien que ha dado su vida
por algo más importante que sí mismo”
Y, poco a poco, todos aquellos perdidos van a encontrarse a sí mismos y van a darse cuenta de que son mucho más fuertes, mucho más valientes, mucho más generosos de lo que nunca pensaron que podían llegar a ser.
“La aventura despertó un rasgo de su personalidad
que no sabía que poseía”
La aventura les enfrenta con sus propios demonios, con sus miedos y debilidades y, poco a poco, vamos viendo como Jack, Kate, Sawyer, Sayid, Locke, Hurley, etc. van superándose a sí mismos, van transformando su corazón, reencontrando su alma, elevando su conciencia. Y nos damos cuenta de que nosotros tenemos mucho que ver con esos héroes que tienen una parte oscura, sí, pero también una parte luminosa. Y comprendemos que…
“La aventura del héroe es la aventura de la vida”
…y que también nosotros, como decía Campbell, debemos descubrir cuál es nuestro destino y ponernos al servicio del mismo porque cuando lo hagamos –cuando nos atrevamos- comenzará por fin nuestro viaje de regreso a Ítaca, la aventura de las aventuras, comenzará entonces, definitiva y verdaderamente, nuestra vida. La vida que vale la pena vivirse…
“Nada perece en el universo
sino que varía y renueva su forma”