“Recibe servicio” es la historia de un hombre que vive en la pura queja, todo le parece mal, todo le enerva, los otros le resultan idiotas, pesados, cargantes o molestos. Hasta que, un día, un desconocido le regala unas gafas. Al principio se asusta porque, desde el momento en que se las pone, las gafas le muestran los problemas, el dolor o las aflicciones de las personas con las que se va cruzando. Pero, luego, comprende…
Es capaz de comprender porque, por primera vez, se apea de su ego que le hace vivirlo todo como un ataque o una afrenta personal, para ver lo que está pasando en las vidas ajenas. Y no es que aquella mujer ni siquiera le mire –a él-, sino que está de duelo y no consigue ver más allá de su dolor; y no es que aquel hombre le grite –a él-, sino que está frustrado porque se siente solo y necesita un abrazo. Y no es que… sino que…
Evidentemente, el vídeo presenta un caso exagerado pero me ha hecho reflexionar. ¿Cuántas veces, al mirar a los otros y al relacionarnos con ellos, lo hacemos desde nuestro ego, desde lo que nos hacen sentir –A NOSOTROS-, olvidándonos por completo de lo que les pueda estar pasando a ellos? Los miramos, sí, pero somos incapaces de verlos. Las barreras del ego nos lo impiden. Vemos el dolor y las molestias que ellos nos causan pero no vemos la tristeza de sus ojos, las necesidades de su corazón, los miedos de su alma. Si pudiéramos verlos –VERLOS-, ¿cambiaría nuestro acercamiento o nuestro pensamiento sobre las personas que se cruzan en nuestro camino?
“No se ve sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”, decía El Principito. Y es cierto. La buena noticia es que tenemos unas gafas mejores que los ojos, las gafas del corazón. Sólo que, a veces, olvidamos utilizarlas.
Evidentemente, el vídeo presenta un caso exagerado pero me ha hecho reflexionar. ¿Cuántas veces, al mirar a los otros y al relacionarnos con ellos, lo hacemos desde nuestro ego, desde lo que nos hacen sentir –A NOSOTROS-, olvidándonos por completo de lo que les pueda estar pasando a ellos? Los miramos, sí, pero somos incapaces de verlos. Las barreras del ego nos lo impiden. Vemos el dolor y las molestias que ellos nos causan pero no vemos la tristeza de sus ojos, las necesidades de su corazón, los miedos de su alma. Si pudiéramos verlos –VERLOS-, ¿cambiaría nuestro acercamiento o nuestro pensamiento sobre las personas que se cruzan en nuestro camino?
“No se ve sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”, decía El Principito. Y es cierto. La buena noticia es que tenemos unas gafas mejores que los ojos, las gafas del corazón. Sólo que, a veces, olvidamos utilizarlas.
¿Y tú?, ¿qué gafas utilizas?
Desde que te conozco, las del corazón, of course.
ResponderEliminarSin lugar a dudas, Elenita mía.
Miles de millones de petonets :)
Ah, la empatía. Qué fácil es pronnciar la palabra y qué difícil es darla y recibirla...
ResponderEliminarEn ello estoy quierida BN, en ello estoy.
¿Sabes qué gafas utilizo? las que tú me has regalado!!
Gafas para ver desde el corazón
Hola encantadora directora. M'ha agradat molt aquest post, és veritat, ens fiquem dins el nostre món i no veiem més enllà... vaig a comprar-me unes altres ulleres, que les meves les tinc ja molt gastades!
ResponderEliminargràcies un cop més. Bona setmana... i bon cine!!!!
Todos nosotros tenemos las gafas con las que queremos ver la vida.Tenemos que saber que las gafas para ver son las que cada uno quiera.Yo desde hace un tiempo,he elegido ser feliz.Miro la vida con mis gafas con las q intento siempre llegar al corazón de cada persona,y sentir lo que quiero de verdad en mi vida.Un beso con Sentimiento querida amiga.
ResponderEliminarMe alegra haber contribuido, Siberianita de mi corazón. Petonets enormes también para ti. A montones!!!! :-)
ResponderEliminarAy, Esbarzer, mira que eres mono tú también, córcholis!!!! Jajajaja
ResponderEliminarYo creo que en eso estamos todos o casi todos (quiero creer...).
Igual te digo, me alegra saber que contribuyo...
