Hace un tiempo escribí un post sobre una historia que me encantó. Se titulaba "¿Dónde está Pepe?" y me pareció super romántica. Un padre y un hijo habían encontrado en la calle una alianza que llevaba grabado un nombre (Pepe) y una fecha (la supuesta fecha de matrimonio de Pepe). Decidieron mover cielo y tierra para encontrar a la mujer de Pepe que, supuestamente, habría perdido el anillo y, para ello, contactaron con diferentes medios y abrieron un blog llamado "Quién quiere a Pepe".
Ahora, un año después y tras una búsqueda infructuosa, han decidido que ya no encontrarán a la dueña del anillo pero, para que no quede todo en una bonita anécdota, han pensado en una historia alternativa: la mujer de Pepe perdió su anillo y no recuerda dónde podría estar porque tiene Alzheimer. Así, el anillo adquiere ahora un nuevo reto: se destinará a recaudar fondos para la Fundación Alzheimer Catalunya. La campaña terminará el día 11 de febrero con una fiesta en la que se subastará el anillo (en el casinet d'Hostafranchs de 19.00 a 21.00 horas). Se puede ayudar de varias maneras: haciendo un donativo a una cuenta corriente, aportando joyas (relojes, pulseras, anillos...) que hayáis encontrado o que ya no utilicéis, o pasando la voz para que la campaña vaya creciendo. Toda la información, en su blog: http://quienquiereapepe.blogspot.com/
No puedo ni imaginar lo que debe ser que tus recuerdos se evaporen, que día a día una nube de olvido se vaya tragando tu vida, vaciándote de todo aquello que fuiste o que conociste; lo desorientada que se debe sentir una persona que, de pronto, ya ni siquiera recuerda que, tiempo atrás, en su dedo anular llevaba -feliz- un anillo con el nombre de Pepe.
He querido volver a hablar de esta historia porque me emociona ver que hay personas a las que no les asustan los grandes objetivos/retos, pero me emociona aún más ver que no se rinden si no consiguen alcanzar dichos objetivos, y que, en lugar de tirar la toalla, buscan soluciones alternativas, igual o más generosas. Además, porque me gusta reafirmarme en la certeza de que hay gente que sueña, que cree en sus sueños y que se atreve a luchar por ellos. Y, por último, porque me recuerda que el ser humano siempre -SIEMPRE- me acaba conmoviendo por su grandeza.
Gracias, muchísimas gracias,
a los buscadores de Pepe...