martes, 28 de julio de 2009

Love letters


"Straight from your heart", decía la canción. Cartas de amor que vienen, directamente, del corazón. Llamadme cursi pero me encantan las cartas de amor, me chiflan las historias de amor, me apasiona que me cuenten maravillosos cuentos románticos que han vivido personas conocidas o desconocidas. Sí, me encanta. Me da esperanza...

Mi amiga Alhy me ha enviado una de esas historias (muchísimas gracias!!!!! me encantó, ya sabes...). Decía en su correo que ella necesita creer en este tipo de cosas. Yo también. Por eso, y porque el amor siempre es una buena noticia, la quiero compartir aquí. Ésta es la historia:

Carmen Ruiz Pérez y Steve Smith, que hoy tienen ambos 42 años, se enamoraron hace 17 en el condado de Devon (Inglaterra), donde ella estudiaba en el marco de un programa de intercambio. Pero, después de un año de relación, sus vidas se separaron al trasladarse ella a París para trabajar. Unos años después, en un intento desesperado por resucitar su amor, Steve encontró la dirección de la casa de la madre de Carmen en España y le envió una carta, pero la misiva, colocada sobre la repisa de la chimenea, terminó cayéndose y perdiéndose durante más de una década. La carta de amor sólo reapareció al ser retirada la chimenea para unas obras de renovación."Cuando encontré la carta, no llamé a Steve en seguida porque estaba demasiado nerviosa", declaró Carmen Ruiz al diario local Herald Express. "Casi ni le llamo. Cada vez descolgaba el teléfono y lo volvía a colgar. Pero sabía que tenía que hacer esa llamada", precisó la española, que seguía soltera. Cuando ambos se reunieron en París unos días después, fue como si el tiempo se hubiera detenido, dijo Smith, que trabaja como supervisor en una fábrica."Cuando nos reencontramos fue como una película. Corrimos por el aeropuerto hasta caer el uno en los brazos del otro. En 30 segundos (...) nos estábamos besando", explicó al mismo diario local. "Me alegro de que la carta terminara finalmente donde tenía que terminar", agregó el flamante novio después de la boda, celebrada el pasado viernes.

Una historia maravillosa, ¿no es cierto?

Buscando algún vídeo o foto con el que acompañar esta noticia tan especial, encontré el siguiente vídeo, titulado "Love letters". Me gustó el clip pero cuando leí la historia me chifló: su autor, Jeff Paul, lo hizo para pedirle matrimonio a su novia, Natasha. Evidentemente, ella dijo sí.



Este post lo dedico a mi amiga Tamara que, una vez, hace ya mucho tiempo, dijo que era mi “par romántica” y que hoy, desde donde quiera que esté, sé que cuida de mi corazón.



jueves, 23 de julio de 2009

El camino menos transitado


I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.

(Fragmento de "The Road not taken", Robert Frost)


Está el camino de todos.
Y está tu camino.
Hace unos meses hablé de caminantes.
Hoy quiero hablar de caminos.
Porque está el camino de todos.
Y está tu camino.
Pero, ¿cómo saber que no te equivocas?,
¿cómo saber que tu camino es EL CAMINO?

"Observa el camino muy atentamente. Ponlo a prueba el tiempo que sea necesario y luego formúlate la única pregunta que haría un viejo sabio. La pregunta que me hizo mi maestro cuando yo era joven y mi sangre demasiado impetuosa para poder comprenderla. Ahora te haré la misma pregunta: ¿ese camino tiene corazón? Si lo tiene, el camino es bueno. Si no, resulta absurdo emprenderlo". (Carlos Castaneda) (Gracias por recordarme y prestarme la cita, Alhy)

No importa si es el menos transitado, no importa si tienes que recorrerlo en solitario, no importa si la oscuridad te acecha y los fantasmas te persiguen, no importa si te caes y te cuesta levantarte, no importa si estás alegre o triste –de hecho, a veces estarás alegre y, a veces, estarás triste-, no importa si llueve o hace sol. Lo único que importa –te lo aseguro- es que tu camino tenga corazón.

domingo, 19 de julio de 2009

Personas como faros





Si no fuera una caminante de las estrellas, me gustaría ser un faro. Porque me encantan los faros. Es mágico saber que existe una torre con luz, que guía a los navegantes en las noches oscuras.

Todos necesitamos faros. No para cuando es de día, cuando brilla el sol, cuando todo está bien. Sino para cuando oscurece, cuando te acechan los miedos convertidos en fantasmas, cuando tu barco va a la deriva y has perdido el rumbo. Un faro impide que, en la oscuridad, te golpees contra las rocas. Por eso, si no fuera una caminante de las estrellas, me gustaría ser un faro.

Este post quiere ser un homenaje a todas las personas que son y han sido como faros en mi vida. Un homenaje y un agradecimiento. Porque, gracias a vosotros, aunque mil veces haya perdido mi rumbo, nunca he llegado a destrozar mi barco, y, tarde o temprano, vuestra luz me ha guiado con suavidad hasta las maravillosas bahías y calas que hay en mi vida.

