Un guerrero
llamado Nobushige fue a ver al maestro Hakuin y le preguntó: “¿Existen
realmente un paraíso y un infierno?”.
-“¿Quién
eres?”, preguntó Hakuin.
-“Soy un
samurái”, respondió orgullosamente el guerrero.
-“¿Tú, un
samurái? -exclamó Hakuin-. ¿Qué gobernador te aceptaría en su guardia? ¡Tienes
un aspecto de pordiosero...!”.
Nobushige se
encolerizó tanto que hizo ademán de desenvainar la espada, pero Hakuin
continuó: “¡Así que tienes una espada! De todos modos, no está lo bastante
afilada como para cortarme la cabeza”.
Mientras
Nobushige, lleno de ira, desenvainaba su espada, Hakuin exclamó:
-“¡En este
momento se abren las puertas del infierno!”.
Al escuchar
estas palabras el samurai, comprendiendo la enseñanza del maestro, volvió a
envainar la espada e hizo una profunda reverencia, en señal de respeto.
-“Disculpe,
perdí mi compostura”, dijo.
-“En este
instante -observó Hakuin-, se abren las puertas del paraíso”.
El paraíso y el infierno están dentro de ti. Cuando te
comportas de forma inconsciente, estás a las puertas del infierno; cuando estás
alerta y consciente estás a las puertas del cielo.
(Relato Zen)
No me canso de decirlo, es un placer encontrar un lugar donde encontrar respuestas. Un abrazo Elena
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainhoa. Tus visitas también son siempre un placer. Un abrazo.
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