(Símbolo de la Paz - Meraki Dreams)
Hoy tenía pensado subir una entrada diferente. De hecho, mi
intención era celebrar varias cosas personales y compartirlas en el blog, pero
después de lo que pasó el viernes en París, he decidido olvidarme de
celebraciones e intentar reflexionar. He leído muchos artículos y he observado
muchas reacciones pero una de las más lúcidas ha sido la de mi amiga Soleika Llop y, con su permiso, voy a hacerme eco de algunas de sus palabras. En su blog, Soleika
nos recuerda que “a nuestros pensamientos
y emociones no se los lleva el viento, están compuestos de partículas
electromagnéticas que crean realidades. Forman depósitos energéticos,
egregores. Para que un agresor de cualquier índole cometa una fechoría,
necesita carburante de bajo octanaje, del inframundo. Y ese depósito se
alimenta de todos los odios, tristezas, insatisfacciones, críticas, rabias y
frustraciones emitidas por los humanos.”
Su propuesta es “alimentar
el egrégor opuesto, el que está formado por todos los pensamientos y emociones
de amor compasión, empatía, solidaridad, armonía y paz que emanan de nosotros.
Que cada cual elija en conciencia en qué banco cuántico prefiere depositar sus
“ahorros”. Pero tengamos en cuenta que en ambos casos, devengan intereses. Es
decir, si sentimos odio y desprecio por el colectivo al que pertenecen los
agresores, esa negrura acabará manifestándose de una forma u otra en nuestro
día a día.”
Sucesos como el del viernes pasado, a menudo, nos conectan
con las energías más bajas: el miedo, la rabia, el odio… Y, quizás, lo más útil
y efectivo sería, como dice Soleika, alimentar las energías opuestas: el amor,
la compasión, la solidaridad… En la misma línea, Lama Tsultrim Allione proponía
realizar la práctica budista de tonglen:
al inspirar, visualizar que inhalas el sufrimiento de todas las personas
afectadas por el dolor, la guerra, la tristeza, al espirar, enviarles amor, paz
y compasión.
Y, por último, creo que es importante recordar que no debemos
caer en la tentación de pensar que la violencia y la agresividad es algo que
hacen “los otros”. Cada vez que en el más mínimo acto, pensamiento o
sentimiento somos agresivos, violentos, extremistas o intolerantes nos estamos
conectando con la misma energía que alimenta todo aquello que después
condenamos. Seamos sinceros con nosotros mismos, revisemos nuestro interior,
ajustemos nuestro propósito, sintonicemos nuestra conciencia con aquello que
realmente deseamos sostener. Hoy, más que nunca, necesitamos elevar la
vibración del amor. Hoy, más que nunca, necesitamos amar.
El
canto de Metta
Metta es una
palabra pali que significa amor benevolente.
El canto de Metta es la radiación dicho
amor hacia todos los seres, para que todos sean felices y estén en paz.
Es un
canto de sanación para el mundo, le envía olas de amor.
Que todos
los seres sean felices.
Que
puedan vivir siempre en paz y armonía.
Mi querida Elena, mientras nos sigamos matando los unos a los otros, no habrá paz. Me duele París y me duele cada rincón del mundo en donde un ser violenta a otro. Me duelen los robos, me duelen los mataderos, me duele el mal trato, la palabra agusanada que también asesina corazones. A veces siento que sobre mi corre un río de sangre ajeno, lleno de ira y angustia. Porque todavía no entendemos que si te matan me estás matando a mi, y a él y a ella, a nosotros, a todos. Me duele la memoria de cuando hasta quizás yo herí sin querer o aún queriendo. Me duele saber que andan muchos por ahí, con las manos sucias, quitando vidas. En la cima de aquella montaña, grité. Fue tan lacerante el dolor, que caí exhausta, sobre mi misma. Conviví dentro de un silencio extremo, inmersa en el vacío que llena. Recé por las almas que partieron. Luego me levanté y esperé con ansias haber aprendido que no puedo hacer nada para cambiar el mundo. Sin embargo una esperanza iluminó mis ojos, repletos de lágrimas. Si puedo, si!!! Yo soy el mundo, yo cambio, si!!! esa es la verdadera y única revolución! Abrazo enorme, María Florencia.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, María Florencia, creo que fue Gandhi quien dijo "Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo". Siempre esperemos que cambien los otros, un "los otros" indefinido que consiste en el vecino, el de otra religión, el diferente, el que se equivoca, el que no soy yo.... Y, sin embargo, como tú dices, el único cambio del que puedes realmente responsabilizarte es el tuyo. Tú eres el mundo. Eso es una revolución, tienes razón ;-) Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras siempre tan sabias.
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