lunes, 12 de enero de 2015

Propongo un armisticio


(Imagen a través de Qué buena la Foto)


Llevo unos días pensando que, en muchas ocasiones, nos relacionamos con los otros como si estuviéramos en guerra. Voy a intentar explicarme. Andamos por la vida heridos. Y nuestras heridas nos pesan tanto que creemos necesitar protección y armamento. Desconfiamos, recelamos, sospechamos, intentamos descubrir qué se esconde detrás de una sonrisa o de una palabra amable. Y, así, nos convertimos en búnkeres que no dejan pasar ni un rayo de luz, por si pudiera estar envenenado, o en tanques que van directos a su objetivo pisando todo lo que encuentran por el camino, para no tener que enfrentarse a una emoción, del tipo que sea. Porque duele. La herida, muchas veces, duele.

Escucho historias –cercanas o lejanas- y me pregunto hacia dónde va el ser humano. Las mujeres se quejan de los hombres. Los hombres de las mujeres. Los jefes de los empleados, los padres de los hijos, los profesores de los alumnos… (y viceversa).

Entonces creo que es tiempo de establecer un armisticio, de dejar de sospechar y de ver al otro como un enemigo. Creo que es tiempo de empatía, tiempo de comprender. De hablar y de escuchar. Desde el corazón. Hacia el corazón. Es tiempo de dejar las espadas –los egos- a un lado y empezar a darnos la mano. Quizás el otro “te ha hecho daño” (muchas muchas comillas en esta frase puesto que no creo que “otro” pueda realmente herirte) pero, ¿te has parado a pensar qué le pasa a ese otro?, ¿conoces su situación?, ¿sabes qué es lo que a él o a ella le duele? 

Es tiempo de dejar de buscar responsables fuera y comenzar a mirar hacia dentro. Tu herida duele y grita, porque está pidiendo que te ocupes de ella. No te distraigas intentando encontrar culpables. Empieza a cuidarte, empieza a quererte, empieza a sanarte. Y cuando te sanes, te quieras y te cuides, descubrirás quizás que no hace falta que seas un búnker, porque nadie pretender hacerte daño, y que tampoco necesitas convertirte en un tanque, porque la vida te trae lo que verdaderamente te hace falta.

Toda persona con la que te cruzas en el camino es una oportunidad de Amar. Permítetelo.

8 comentarios:

  1. Hoy me he levantado "en guerra" (conmigo misma, claro). Esto es lo que necesita leer. GRACIAS.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Anónimo. Me alegro que te haya sido útil la entrada. Un beso.

      Eliminar
  2. Es una buena noticia pensar que estar bien en la propia piel, es la mejor manera de acercarte a los demás, sabiendo que todos tenemos defectos y cualidades,por lo tanto aceptando al otro de la misma manera que debemos aceptarnos a nosotros mismos.
    Como dijo alguien que no recuerdo:"en este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, creo que todo empieza por quererse y cuidarse uno, así no exiges a los otros lo que tú no te estás dando… Buen refrán. Gracias, Unknown! Un abrazo.

      Eliminar
  3. Me ha gustado mucho el post. Ahora sólo falta saber si tendremos el valor de seguirlo y salir a la calle sin coraza. Aunque pueda asustar un poco, es cierto que se va mucho más ligero... Enhorabuena!!! (antes borré el comentario por error!!!)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Enrique. ¿Te imaginas que todos saliéramos a la calle sin coraza? Las cosas serían distintas, sin duda. Un abrazo enorme.

      Eliminar

Tu comentario es una buena noticia...