(Imagen de Metin Demiralay)
Este año me propongo aceptar.
Aceptar lo que soy. Aceptar lo que siento. Aceptar mis
aciertos y mis errores. Este año me propongo dejar de intentar encajar en patrones
que no son los míos, que no los quiero, ni los siento, ni los necesito. Este
año me propongo dejar de ejercer violencia sobre mi cuerpo y sobre mi mente.
Este año me propongo reflexionar.
Reflexionar para descubrir por qué hago lo que hago; escuchar
mis intuiciones, mis lágrimas, mis risas, y saber qué es lo que realmente
quiero, qué me mueve, qué me emociona, qué me hace feliz. Este año me propongo
no desviarme de ese camino.
Este año me propongo agradecer.
Agradecer cada latido. Agradecer todo lo que traiga con él.
Cada aprendizaje, cada dolor, cada alegría, cada momento. Sin juzgar. Sin
pensar que las cosas deberían ser diferentes. Este año me propongo reconocer y
corresponder.
Este año me propongo, ante todo, amar.
Porque
el tiempo se agota,
porque
la gente se marcha,
porque
–al final- sólo eso cuenta.
¡Feliz Año Nuevo!
Elena