Hoy quiero
compartir un maravilloso cuento encontrado en la página “Cuentos de la Magnolia”:
Cuando
Svetaketu tuvo doce años se le mandó a un maestro con el que estudió hasta
cumplir los veinticuatro. Después de aprender todos los Vedas, regresó al hogar
lleno de presunción en la creencia de que poseía una educación consumada, y era
muy dado a la censura.
Su padre le
dijo:
-Svetaketu,
hijo mío,tú que estás tan orgulloso de tu ciencia y tan lleno de censuras, ¿has
buscado el conocimiento por el cual oímos lo inaudible, y por el cual
percibimos lo que no puede percibirse y sabemos lo que no puede saberse?
-¿Cuál es
este conocimiento, padre mío? –preguntó Svetaketu.
Su padre
respondió:
-Al igual
que conociendo un terrón de arcilla se conoce todo lo que está hecho de arcilla
pues la diferencia está sólo en el nombre puesto que todo es arcilla, así, hijo
mío, te hablo del conocimiento que una vez adquirido hace que lo sepamos todo.
-Pero sin
duda esos venerables maestros míos ignoran este conocimiento, puesto que si lo
poseyeran me lo habrían comunicado. Dame pues,tú, padre mío, este conocimiento.
-Así sea
–contestó el padre. Y dijo-: Tráeme un fruto delárbol del nyagrodha.
-Aquí está,
padre.
-Rómpelo.
-Roto está,
padre.
-¿Qué ves
ahí?
-Unas
simientes, padre, pequeñísimas.
-Rompe una.
-Rota está.
-¿Qué ves
ahí?
-Nada.
El padre
dijo:
-Hijo mío,
en la esencia sutil que no percibes ahí, en esta esencia está el ser del enorme
árbol del nyagrodha. En eso que es la sutil esencia, todo lo que existe
tiene suyo. Eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.
-Por favor,
padre –dijo el hijo- dime más.
-Así sea,
hijo mío –respondió el padre y dijo-: Pon esta sal en agua y vuelve mañana por
la mañana.
El hijo
cumplió lo mandado.
A la mañana
siguiente, el padre dijo:
-Tráeme la
sal que pusiste en el agua.
Buscóla el
hijo, pero no pudo encontrarla pues la sal se había disuelto.
El padre
dijo:
-Prueba el
agua de la superficie de la vasija. ¿Cómo es?
-Salada.
-Prueba la
del medio. ¿Cómo es?
-Salada.
-Prueba del
fondo. ¿Cómo es?
-Salada
El padre
dijo:
-Tira el
agua y vuelve.
Hízolo el
hijo, pero la sal no se perdió, pues la sal existe para siempre. Entonces dijo
el padre:
-Así
igualmente, en este cuerpo tuyo, hijo mío, no percibes lo verdadero; pero ahí
está realmente. En eso, que es la esencia sutil todo lo que existe, tiene su
yo. Eso es lo verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.
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