Muaaaaaaaas. Enormes, as always.
Ei, Marineti, després ens veiem i m'ensenyes les noves ulleres, jajajajaja
ResponderEliminarGràcies a tu, pantunfla. Ens veiem després!!!!
Buena estrategia, Sentimiento, intentar ser feliz y llegar al corazón de las personas. Ahí coincidimos. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarLas gafas de ego: para sobrevivir lo justo.
ResponderEliminarLas gafas de la empatía: para sentir al prójimo y ayudarle, si lo desea.
Las gafas del amor: para alcanzar las estrellas.
Las gafas del miedo: para pisarlas con saña.
Las gafas del humor: para vivir mas largo y mas mejor.
Las gafas de la impotencia: para conocer nuestras limitaciones.
En fín, así podríamos seguir y por supuesto mejorar estas afirmaciones personales que me han salido de sopetón. Un abrazo de gafas cómplices.
Me ha encantado tu colección de gafas, emejota. Gracias!!!!!
ResponderEliminarOtro abrazo muy fuerte para ti. Cómplice, por supuesto.
Hola Elena siempre digo que cada alma tiene su propia historia, por eso "el no juzgar" "no suponer", ponerse las gafas, quizás sea ponerse en el lugar del otro y respetarlo para que nos respeten, lo escencial es invisible a los ojos totalmente,
ResponderEliminarNo pude ver el video, hay un espacio en blanco, luego paso.
abrazos!
MI corazón sufre de hipermetropía, es decir que ve mejor de lejos que de cerca.
ResponderEliminarQuizás sea la explicación de todo ;)
Besos con gafas
Es un lindo post Elena, y muy didactico tambien, es tan dificil darse cuenta, que todos somos uno, nos lamentamos si alguien en la familia sufre, nos compadecemos y ayudamos, pero es bien dificil que lo hagamos por un extraño, y yo creo que tu post va dirigido a eso a que vieramos con el corazon y que seamos amables con las personas, y si alguien no saluda en el ascensor pùes le sonreiremos y le deseemos un buen dia, por que solo esa persona sabe lo que esta viviendo, aplicarlo te deja un sentimiento bonito en el corazon...
ResponderEliminarBesitos amiga y que tengas un lindo dia
Janeth
Es un lindo post Elena, y muy didactico tambien, es tan dificil darse cuenta, que todos somos uno, nos lamentamos si alguien en la familia sufre, nos compadecemos y ayudamos, pero es bien dificil que lo hagamos por un extraño, y yo creo que tu post va dirigido a eso a que vieramos con el corazon y que seamos amables con las personas, y si alguien no saluda en el ascensor pùes le sonreiremos y le deseemos un buen dia, por que solo esa persona sabe lo que esta viviendo, aplicarlo te deja un sentimiento bonito en el corazon...
ResponderEliminarBesitos amiga y que tengas un lindo dia
Janeth
Hola Adriana, se trata justo de eso, tratar de ponerse en el lugar del otro y reconocer que no tenemos ni idea de lo que pueda estar pasando en su vida.
ResponderEliminarHay un dicho que me parece que es indio: "No juzgues a un hombre hasta que no hayas caminado una milla en sus zapatos".
Espero que hayas podido ver el vídeo. Un beso gordo.
Creo que a todos nos pasa un poco lo mismo, Dani. Y, sí, debe ser una explicación pero es bueno saberlo y tratar de cambiar el chip. Creo....
ResponderEliminarBesos gordos.
Es justo eso, Janeth, tratar de mostrar siempre nuestra mejor sonrisa y ser amables con todos los que nos cruzamos porque no sabemos lo que está pasando en sus vidas y seguro que si dan un grito en lugar de una sonrisa es porque tienen algún problema. Lo natural es sonreír. :-)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
las gafas rayadas que me regaló un zorro! De dónde sacas estas peliculas?
ResponderEliminarlas gafas rayadas que me regaló un zorro! De dónde sacas estas peliculas?
ResponderEliminarHola Palabrota, pues esta, en concreto, me la pasó un amigo. La verdad es que muchas de las cosas que cuelgo me las envían amigos, conocidos e incluso desconocidos. Tengo suerte de que me ayuden con el blog, así va creciendo día a día.
ResponderEliminarUn beso.
sabia, dulce e bella...
