lunes, 23 de marzo de 2015

La felicidad de Galeano

“Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de casarnos, después de tener un hijo y entonces después de tener otro. Entonces nos sentimos frustrados porque los hijos no son lo suficientemente grandes y pensamos que seremos más felices cuando lo sean. Después de eso nos frustramos porque son adolescentes (difíciles de tratar). Ciertamente seremos más felices cuando salgan de esta etapa. Nos decimos que nuestra vida estará completa cuando a nuestro esposo (a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor carro o una mejor casa, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados.

La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora. Si no es ahora, ¿cuándo? Tu vida estará siempre llena de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices de todas formas. Una de mis frases: “Por largo tiempo me parecía que la vida estaba a punto de comenzar. La vida de verdad. Pero siempre había algún obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar. Sólo entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta que esos obstáculos eran mi vida”. Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad.

La felicidad “es” el camino; así que atesora cada momento que tienes y atesóralo más cuando lo compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial para compartir tu tiempo y recuerda que el tiempo no espera por nadie... así que deja de esperar hasta que bajes cinco kilos, hasta que te cases, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que éste para ser feliz... la felicidad es un trayecto, no un destino.”


(Eduardo Galeano)

jueves, 19 de marzo de 2015

Ahimsa



Dice Mahatma Gandhi acerca de Ahiṃsā (no-violencia):

"La no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más efectiva que el arma de destrucción más efectiva que haya ingeniado el hombre.

Literalmente “ahiṃsā” significa no violencia hacia la vida, pero tiene un significado mucho más amplio. Significa también que uno no puede ofender a otra persona, debiendo compadecerse del otro, incluso si se trata de un enemigo. Para aquellos que siguen esta doctrina, no hay enemigos. Quien cree en la eficacia de esta doctrina halla el último estado, cuando se alcanza la meta, viendo el mundo a sus pies. Si expresamos nuestro amor —ahiṃsā— de tal modo que marque para siempre a nuestro enemigo, dicho enemigo nos devolverá ese amor.

Ahiṃsā o no violencia, por supuesto, implica no matar. Pero la no violencia no se refiere únicamente a no matar, sino que ahiṃsā implica una abstinencia absoluta de causar cualquier dolor físico o emocional a cualquier ser vivo, bien sea por pensamiento, palabra u obra. La no violencia requiere una mente, una boca, y unas manos pacíficas."



(Muchas gracias a Josep)

lunes, 16 de marzo de 2015

Fortalezcan sus corazones



Para los cristianos, estamos en tiempo de Cuaresma y, por ello, el Papa Francisco –un Papa que me gusta mucho- ha redactado un mensaje titulado “Fortalezcan sus corazones”.  Propone diferentes actos de caridad y de ayuno. Aquí los dejo por si alguien se anima…

1. Sonreír, un cristiano siempre es alegre.
2. Dar las gracias (aunque no "debas" hacerlo).
3. Recordar a los otros cuánto los amas.
4. Saludar con alegría a esas personas que ves a diario.
5. Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor.
6. Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita.
7. Levantarle los ánimos a alguien.
8. Celebrar las cualidades o éxitos del otro.
9. Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita.
10. Ayudar cuando se necesite para que otro descanse.
11. Corregir con amor, no callar por miedo.
12. Tener buenos detalles con los que están cerca de ti.
13. Limpiar lo que uso en casa.
14. Ayudar a los otros a superar obstáculos.
15. Llamar por teléfono a tus padres.

El mejor ayuno

• Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas
• Ayuna de descontentos y llénate de gratitud
• Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia
• Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo
• Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios
• Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida
• Ayuna de presiones y llénate de oración
• Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría el corazón
• Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás
• Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación
• Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a los otros

Si todos intentamos este ayuno, lo cotidiano se llenará de paz, confianza, alegría y vida.


(Gracias a Anna por compartirlo)

lunes, 9 de marzo de 2015

Decido ser feliz

(Imagen de Patty Maher)


A veces leo frases que me molestan, porque parecen preciosas pero, si las piensas y las analizas un poco, son infumables. La última que he visto de este estilo decía: “Un día alguien te va a abrazar tan fuerte que todas tus partes rotas se juntarán de nuevo”. No sé de dónde sale la cita pero sé que a la gente parece gustarle mucho porque no deja de compartirse.

Y quizás os preguntaréis por qué esta frase no me gusta. Ahí van mis motivos:

En primer lugar, porque hace que te olvides del presente y te condiciona a esperar una supuesta felicidad futura. Pero, en verdad, lo único que tenemos es este presente y la posibilidad de aceptarlo tal como es, de quererlo tal como es, de vivirlo tal como es.

En segundo lugar, porque aparece un “alguien” indeterminado que tiene que solucionar tus problemas y, así, dejas en manos de otra persona la responsabilidad de tu vida. Cuando, en realidad, solo tú puedes sanarte, solo tú puedes hacerte feliz, solo tú decides qué, cómo, dónde y cuándo.

En tercer y último lugar, porque habla de unas “partes rotas” que “se juntarán de nuevo”. Así, de golpe. Imagino que el individuo en cuestión será entonces un mago o un cirujano…. Pero, volviendo a hablar en serio, creo que es importante no olvidar que la sanación de toda herida, sea física o psíquica, requiere un proceso. Y que es un proceso necesario para que integremos la enseñanza que dicha herida traía consigo. Poco a poco. Paso a paso. Una recuperación mal hecha acaba produciendo la atrofia del músculo, hueso o parte implicada. Y, en cambio, si nos hacemos conscientes del proceso y somos capaces de observarlo, aceptarlo y amarlo, es posible incluso que lleguemos a verlo como un regalo y a sentirnos agradecidos por lo que aprendimos en el camino.

Estos son los motivos por los que la frasecita no me gusta. Estoy convencida de que somos los creadores de nuestra realidad y, por eso, deberíamos tener cuidado con las frases que elegimos para identificarnos. Propongo cambiar: “Un día alguien te va a abrazar tan fuerte que todas tus partes rotas se juntarán de nuevo”, por “Aquí y ahora, yo soy responsable de mi vida, de mis decisiones y de mis acciones. Aquí y ahora, yo decido ser feliz.”