lunes, 25 de enero de 2016

Palabras que cambian vidas


(Imagen de Jungshik Lee)


Hoy quiero compartir una historia que leí el otro día en Facebook y me gustó. No sé si es real pero, como decía mi abuela, “se non è vero, è ben trovato”…  Ahí va:

“Un día, Thomas Alva Edison llegó a casa y le dio a su madre una nota, diciéndole: "Mi maestro me dio esta nota y me dijo que se la diera sólo a mi madre." Los ojos de la madre se llenaron de lágrimas, mientras leía en voz alta la carta del maestro: "Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarle, por favor enséñele usted".

Muchos años después la madre de Edison falleció y él se convirtió en uno de los más grandes inventores del siglo. Un día, estaba rebuscando entre los recuerdos de la familia cuando, repentinamente, vio un papel doblado en el marco de un dibujo, en el escritorio.  Lo cogió y lo abrió. En el papel estaba escrito: "Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela."

Edison lloró durante horas, y después escribió en su diario: "Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero gracias una madre heroica se convirtió en el genio de un siglo."

Como decía, no sé si la historia es real pero sí sé que las palabras son poderosas e importantes. Las palabras crean realidades y cambian mundos. Seamos, pues, cuidadosos con las palabras. Con las que decimos a los otros y con las que nos decimos a nosotros mismos.


lunes, 18 de enero de 2016

Si solamente tuviera un corazón



Cuando un hombre es una tetera vacía,
debería estar animado.
Y sin embargo, estoy destrozado
Porque intuyo que podría ser bueno y humano,
Si solamente tuviera un corazón.”

(Palabras del Hombre de Hojalata, en El Mago de Oz)


Una de las cosas que más me fascina del Arte es la capacidad que tiene de despertar emociones, de provocar reflexiones, de tocar - sutil o bruscamente - algo en nuestro interior que, con un poco de suerte, nos remueve, nos estimula, nos transforma. Y justamente esto me pasó hace unos días, cuando alguien compartió las imágenes que acompañan este texto.

Se trata de una escultura titulada “Amor”, del artista ucraniano Alexander Milov, que se presentó en Burning Man, un evento artístico que reúne anualmente a miles de personas de todo el mundo en el desierto de Black Rock en Nevada (Estados Unidos).

“Amor” habla de dos niños -¿dos almas?, ¿dos corazones?- que desean tocarse pero se encuentran atrapados en dos adultos que, con gestos de inmensa tristeza y desconsuelo, se dan la espalda, sin saber cómo acercarse el uno al otro. El conflicto entre el hombre y la mujer está representado por esas jaulas metálicas que son los cuerpos adultos. Sin embargo, Milov muestra en su obra que, en el interior de los protagonistas, aún viven la inocencia y la esperanza. La magia de esta obra es que, a medida que avanza la noche, los cuerpos de los dos niños empiezan a iluminarse mientras van tomando contacto.



En palabras de el artista: “Amor muestra un conflicto entre un hombre y una mujer, así como la expresión interna y externa de la naturaleza humana. Sus seres interiores tienen forma de niños transparentes, que se cogen de las manos a través del enrejado. Cuando se oscurece, los niños empiezan a brillar. Este brillo simboliza la pureza y la sinceridad que une a la gente y da la oportunidad de arreglar las cosas cuando llegan los tiempos oscuros.”

La escultura me ha hecho pensar en el Hombre de Hojalata del Mago de Oz, que había dejado perder su corazón y se había vuelto rígido, oxidado, sin capacidad para vibrar, sentir, emocionarse o amar. El Hombre de Hojalata que llevaba un año estático hasta que Dorothy y el Espantapájaros lo encontraron y le ayudaron a conseguir un corazón.

Creo que tanto si los tiempos son oscuros como si no lo son, vale la pena que amemos, vale la pena que dejemos brillar a nuestr@ niñ@ interior. Porque, afortunadamente, nosotr@s, sí tenemos un corazón.



jueves, 14 de enero de 2016

martes, 12 de enero de 2016

Bowie



De todas las cosas que he leído hoy sobre David Bowie, un artículo de El País, firmado por Miguel Ángel Bargueño, es la que más me ha  gustado: “Cosas que debemos contar a nuestros hijos sobre David Bowie”. Comparto un extracto, si queréis leerlo entero, podéis hacerlo aquí.

