(Imagen de Vanessa Paxton)
“Son cosas que pasan el día antes.
¿El día antes de qué?
El día antes de la felicidad.”
Estoy leyendo una novela preciosa, “El día antes de la
felicidad” (Erri de Luca). Me gusta la historia y me encanta el título. Sin
embargo, dicho título me ha hecho pensar.
Y he pensado en cómo tantas y tantas veces aplazamos la
felicidad. Cuando tenga eso, cuando consiga aquello, cuando no sé quién me
llame, cuando se me cure la pierna, cuando gane más, cuando pueda visitar aquel
país, cuando, cuando, cuando.
Conjugamos la felicidad en futuro. Nunca en presente.
Supongo que es bastante lógico, teniendo en cuenta que
vivimos en una sociedad terriblemente consumista en la que cuando compras –por
ejemplo- un ordenador, ya está a punto de salir uno mucho más avanzado. Y nos
dejamos engullir por esa constante necesidad de tener algo mejor que lo que
tenemos, de ser algo mejor de lo que somos.
Y no digo que no sea bueno aspirar a más, quizás es incluso
necesario para seguir caminando. Pero nunca a costa de hipotecarnos el presente,
de no valorar lo que somos o lo que tenemos. “El día antes de la felicidad”
como una frase poética es precioso pero como una realidad es terrible. Te
condena a estar siempre a la espera de algo mejor. Algo que, por supuesto,
nunca llegará porque cuando llegue –si llega- ya estarás pensando en otra cosa.
La buena noticia es que el día de la felicidad es hoy. Hoy es
el día perfecto para abrir los ojos y mirar. Hacia fuera y hacia dentro. Hoy es
el día perfecto para agradecer y para celebrar todo lo que hay fuera y todo lo
que hay dentro.
¡Preciosa e inteligente reflexión, como siempre!
ResponderEliminar¡Feliz día, feliz vida!
Gracias, crismar. Un abrazo. Y feliz todo para ti también!!!
EliminarMe encantó el artículo y estoy absolutamente de acuerdo en su contenido. Yo siempre he pensado y en consecuencia procuro vivir así, que la felicidad se vive en el camino, en el diario acontecer, en todo amanecer.
ResponderEliminarNo guardo nada ni atesoro cosas, prefiero vivir experiencias maravillosas, como contemplar una bella puesta de sol o el ciclo lunar, un buen café y una charla amena, contemplar y disfrutar de las maravillas de la naturaleza o ayudar a alguien.
Pienso en todo lo que la vida me ha dado y lo agradezco, no en lo que no tengo. Nací desnudo y necesito poco.
Naturalmente, procuro vivir con la guía de un buen Proyecto de Vida que me perita, al igual que a Miguel Ángel escupir La Piedad, a mi, llegar a ser un hombre digno de respeto y al fin, morir en paz.
Alfonso Pedroza
Cuernavaca, Mor
México.
(El paraíso terrenal)
Felicidades !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Muchísimas gracias, Alfonso. Me encantó el comentario. Un abrazo.
Eliminar¡Muy interesante reflexión Elena!
ResponderEliminarÚltimamente he tenido algunas conversaciones intensas sobre estos temas.
Una amiga me hizo reflexionar también sobre esto: ¿para qué querer siempre ser feliz, estar alegre...? la tristeza, el miedo, la incertidumbre... no tienen nada de malo si no te apegas a ellos.
Y puedo decir que hasta la tristeza es necesaria.
De la incertidumbre también se aprende.
Y darse cuenta de que el miedo es sólo en la mente, te alivia.
Un abrazo!! y mucho amor
Muchas gracias, Bruna. Estoy totalmente de acuerdo con que la tristeza, el miedo o la incertidumbre no tienen nada de malo, al revés, son necesarios. El problema es el apego. Pero también lo es el apego a la alegría, claro!
EliminarYo no pongo felicidad como sinónimo de alegría sino como un estado en el que vives el momento, el ahora, y lo tomas con todo lo que te trae, tanto si es alegre como si es triste. Felicidad sería algo así como ser consciente de que estás vivo y respirar tan profundamente como puedas. Tanto en la alegría como en la tristeza. Sabiendo que ambas son pasajeras.
El tema da de sí.... ;-)
Un abrazo fuerte para ti también.
"Hoy es el primer día del resto de nuestra vida!"
