(Imagen de google)
Invocación
Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada
escepticismo.
Huya yo del resabio,
del cinismo,
de la imparcialidad de hombros
encogidos.
Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.
Engáñenme los cantos de sirenas,
tenga mi alma siempre un pellizco de
ingenua.
Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo
inconmovible,
helado.
Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.
Huya yo del realismo encorsetado.
Consérvense en mis labios las
canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos
acordes.
Por si vinieran tiempos de silencio.
(Raquel Lanseros)
Hermoso y cierto. un abrazo Elena.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainhoa! Otro para ti! <3
EliminarSólo el amor, la compasión activa, propositiva y el servicio desinteresado, cambiarán la epidermis del mundo doliente. ¡Dios Amado, dame el tiempo, la sapuencia y las herramientas para ser un obrero y colaborador en la construcción de esa felicidad!
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