(Imagen de la maravillosa película "Hero")
Los 7 principios de un samurái
1. YU – Coraje. Un samurái lleva implícito el coraje; es
coraje. Vive la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico
no es ciego, es inteligente y fuerte. El samurái desarrolla el coraje y hace
que su cuerpo lo sea ejerciendo el control sobre el mismo y reemplazando el
miedo por el respeto y la precaución.
El valiente no sigue los pasos de la
estupidez.
2. REI – Cortesía.
Un samurái es cortés con sus enemigos y no
necesita demostrar su fuerza. Es por ello que un samurái recibe más respeto por
su manera de tratar a los otros que por su destreza en el campo del batalla. Es
en las situaciones limites, en las que el samurái invoca y manifiesta la fuerza
interior.
Un alma sin respeto es una morada en ruinas
.
3. JIN – Compasión.
Mediante el entrenamiento intenso el samurái
se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla
un poder que emplea en beneficio de todos. Aunque su lealtad sea al señor, debe
ser compasivo ayudando a sus compañeros en cualquier circunstancia.
Si la
oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.
4. GI – Justicia.
Es honrado en su trato con todo el mundo.
Cree en la Justicia, pero no en la que emana de los otros, sino en la suya
propia. Para un samurái no existen las tonalidades de grises en lo que a
justicia y honradez se refiere.
Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.
5. MEIYO – Honor.
El samurái sólo tiene un juez para juzgar
sus actos y es él mismo. Las decisiones que se toman y el cómo son ejecutadas
son el reflejo de quien es.
La muerte no es eterna; el deshonor, sí
6. CHUGO – Lealtad.
Un samurái es leal a su Señor, y a todos
aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, siempre
responde con su vida.
7. MAKOTO - Sinceridad – Verdad.
Cuando un samurái dice que
hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada lo detendrá en la ejecución de
lo dicho. No da su palabra. No promete. El simple hecho de hablar pone en
movimiento el acto de hacer. Las palabras de un hombre son como sus huellas;
puedes seguirlas donde quiera que él vaya.
Decir y hacer es la misma cosa.
Cuidado con el camino que sigues.
Creo
que quiero ser una mujer samurái…
Yo también quiero : )me ha gustado mucho "makoto", decir y hacer es la misma cosa, a mi esa se me resiste ,un día dije voy a dejar de fumar y a los cinco minutos vi un estanco y entre..por citar una, es increíble lo q nos saboteamos a nosotros mismos. Un saludo,tu blog es un soplo de aire fresco elena
ResponderEliminarMuchas gracias, anónimo. Vamos a montar un grupo de samuráis!!!!
EliminarÁnimo con makoto, yo también estoy en ello.... ;-)
Un abrazo.
Elena !!! Yo también quiero ser una mujer samurái!!!!
ResponderEliminarMe sacudiste ...."decir es hacer".....cuánto digo y cuánto no hago!! ...hacer y lograr!!
Si se monta ese grupo apúntame por favor!!!
Besos y apapachos desde acá hasta allá!!
Pues veo que habrá que ir organizando ese grupo de samuráis!!! Me alegra la "sacudida", Cece, siempre es buena señal... Un abrazo enorme desde aquí hasta allí!!!! <3
EliminarMakoto. Soy mayor y la conocí en mis mayores,ahora ha desaparecido,debe volver
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Arenaysal. Un abrazo.
EliminarPuedo formar parte de su grupo de samurais. Ha sido un estanque de reposo lleno de flores y pajarillos para mi alma este blog. Dios les bendiga.
ResponderEliminarTe doy la bienvenida, Dainett, me alegra mucho que te haya gustado el blog y te haya dado paz. Un fuerte abrazo.
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