jueves, 28 de mayo de 2015

¿Qué piensas hacer tú?



Dime, ¿qué piensas hacer tú
con tu vida única,
salvaje y preciosa?

(Mary Oliver)


lunes, 25 de mayo de 2015

¿Oyes el latido de tu corazón?





- ¿Tú eres el nuevo estudiante? Acércate.

- No puede ver.

- Piensas que no puedo ver.

- Debe ser horrible vivir en la oscuridad.

- La única oscuridad es el miedo. Coge tu escoba y golpéame con ella.
Haz lo que te digo, golpéame.
Otra vez.
Ten, cógela.
Nunca des por hecho que porque un hombre no tenga ojos, no puede ver.
Cierra los ojos, ¿qué es lo que oyes?

- Oigo el agua, los pájaros.

- ¿Oyes el latido de tu corazón?

- No.

- ¿Oyes al pequeño saltamontes que tienes a tus pies?

- Maestro, ¿cómo puede oír todas esas cosas?

- Jovencito, ¿cómo puede ser que tú no las oigas?

jueves, 21 de mayo de 2015

Una sonrisa


(Las imágenes son de la fantástica página


Una sonrisa

“Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho,
Enriquece a quienes la reciben
sin empobrecer a quienes la dan.
No dura más que un instante,
pero su recuerdo es a veces eterno.
Nadie es demasiado rico para prescindir de ella,
nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Da felicidad en el hogar, apoyo en el trabajo,
es el símbolo de la amistad.
Una sonrisa da reposo al cansado,
ánimo a los más deprimidos.
No puede ni comprarse, ni prestarse, ni robarse,
pues es una cosa que no tiene valor
hasta el momento en que se da.
Y si alguna vez te tropiezas con alguien
que no sabe dar una sonrisa,
sé generoso y dale la tuya.
Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa
como el que no puede dársela a los demás.”

(Gandhi)


(Muchas gracias a mi tía y tocaya Elena)




lunes, 18 de mayo de 2015

¿Y si empezaras a caminar?




¿Y si la naturaleza te estuviera sonriendo?
¿Y si la vida te estuviera cuidando?
¿Y si no tuvieras miedo?
¿Y si se abrieran ante ti todas las posibilidades?
¿Y si empezaras a quererte? (Si, de verdad, empezaras a quererte).

¿Y si cada persona que te cruzaras fuera un maestro?
¿Y si tras las nubes saliera el sol?
¿Y si aquella sonrisa fuera sincera?
¿Y si te dejaras guiar por tu corazón?
¿Y si empezaras a creer en ti? (Si, de verdad, empezaras a creer en ti).

¿Y si no hiciera falta luchar tanto?
¿Y si tendieras la mano?
¿Y si no hubiera enemigos?
¿Y si te quedaras sin excusas?
¿Y si empezaras a caminar? (Si, de verdad, empezaras a caminar).

Elena Almirall Arnal

(Imagen de La Mo)

lunes, 11 de mayo de 2015

10 secretos para transmutar el karma negativo


(Imagen de Dario Pignatelli)


LOS 10 SECRETOS PARA TRANSMUTAR EL KARMA NEGATIVO

1.- Aprende a guardar silencio en los momentos de mayores turbulencias.
2.- Evita juzgar a otras personas.
3.- Enfoca tu atención sobre las cosas que más te agradan.
4.- Mantente quieto, es en vano luchar (recuerda que sólo es una prueba).
5.- Ten esperanza, lo que parece real es sólo un mal pensamiento producto de tu imaginación. ¡Cámbialo!
6.- Perdona, suelta y libera.
7.- Habla siempre en positivo.
8.- Medita por lo menos dos veces al día ( 5 minutos sería muy buen comienzo).
9.- Visualiza situaciones agradables para ti y para todos tus seres queridos.
10.- Otorga Amor sin importar lo que recibas.

lunes, 4 de mayo de 2015

Celebro la vida



Me comentaba una amiga el otro día que hace poco recuperó un cuadro que estuvo siempre colgado en casa de su madre pero que solamente ahora, mucho tiempo después, lo ha mirado con calma y se ha dado cuenta de lo mucho que le gusta.

Me llamó la atención lo que me explicó y me quedé pensando en cómo los seres humanos siempre hacemos eso con las cosas que nos gustan: las conseguimos; al principio, las miramos y las disfrutamos cada día; después, nos acostumbramos a ellas, las volvemos habituales; y, por último, las damos por hechas y las olvidamos. Y no sólo lo hacemos con las cosas, también con las personas, también con la vida. Lo damos todo por hecho. Nos olvidamos de mirar. Nos olvidamos de celebrar.

El año pasado, por mi cumpleaños, me auto-regalé un bote de cristal con la intención de escribir en él, cada noche, las cosas buenas que me habían pasado durante el día y dar las gracias por ellas. Lo hice. Un año entero, noche tras noche. Y, finalmente, este año, nuevamente por mi cumpleaños, quemé todos los papelitos en una pequeña hoguera, para que los agradecimientos llegaran hasta los dioses. Un año de cosas buenas. Lo más curioso es que todas esas cosas buenas eran cosas sencillas. Una conversación con una amiga, una comida familiar, el encuentro con alguien después de mucho tiempo, una sonrisa inesperada, una tarde de lectura, un baño caliente al llegar a casa helada, un abrazo en momentos de tristeza, una llamada mucho tiempo esperada…

Pensé que, después de todo, quizás la vida -con todos sus momentos- no sólo es para vivirla sino que, sobre todo, es para celebrarla. 

Así pues, hoy agradezco y celebro la vida, mi vida. Hoy, agradezco y celebro todas y cada una de las personas que están en ella.