Sois muchos. Pero dais forma a mi corazón. Por eso, gracias. Muchísimas gracias.

miércoles, 15 de julio de 2009

Lo que me hace feliz

El otro día me enviaron, de una revista con la que a veces colaboro, a cubrir una rueda de prensa que tenía lugar en Barcelona, en la clínica Dexeus. El tema era el 25 aniversario del primer bebé probeta español.

Tanto el tema como el lugar removieron muchas cosas en mí y me hicieron darle vueltas a un asunto que creo que es importante. ¿Por qué a las mujeres (al menos a las de mi generación, tal vez la cosa ahora haya cambiado... ojalá…) se nos inculca que estamos incompletas si no tenemos pareja e hijos?

Durante muchos años pensé que no sería feliz si no tenía ciertas cosas y, entre ellas, una pareja y un hijo. Nunca he sido muy materialista pero dentro de la lista de cosas necesarias entraban, también, una casa (piso, apartamento, techo donde refugiarme...), un trabajo medio decente y una mínima cantidad de cosas que me proporcionarían bienestar.

Sin embargo, en este año complicado, en el que no he tenido nada de lo que pensaba que necesitaba para ser feliz, he descubierto qué es lo que me hace verdaderamente feliz. Y, es curioso, no tiene nada que ver con la lista que siempre tuve en mente.

Lo que me hace feliz es darme cuenta de que tengo todo lo que necesito para ser feliz. Lo que me hace feliz es, precisamente, concentrarme en todo eso que tengo y no en lo que -supuestamente- me falta. Lo que me hace feliz es sentarme cada mañana y cada noche a meditar y descubrir el inmenso amor y la brillante luz que hay en mi corazón y que he apagado tantísimas veces al pensar que no tenía "lo que necesitaba para ser feliz". Finalmente, lo que he descubierto es que lo que me hace feliz es SER, más que TENER. Así que, ahora, he cambiado de verbo y camino sonriente, muy sonriente. Porque sé que, cuando me conecto con lo que verdaderamente soy, la vida me regala todo lo que necesito para ser feliz.

La buena noticia de hoy es, pues, que tienes todo lo que necesitas para ser feliz. Mira a tu alrededor y sonríe. ¿Te das cuenta?

viernes, 10 de julio de 2009

Bai Jia Bei


Después de unos meses de convivencia circunstancial, mi madre está empezando a confirmar sus eternas sospechas de que estoy completamente turuleta. Y, quizás, tenga razón. Como todo tiene un motivo, pasaré a explicaros la historia porque, además, me gustaría pediros (a los que queráis) vuestra colaboración.

He decidido coserme una "colcha de los deseos". Sí, lo sé, nunca pensé que la palabra "coser" y la palabra "yo" estarían juntas en una frase pero.... ayer descubrí, en el blog de Bet, una historia que me encantó. Se trata de la tradición del Bai Jia Bei. Viene de China y, normalmente, se relaciona con la celebración del nacimiento de un niño y de la felicidad por una nueva vida. Un Bai Jia Bei es una “colcha de los 100 deseos” (más abajo tenéis la leyenda). Y se realiza con 100 retales de telas diferentes (patchwork) que son aportadas por 100 personas, entre familiares, amigos y conocidos. Cada uno de estos retales viene acompañado con un deseo, poesía, proverbio, cita, etc., escrito en una hoja, tarjeta o postal, en la que también aparece un trocito menor de esa misma tela, que identifica el cuadradito de la colcha con el deseo y la persona que lo pidió. Estos deseos se recopilan, posteriormente, en un álbum. Es una colcha que guarda la suerte, la energía y los buenos deseos de todos los familiares y amigos que contribuyen con el retal. (La historia me hizo recordar una peli cursi, pero que me encantó, en la que un grupo de mujeres maduras hacían una colcha para la nieta de una de ellas: "Donde reside el amor").

Por circunstancias que muchos conocéis y otros desconocéis, estoy a punto de iniciar una nueva vida. En una nueva casa. Y he pensado que me gustaría que, ya que se me da la oportunidad de comenzar de nuevo, mi nueva casa tenga solamente cosas que me gusten muchísimo, cosas que signifiquen algo, cosas que toquen, de alguna forma, mi corazón. Porque la vida me ha enseñado que las únicas cosas importantes son las que salen del corazón. Así que pensé que, para mi nueva cama, voy a intentar coserme una colcha de los deseos que me abrigue muchísimo cuando fuera (o dentro) haga frío.

