al inicio de la película,
a ese momento mágico en el que 2 y 3 se han encontrado
y se abre, ante ellos, un mundo entero de posibilidades.
Todos los sueños están aún por soñarse,
todos los caminos por recorrerse.
Todo depende de ellos. Solamente de ellos...).
Hoy he ido a ver Revolutionary Road, una película de la que me habían hablado bien y mal (o sea que iba dispuesta a todo...). Y me ha gustado mucho. Por eso, os la recomiendo para este fin de semana. No suelo recomendar películas en el Periódico de las Buenas Noticias pero me apetece hablar de ésta. Porque la película, basada en la novela homónima de Richard Yates, propone la idea de que existen tres tipos de personas:
1) Los que no se enteran de nada y viven una vida volcada en el consumo, en el "socializar", en la superficialidad.
2) Los que se enteran pero, a veces, por cobardía, miran hacia otro lado.
3) Los que se enteran y deciden perseguir sus sueños, apostar por lo que su corazón les pide. Porque no saben ni pueden vivir de otra manera.
Los del grupo 1 son muchísimos y, en general, no suelen tener "solución" o forma de salir de ahí -básicamente porque no ven- (suelen juntarse entre ellos o con algún "renegado" del grupo 2). Los del grupo 2 son afortunados porque la vida les muestra opciones pero no siempre tienen el coraje de arriesgar, de apostar por sus sueños (éstos pueden juntarse con los del grupo 1 y tendrán una vida cómoda pero desdichada, y pueden juntarse con los del grupo 3 y tendrán una vida menos cómoda pero más auténtica). Los del grupo 3 son "los imprescindibles" -como decía Bertolt Brecht-, son los que sueñan, los que luchan, los que hacen que brille el sol (éstos tienen tres opciones: quedarse solos, juntarse entre ellos o apostar por alguien del grupo 2 y... ¡a ver si hay suerte!...).
Los de los grupos 1 y 3 no tienen opción. Son lo que les ha tocado ser. Pertenecer al grupo 2, en cambio, es más complicado porque jamás podrán entrar completamente en el grupo 1 (ya que ellos sí son capaces de "ver") pero tendrán que tener un gran valor para entrar en el grupo 3 (valor que no siempre "quieren" tener, y digo "quieren" porque "poder", sí pueden. Si se te ha dado la oportunidad de "ver" es porque "puedes"...). El problema que tienen los del grupo 2 es, precisamente, su suerte: el hecho de poder "ver". Porque cuando ves es muy difícil autoengañarte y, si tratas de hacerlo, tu insatisfacción es cada vez mayor (aunque, a veces, como en la película, lo descubran cuando es ya demasiado tarde).
La reflexión para este fin de semana es: ¿En qué grupo estás tú?, ¿hasta dónde eres capaz de ver? Se te ha regalado una vida, ¿qué quieres hacer con ella?
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Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht
Lenita, m'agrada que em recomanis pelis, sí, perquè sempre, sempre encertes...
ResponderEliminarHermana Zapata
Jajajajaja, Marineti!!!! sense comentaris.....
ResponderEliminarEl grupo 3 parece el más chulo pero yo creo que es el peor porque te relacionas con gente que no está a tu nivel y eso duele.....
ResponderEliminarbesitos,
Cristina
Pues yo creo que el más chungo es el 2. Porque, en lo más profundo de su ser, saben lo que pueden hacer o lo que podrían llegar a ser, pero no tienen la valentía de realizarlo. Yo creo que, como decía Richard Bach (siento las citas pero me ayudan...), "el pecado original consiste en limitar el ser". Si se te da una capacidad y no la utilizas... algún día la vida te pasará cuentas.
ResponderEliminarBuen finde, Cris!!!!!! Disfruta de tus niños.
Beso enorme,
Elena
Aunque, -y volviendo al tema de Cris porque me ha dejado pensando...- en la peli aparece uno que es, clarísimamente, del grupo 3 y que está loco (o que todos lo califican de loco, vaya...). O, ¿quizás es del grupo 2 y está desesperado porque su clarividencia es su cruz?
ResponderEliminarRecomiendo el libro de Khalil Gibran, "El loco". Así dice su primera página:
"Me preguntáis como me volví loco. Fue así. Un día, mucho antes de que nacieran algunos dioses, desperté de un profundo letargo y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: “¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!”
