Diez
consejos del Lama Kalu Rimpoché
1 ) Busca en ti mismo la fuerza del propósito, la fe en la
propia regeneración. Tu divinidad te espera. Esfuérzate en hallarla y
actualizarla.
2) Practica en todo momento la religión universal del bien
sin distinción de creencias, de clases, de partidos, de intereses, de
nacionalidades, de razas, de reinos de la naturaleza.
3) Relega al olvido tus faltas y limitaciones pasadas, para
renacer con renovados estímulos a una vida mejor. Entonces serás merecedor de
la invisible ayuda.
4) Practica la simpatía y adquiere el hábito del contento a
través de todas las circunstancias. Decídete a realizar el leve esfuerzo de
prescindir de los pequeños defectos. Lucha con todas tus fuerzas contra la
depresión, contra la tristeza, contra el tedio, contra el mal humor. Combate
los métodos dominantes de acritud e imponte la condición de ser siempre y con
todo el mundo amable.
5) Procura dar todas las facilidades posibles a los otros.
Ayúdalos a descubrir su camino más noble y a seguirlo. Haz de la generosidad de
pensamiento y acción tu ley silenciosa.
6) Proponte firmemente no censurar a nadie, ni aún de
pensamiento. ¿Qué sabemos de las verdaderas causas de los actos ajenos?
Esfuérzate, por el contrario, en comprender.
7) Adopta una divisa solar, de alegría, a todas horas.
Entonces, la luz oculta que guía al mundo te la incrementará y los resultados
te sorprenderán incluso a ti mismo.
8) Procura no auto-exaltarte ni auto-compadecerte. O sea, no
pensar demasiado en ti mismo, si no es con el fin de perfeccionarte.
9) Invoca la armonía como fórmula de salud integral, de
equilibrio del cuerpo y del espíritu. Porque la armonía es la ley suprema del
Universo.
10) Irradia con humildad tu mensaje viviente de belleza, de
espiritualidad y de paz, en un mundo atormentado, materializado, desorientado.
Él necesita de tu eficaz contribución. Ofrécesela. Ofrécele tu mente positiva,
tu cuerpo puro, tu aura armoniosa, tu contentamiento irradiante, tu fe sin
límites en la bondad de la vida y en las leyes que conducen a un alto fin, la
evolución humana.
(Lama
Kalu Rimpoché)
El Lama Vajradhara Kyabje Kalu Rimpoché nació en 1904 en las
montañas de Tretchö, en la provincia de Kham, Tíbet oriental. Su nacimiento fue
acompañado por numerosos signos y presagios extraordinarios. Desde su infancia
mostró naturalmente las marcas de un ser santo y de un aprendizaje anterior, el
desinterés por el ciclo de las existencias, la compasión hacia los seres y el
respeto por el dharma y los lamas. Aprendió la escritura, la lectura y el
sentido del dharma sin esfuerzo, por el mero hecho de recibir la enseñanza.
Murió el 10 de mayo de 1989 y pasó a la historia como uno de
los maestros de meditación, estudiante y profesor del dharma más reconocidos en
el budismo. Además, su gran legado fue el ser uno de los primeros maestros
budistas en traer las enseñanzas a occidente.
(Muchas
gracias a Inés)
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