Defensa de la alegría, el poema de
Benedetti que acompaña este blog,
como una declaración de principios, desde el primer momento…
Defensa de la alegría – Mario Benedetti
a trini
Defender
la alegría como una trinchera
defenderla
del escándalo y la rutina
de
la miseria y los miserables
de
las ausencias transitorias
y
las definitivas
defender
la alegría como un principio
defenderla
del pasmo y las pesadillas
de
los neutrales y de los neutrones
de
las dulces infamias
y
los graves diagnósticos
defender
la alegría como una bandera
defenderla
del rayo y la melancolía
de
los ingenuos y de los canallas
de
la retórica y los paros cardiacos
de
las endemias y las academias
defender
la alegía como un destino
defenderla
del fuego y de los bomberos
de
los suicidas y los homicidas
de
las vacaciones y del agobio
de
la obligación de estar alegres
defender
la alegría como una certeza
defenderla
del óxido y de la roña
de
la famosa pátina del tiempo
del
relente y del oportunismo
de
los proxenetas de la risa
defender
la alegría como un derecho
defenderla
de dios y del invierno
de
las mayúsculas y de la muerte
de
los apellidos y las lástimas
del
azar
y
también de la alegría.
¡Siempre que leo ese poema de Mario pienso en ti! Inevitablemente me remite a nuestras primeras pláticas, hace ya cinco años.
ResponderEliminarY lo que más admiro de ti es que siempre albergas alegría y cariño para los demás. Siempre has tenido detalles maravillosos conmigo y ese es el mayor regalo de todos.
Te quiero mucho, ¡y a seguir sonriendo! :)
¡¡¡Querida Siberiana!!! Tú eres uno de los maravillosos regalos que me trajo este blog. Sólo por eso, ya valió la pena escribirlo. Yo admiro tu grandísimo corazón. <3 También te quiero mucho, preciosa. Te mando un abrazo inmenso.
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