ResponderEliminarMás feliz o menos, melancólico, triste, enfadado, alegre... pero siempre consciente y presente: carpe diem!
www.vidaanna.wordpress.com
Totalmente de acuerdo, Anna. Consciencia y presencia. Un abrazo.
EliminarEres luz, muchas gracias por todas tus publicaciones, espero que seas tan feliz como ese minuto de felicidad que regalas a quién te lee. Un abrazo.
ResponderEliminarMe has emocionado, Carax, y me has dejado sin palabras... Gracias a ti. Un abrazo.
EliminarCuando mañana sea hoy y hoy sea ayer, vivirlo como el primer
ResponderEliminary único día.
Gracias, anónimo. Un abrazo.
EliminarMe llamó la atención tu frase de la semana. Interesante Alexandra David Néel, gracias por compartir.
ResponderEliminarHay que seguir caminando, con la vista al frente, mirando y sintiendo todo aquello que nos va llegando. Aunque he de reconocer que se pasan malos momentos, yo intento alejarlos del pensamiento.
Saludos
Yo también pienso que la clave es el pensamiento, hana. Va tan rápido y nos lleva tan lejos!!!
EliminarMe alegra que te gustara la frase de Alexandra David-Néel, fue una mujer intrépida, aventurera y valiente.
Un abrazo.
Hace poco tiempo que he descubierto tu blog y ya me tiene "enamorada". Tu periódico de las buenas noticias es el contrapunto que todos necesitamos poner en nuestro día a día.
ResponderEliminarSaludos
Muchísimas gracias, Mariola. Me hace feliz que te guste el blog. Un abrazo.
EliminarAloha, Helen!
ResponderEliminarAl parecer, las cosas negativas que nos ocurren tienen más peso que las positivas en nuestra mente, asi que hay que compensarlo viviendo (o recordando) 5 cosas positivas. Durante un tiempo hice un clásico ejercicio/experimento que consistía en apuntar diariamente 5 cosas por las que diera las gracias. A medida que pasaban los días me di cuenta de lo mucho que me costaba encontrar cosas positivas (y sobre todo, darles el mismo peso que a las negativas), y también descubrí que solía sentirme agradecida por casi las mismas cosas todos los días. Me ayudó a vivir un poco más el aquí y ahora, además de valorar cosas que antes daba por sentadas.
La infelicidad inducida que nosotros perpetuamos es una estrategia consumista más. Si se nos machacara con la idea de que no necesitamos cosas externas a nosotros mismos para ser felices o que no hay que encajar con un patrón de éxito determinado, se les acabaría el chollo de las "compras que intentan rellenar carencias". Insatisfechos e infelices somos más maleables, manipulables y rentables.
Kisses aprendices ***
Dear Alhy, qué buen experimento el tuyo, gracias por la idea. Probaré, a ver cuál es el resultado...
EliminarTotalmente de acuerdo contigo en lo que dices en el segundo párrafo. La infelicidad inducida es una estrategia consumista más. Eres sabia, y me encanta tu forma de expresar dicha sabiduría...
Un beso enorme.
QUIEN ESCRIBIÓ ESTE ARTÍCULO?
ResponderEliminarHola anónimo, me llamo Elena y desde hace 5 años y medio escribo este blog. Si quieres contactar conmigo para cualquier cosa, puedes hacerlo a la dirección de buenas_noticias@hotmail.es
EliminarSaludos.
De vez en cuando leo este blog, realmente me parece sorprendente la capacidad que tenemos los seres humanos de decidir ser inmensamente miserables u optar por ser inmensamente felices.... La vida da muchas vueltas, trae consigo grandes sorpresas, viene llena de alegrías.... no comprendo porque muchos pasan gran parte de su vida pretendiendo ser felices "esperando el momento preciso", cuando que ese momento puede ser hoy.... la palabra de Dios dice en uno de sus tantos versículos "cambia tu manera de pensar y cambiara tu manera de vivir", todo ello que para nosotros es tan complejo como el ser felices se traduce en cambiar de una vez por todas el chip... de mirar con los ojos del amor todo los que nos rodea, todo lo que la vida nos ha regalado....
ResponderEliminarMuchas gracias por este hermoso blog, me sienta muy bien!!!
Muchas gracias a ti, anónimo, por tus visitas y por el comentario. Me alegra que te siente bien leer el blog ;-)
EliminarUn abrazo.