ResponderEliminarMe voy a dormir con una gran sonrisa, Gonzalo. Gracias...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarParece fácil, querida Buenas Noticias, pero en realidad esas gafas no las regalan y hay que esforzarse un poco para conseguirlas.
ResponderEliminarTe mando un abrazo desde este -hoy- soleado Mediterráneo.
Acabo de cambiar de gafas, y no dudo que para ver y mirar, tendré que volver a cambiar.
ResponderEliminarEs cuestión de tener vista.
Besotes
Sé que no es fácil, querido Argonauta, y que hay que esforzarse. Pero el esfuerzo merece la pena. Los resultados son siempre brillantes...
ResponderEliminarCasi tanto como el sol que brilla hoy en nuestro Mediterráneo. :-)
Un abrazo enorme.
Jajajaja, cambiemos de gafas, Desvanecerse, todas las veces que haga falta.
ResponderEliminarUn beso gordo.
Es completamente cierto. Con las personas que mejor conocemos, podemos saber qué se oculta detrás de un mal gesto, pero con el resto, es difícil imaginarlo.
ResponderEliminarDe igual manera, también deberíamos intentar no volcar en terceras personas nuestros problemas, aunque es difícil.
Un abrazo fuerte
De acuerdo, Lucía, es difícil pero vale la pena intentarlo, poquito a poco, día a día.
ResponderEliminarOtra cosa que podemos hacer es cambiar el "deberíamos" por el "podríamos", así las cosas se hacen mucho más livianas. Creo...
Un abrazo fuerte también para ti, preciosa.
Excelente blog me dejó pensando y pienso como tu......... Uno crea su propia realidad la de pintar a diario su vida con letras
ResponderEliminarQueridísima Helena...
ResponderEliminar¡qué gran lección!
Siempre mirando a través del ego, lo que conseguimos es que el mundo, tan infinito e inabarcable, quede reducido a nuestros esquemas... Y entonces la realidad no se nos revela en su magnificencia, porque queda limitada por nuestra pobre interpretación.
Hay que ver con el corazón, sí... Y mientras más VEAMOS, más nos conoceremos..
besos miles querida amiga..
Muchas gracias, Recomenzar, bienvenida. Me alegra que te haya gustado el blog! Un abrazo.
ResponderEliminarQuerida Isis, tienes toda la razón, si miramos a través del ego, todo siempre tiene que ver con nosotros. Y nos perdemos la gran película que, incluso sin nosotros, sucede a cada instante.
ResponderEliminarMuchos besos también para ti.
Sin duda alguna deberíamos de mirar todos con el corazón querida Elena, pero no siempre es asi. Siempre queda la esperanza de que el corazón llegue a ir al oculista y no sea tarde para que se quede ciego. Un beso enorme querida amiga. Una entrada muy buena
ResponderEliminarMuchas gracias, querida luciérnaga. Ojalá todos los corazones fueran al oculista antes de quedarse ciegos...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Precioso post. Ya lo dice nuestra querida Almudena, "no es lo mismo ver que mirar y al mirar, no todo el mundo" ve lo mismo.
ResponderEliminarun abrazo,
ina
Preciosa frase la del principito y buena lección de vida.
ResponderEliminarGracias Elena, es un post muy instructivo.
ResponderEliminarTe linko el vídeo porque me encanta.
Bss.
Yo ando ciega por la vida, sí, por aquello de mirar con el corazón, como tú dices...
ResponderEliminarSeñor, vio la peli de Alicia? se prostituyó Burton? o Disney la tiene muuuuuy larga? Espero usted sepa responderme. Beso.
ResponderEliminarGracias, Ina. Me alegra que te haya gustado el post. Un beso.
ResponderEliminarHola Sally, bienvenida y gracias por el comentario. Un beso.
ResponderEliminarGenial, Evita. Un beso gordo.
ResponderEliminarNo te creo, querida paciente. Pero te mando un abrazo bien fuerte.
ResponderEliminarNo he visto la peli de Alicia todavía así que no te puedo responder. Tal vez es que hay diferentes visiones sobre el asunto? No sé...
ResponderEliminarUn beso.
Me has hecho llorar. Creía que ya no estaba tan sensible. Me equivoqué, una vez más.
ResponderEliminarQuerida Honey Queen!!! Qué bueno saber de ti. Cómo estás? Sigues sensible... veo.... Te mando un abrazo enorme.
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