viernes, 13 de febrero de 2015

Deja de pensar y empieza a disfrutar


(Imagen de Hacer es hacerse)

Gloria me envió, hace un tiempo (¡¡muchas gracias!!), una preciosa historia que quiero compartir:

“Según Platón, en cierta ocasión, un ignoto ciudadano ateniense se vio sentado a la mesa de un banquete al que estaban invitados los grandes pensadores y poetas griegos para debatir el tema del Amor. El hombre, rodeado de tanta gente ilustre, se sentía incómodo, pensaba que él no merecía estar allí y sentía que todos le miraban con desconfianza. En su mutismo debatía sobre si quedarse o irse.
De repente, notó que el hombre que está sentado junto a él cambiaba su primera mirada adusta y crítica por una sonrisa amplia y reconfortante. El protagonista decidió confesarle al desconocido, cuya cara le resulta extrañamente familiar, que él no debería estar allí y que ni siquiera sabía cómo había llegado a rodearse de tanta gente valiosa. El otro escuchaba pacientemente y luego le dijo que si estaba allí era porque de alguna manera se lo merecía, aunque él mismo no lo supiera. A medida que avanzaba la cena, el desconocido se ocupaba de hacerle sentir más y más cómodo: le servía vino, le decía que le gusta haberle encontrado allí y hasta debatía con él las palabras de los sabios de Atenas. Cuando la reunión hubo finalizado, el hombre totalmente relajado y consciente de haber pasado una velada tan agradable como nutritiva, se dirigió al desconocido para despedirse de él. Justo en ese momento se dio cuenta de que el hombre que había estado sentado a su lado, que había cuidado de él durante la cena, que había alejado  de su mente la sensación  de ser un intruso, tenía su mismo rostro. El protagonista de la historia abandonó el lugar con una sonrisa al comprender que se había permitido sentirse valorado y reconocido por sí mismo y que, gracias a eso, había podido disfrutar de la noche.”

¿Cuántas veces nuestra neurosis o nuestro miedo se convierte en una sensación de no encajar, de no pertenecer o de estar de más? No permitas que tus pensamientos te convenzan de que no eres suficiente, de que no mereces lo mejor. Deja de pensar y empieza a disfrutar. 

9 comentarios:

  1. Amen, si seguimos esta enseñanza y pensamos en lo grandes y valiosos que somos seguro que nuestras vidas cambiaran. Gracias Elena. :) Buen finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, nos hace falta recordarla de vez en cuando ;-) Un abrazo, Leonor. Y gracias a ti. Buen domingo!

      Eliminar
    2. Si aprendemos a valoramos y tenemos confianza en nosotros mismos,estaremos bien en cualquier situación.Tener seguridad en uno mismo es el mejor pasaporte para viajar por la vida.
      Un saludo

      Eliminar
    3. Totalmente de acuerdo, unkown. Un saludo!

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Claro que encajas!!!! Tu confía, confía en la vida, y déjate llevar. Todo fluirá.

      Eliminar
    2. De acuerdo totalmente con anónimo. Todos encajamos, si no, ya no estaríamos aquí. Un abrazo a ambos.

      Eliminar
  3. Deja de pensar y empieza a disfrutar....Bonita frase!!!! Y yo añado.... y confía, confía en la vida y en tu esencia, y en este sabio interno que todos tenemos dentro, pero que, a menudo, lo tapamos con nuestro ego!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu aportación, anónimo, me parece muy buena propuesta. Confiar en la vida. Aquí y ahora. Siempre. Un abrazo.

      Eliminar

Tu comentario es una buena noticia...