Y, aunque supongo que os lo estabais temiendo... aquí viene vuestra colaboración (insisto, a los que queráis). Esta colcha se fabrica, como ya he comentado, cosiendo los retales de tela que te envían tus familiares, amigos y conocidos, con sus buenos deseos. Así que si tenéis ganas, os invito a que me enviéis un retal de tela para mi colcha del buen rollito, de mi nueva y super brillante vida ;-)


Lo que necesito recibir es:
- Un trozo de tela de algodón (finita) de 25x25 cm., que os de muy buen rollo.
- Una tarjeta, carta, nota, con un deseo, poema, proverbio o lo que queráis, con vuestro nombre, la cual deberá tener pegada en alguna parte un trozo pequeñito de la misma tela.

Si os animáis, enviadme un mail a buenas_noticias@hotmail.es y os paso mi dirección. La idea es recibir 100 retales (madre mía!!!!). Sería genial pero si sólo recibo 10 estaré contenta igualmente y me haré una mantita de buen rollo para los pies, je je je

¿Cómo lo veis? ¿Me he "chiflao"?


“La última emperatriz de la dinastía Quing fue una simple concubina hasta el día que tuvo la suerte de dar a luz al único hijo varón del emperador. Durante un tiempo se vio forzada a dejar solo a su hijo y concibió un plan para protegerle de las viejas esposas del emperador y obligar a las poderosas familias Manchúes a cesar en su empeño de reclamar el trono. A cada uno de los jefes de los cien clanes más poderosos del Imperio les pidió una bobina de la mejor seda. Encargó a los costureros del palacio que cortaran estas piezas en pedacitos más pequeños y con estos trozos hicieran un traje para su hijo. Así, simbólicamente, pertenecería a cada una de estas cien nobles y poderosas familias. Y bajo su protección los dioses no osarían hacerle daño.”

lunes, 6 de julio de 2009

Cosas que son (im)posibles

Tu mundo será tan mágico como tú creas que es...

"Como no sabían que era imposible...
lo hicieron"

“Eso sí que no lo puedo creer", exclamo Alicia.
“¿Qué no lo puedes creer?”, repitió la Reina con un aire triste, “inténtalo de nuevo, respira hondo, cierra los ojos y cree”.
Alicia se rió. “No tiene sentido intentarlo", dijo, “nadie puede creer en cosas imposibles”.
“Yo más bien diría que es cuestión de práctica”, dijo la Reina. “Cuando yo era joven, practicaba todos los días durante media hora. Y muchas veces llegué a creer en seis cosas imposibles antes del desayuno”.
(Alicia a
través del espejo. Lewis Carroll)

Para esta semana tengo una buena noticia mezclada con una propuesta. Sólo por esta semana te propongo borrar de tu vocabulario la palabra “imposible”, te propongo dejar abiertas las puertas de todas las posibilidades.

Si defines algo como imposible, lo estás condenando a que así sea. Hay muchas cosas que el ser humano creyó utópicas hasta que se hicieron realidad. Y ¿cómo sucedió? Pasó que, en algún momento, alguien dejó de verlas como irrealizables y las hizo posibles, las materializó. Hay quien dice que nada –NADA- es imposible. Así que, por esta semana celebra tu no cumpleaños, pinta una flor, persigue a un conejo blanco, comparte una merienda disparatada, sé un poco loco y, sobre todo, trata de creer en seis –o más- cosas imposibles antes del desayuno. Verás como alguna se hace realidad…

Y que tengas varios... Felices No Cumpleaños


STARWALKER

jueves, 2 de julio de 2009

Un puente indestructible

Puente la Reina (Navarra)

El otro día vi en el blog de mi amigo Pablo un post muy interesante, sobre un hombre, Toni Ruttimann, que construye puentes colgantes en lugares recónditos del mundo y que realiza su trabajo de forma gratuita, utilizando materiales de descarte o donados por empresas. Lo hace para ayudar a gente con pocos recursos y muchas necesidades. Y su trabajo puede verse en lugares tan distantes como Colombia, Honduras y Nicaragua o Camboya, Tailandia y Myanmar. Para saber más: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1141451&pid=6706246&toi=6263

Me encantó la noticia y me quedé pensando sobre puentes. Para la RAE, la palabra "puente" tiene varias acepciones pero todas ellas me gustan, porque el puente siempre define algo que une dos elementos -contrarios o no- que se encuentran separados. Tal vez, su opuesto sería el muro. Mientras el puente acerca e incluye, el muro divide, aisla, excluye.

He seguido pensando (el tema da mucho de sí...) y me he dado cuenta de que en nuestra vida -y en nuestras relaciones- tenemos, siempre, la posibilidad de escoger entre construir puentes o levantar muros. Se construyen puentes con sonrisas, con abrazos, con el corazón abierto y confiado. Se levantan muros con prejuicios, con sospechas, con temores. El perdón y el amor son puentes. El miedo y el odio son muros. Así pues, de nuevo, la buena noticia es que podemos elegir. Elegir entre construir puentes o muros. ¿Cuál es tu opción?

"Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible."
(Fragmento de "Táctica y Estrategia", de Mario Benedetti)

Hablar y escuchar son, también, herramientas
del constructor de puentes...