(Imagen de google)
El 30 de marzo de 1973 un hombre envió una carta al escritor
E. B. White diciéndole que había perdido la fe en la humanidad. White, que era
una persona positiva, siempre creyó que un escritor tenía la responsabilidad de
ser todo lo bueno que pudiera en su arte y no interpretar la vida solamente sino darle forma, y que también tenía el deber de dar esperanza a los demás. Por
este motivo, esta fue su respuesta al Sr. Nadeau:
Estimado Sr. Nadeau:
Mientras exista un
hombre honesto, mientras haya una mujer compasiva, la posibilidad de contagio
seguirá viva y el panorama no será desolador. En los malos tiempos, nos queda la
esperanza. Me levantaré el domingo por la mañana y daré cuerda al reloj, como
una contribución al orden y a la constancia.
Los marineros tienen
una expresión sobre el tiempo, dicen: el tiempo es un gran engañador. Supongo
que lo mismo puede decirse de nuestra sociedad humana. Las cosas pueden parecer
oscuras, pero de pronto aparece una abertura entre las nubes y todo cambia, a
veces repentinamente. Es bastante obvio que la raza humana ha convertido la
vida en este planeta en un gran caos. Pero, como pueblo, probablemente guardamos
semillas de bondad que han sido almacenadas durante mucho tiempo, esperando a
brotar cuando se den las condiciones adecuadas. La curiosidad del hombre, su persistencia,
su inventiva y su habilidad han acabado provocándole serios problemas. Sólo cabe
esperar que esos mismos rasgos le permitirán encontrar el camino para salir de
ellos.
Aférrese a su
sombrero. Aférrese a su esperanza. Y dé cuerda al reloj, pues mañana será otro
día.
Atentamente,
E. B. White
(Gracias a Bernardo)
Seguramente el problema del pobre Sr. Nadeau era buscar la humanidad fuera de sí mismo, como algo exterior que pudiera comopletarlo y apaciguarlo.
ResponderEliminarTienes razón, Pandu, supongo que perder la fe en la humanidad no es otra cosa que perder la fe en uno mismo… Gracias, me gustó mucho. Un beso enooooorme. <3
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