(Imagen encontrada en Let's See the World)
Mi amiga Wendy ha compartido hoy una frase en Facebook que es
un buen colofón a las enseñanzas que he recibido este fin de semana: “¿Y si un
trozo de madera descubre que es un violín?” (Arthur Rimbaud).
Swamiji ha estado en Barcelona y, como siempre, sus
enseñanzas han sido un gran regalo. Por un lado, porque me pone las pilas para
que siga explorando(-me) y trabajando(-me), colocando frente a mí –con mucho
Amor y mucho humor- un espejo en el que no tengo más remedio que mirarme y
reconocerme, y barriendo, así, sin descanso, cualquiera de las mil excusas que
se me ocurren para no hacer lo que sé que debo/quiero hacer.
Y, por otro lado, porque me recuerda justamente eso, que aunque
a veces me sienta como un trozo de madera, no debo olvidar que, en realidad,
soy un violín. Y que, precisamente por ello, tengo el deber de afinarme para
conseguir sacar de mí la mejor de las melodías.
Cuentan que cuando le preguntaron a Miguel Ángel, cómo había,
a sus 26 años, esculpido algo tan maravilloso como el “David”, él respondió: “La escultura ya estaba dentro de la piedra.
Yo, únicamente, he eliminado el mármol que le sobraba”. De la misma forma,
Swamiji siempre insiste en que “la
espiritualidad no consiste en adquirir cosas sino que se trata justamente de lo
contrario, de desprendernos de todo aquello que nos sobra”.
Sabes que eres un violín, ¿a qué estás esperando para
afinarte? El mundo NECESITA escuchar tu preciosa y única melodía…
Me encanta, Elena. Precioso texto y preciosa enseñanza.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias, Inma. Un beso. <3
EliminarLlevo mucho rato sintiéndome un trozo de madera...me cuesta reconocer que puedo ser un hermoso violin.
ResponderEliminarPues lo eres, Dainett... ;-)
EliminarUn abrazo.