“Si tu hijo te pregunta (y mucho más hoy) quién era David Bowie, ¿qué le dirás? Más allá de su soberbia discografía, David Robert Jones (8 de enero de 1947 – 10 de enero de 2016) se paseó por este mundo con un estilo absolutamente personal y una visión de la vida realmente inspiradora. Podrías responderle a tu hijo que fue alguien que no siguió las modas, sino que las creó; que fue un dandi (claro que después tendrías que explicarle el significado de ese término en desuso); que fue muchas “personas” a la vez (claro que esto sería largo de explicar)… Prueba a contárselo como se explican las cosas en el colegio: a través de lecciones y consejos, extraíbles de su incomparable vida.

Ante todo, sé curioso
Sobre todas las cosas, David Bowie era músico, pero no de esos endogámicos que solo piensan en escalas y acordes. Fascinado por el cine, el arte, la moda y los libros, todas estas facetas le influyeron y formaron parte de su universo.

Sal de la zona de confort, no te estanques
Aprende a evolucionar como Bowie, que a lo largo de su carrera fue muchas cosas: fijándonos solamente en su pelo, lo tuvo de al menos 29 formas diferentes. Fue hombre del espacio, payaso y hombre-elefante. Con su constante transformación, nos enseñó a salir de la zona de confort y experimentar.


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Vivir activo y despacio es compatible
Antes de que llegara la moda de lo slow, el Duque nos enseñó a tomarnos las cosas con tranquilidad. Prefería un largo y tranquilo viaje en tren o en barco a uno fugaz en avión.

Sé original y atrevido
Está bien copiar a los grandes, pero es mejor ser único. Si Bowie es un mito del rock es porque no se parecía a nadie. Perteneciente a la generación de músicos de los sesenta, los que dieron forma a esta revolución sonora, Bowie no se apuntó a modas imperantes sino que se adjudicó una personalidad y un estilo propios e inéditos hasta la fecha. Fue atrevido. Y la osadía es, a fin de cuentas, lo que distingue a un genio, ya sea de la música o de cualquier otra faceta de la vida.

Aprende de tus errores
Equivocarse, aparte de inevitable cuando uno empieza en cualquier actividad, es necesario: de los errores se aprende. El propio Bowie lo demostró, cuando después de algunos (pocos) pinchazos en su discografía, se rehizo y supo resurgir aún con más fuerza.

Cuida a quienes te quieren
En contra de la opinión de sus mánagers, Bowie siempre procuraba dar lo mejor a sus fans, aunque eso implicara una fuerte inversión económica por su parte (a veces poco rentable).

Sé educado
Fueron sus exquisitos modales, y no su fama, los que sedujeron a Iman, según contó ella misma al Daily Express. También se comportaba como un perfecto gentleman con la prensa. Los periodistas que le han entrevistado cuentan que cuando al final de la charla aparecía el mánager para anunciar, como es de rigor, que el tiempo se había acabado, Bowie decía: “No, cinco minutos más. Estoy muy cómodo”. Así se ganaba al periodista para los restos.

Haz buen uso de la tecnología
No sabemos qué teléfono móvil tenía el sexagenario Bowie, pero seguramente era de última generación. Pese a crecer como músico en los sesenta y primeros setenta, no era de los que sentían una insana nostalgia por el pasado y estaba a la última en tecnología.

Aprende a bailar
Un hombre que baila bien es un hombre atractivo. Y Bowie no sólo cantaba bien, sino que se movía estupendamente.

Sé elegante
Décadas antes de que los expertos en coaching pregonaran que nuestro aspecto físico es nuestro escaparate, Bowie dejó clara la importancia de la elegancia. El glam, corriente que él contribuyó a modelar, no era otra cosa que subir al escenario con las mejores galas.

¿Tienes ya a tu hijo encandilado con las lecciones del maestro Bowie? Pues ahora es el momento de ponerle el vinilo de Ziggy Stardust.”

Como decía en su canción Space Oddity, “I'm floating in the most peculiar way / And the stars look very different today”... hoy Bowie flota ya muy cerca de las estrellas. Y, mientras tanto, “Planet Earth is blue / And there's nothing I can do…