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, algunas personas, llenas de horror, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó: “Miren! ¡Es un loco!” Alcé la cabeza para mirarlo, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité: “¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!”
Fue así que me enloquecí.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón."
Otro deseo para el fin de semana: que perdais todas vuestras máscaras y que el sol pueda tocar directamente vuestro rostro.
Más besos!!!
Elena
muchas gracias por tu visita y huella!y me alegro que te haya gustado mi espacio. Tengo pensado ver esta pelicula, ya te contare q me parecio!!jeje,
ResponderEliminarsaludos!
Hola Ka!!! Gracias también a ti por esta visita.
ResponderEliminarSí, cuéntame qué te parece la peli, cuando la veas. Es curioso ver el mensaje que cada uno recibe de una misma película...
Un abrazo,
Elena
Como dijo Stéphan Mallarmé la reflexiones son flexiones para el corazón. Y como mio cuore está debilucho sólo haré cuatro o cinco flexiones...uff..bueno, un par de ellas. La clasificación en grupos que propones no deja de ser una calificación de malos, regulares y buenos, lo cual nos lleva a una simplificación, que no es otra cosa que una calcificación mental. Clasificación, calificación y calcificación no ocultan tu idea central: el esfuerzo por conseguir nuestros sueños depende de la luz de nuestro corazón. Está claro que, al final, el choque emocional profundo sea el de los imprescindibles ante los..impresentables.. o sea...prescindibles. Por eso propongo que la inmensa minoría de los bertoltbrechtianos del grupo 3, ( sí, sí, quienes recuperaís el brillo de los ojos y sonrisas a los bostezos ) paséis a concentrar todos vuestros esfuerzos en los volubles-recuperables del grupo 2. En estos momentos en los que las legiones del grupo 1 son como una plaga de langostas que pronto tapará los rayos de sol, os pido que por una vez en la vida penséis tambien en ser prácticos y suméis miembros a vuestro grupo. Estoy hablando de proselitismo y conservacionismo emocional. En el año del bicentenario de Darwin debéis pensar en la teoría de la selección natural de las especies; estoy convencido de que el esfuerzo estratégico de volcarse en la recuperación dl grupo 2 hará posible la expansión y supervivencia del grupo 3. Ya puestos, Lenita, me gustaría que nos aconsejaras una peli a Marina y a mí para ir a ver. Como en tus recomendaciones siempre aciertas podrías conseguir, sin apenas esfuerzo, que uno dl grupo 2 pase a reforzar al grupo 3. Muchos besos a todos los lectores.
ResponderEliminarPD: I love tu blog
Queridisimo capitán Memo, insisto, SIEMPRE me haces reir. Me encanta haberte recuperado en mi vida...
ResponderEliminarY, además, tus flexiones para el corazón siempre dan en el clavo. Estoy de acuerdo en que cualquier clasificación lleva siempre a una simplificación y que la simplificación es una calcificación mental porque está claro que los grupos que propone la película no son compartimentos estancos y que, entre uno y otro, existen miles de zonas intermedias en las que muchos y muchas se pierden. Mi intención al escribir este post fue -como bien has descubierto por la idea central- animar a todos aquellos que lo lean (las grandes cantidades de personas que lo leerán, jajaja) a reflexionar sobre su vida, a la vez que les propongo que se atrevan a buscar y seguir la luz de su corazón.
De todas formas, hablaré con los capos del grupo 3 y les propondré tu idea del proselitismo, aunque sólo sea por esa supervivencia de la que hablas...
Muchos besos, darling. Sabía que tu comentario,llegara cuando llegara, me encantaría!!!!
Elena
Ah, una cosita más: yo no creo que haya buenos ni regulares ni malos. Creo que son, sencillamente, diferentes evoluciones del alma. Y todos pasamos por ellas... Siento si mi vehemencia hizo que pareciera que estaba catalogando moralmente a las personas. No es eso, son las ganas que tengo de que todos, pero todos todos, sigamos fielmente a nuestro corazón. Intuyo que las cosas, entonces, irían mucho mejor, ¿no crees?
ResponderEliminarMás besos,
Elena
La voy a ver y te cuento...
ResponderEliminarTampoco te pierdas "Slumdog Millionaire", rodada en India; ¡fantástica!
Bss.
Genial, Eva, ya me dirás qué opinas. El otro día, un compañero de curro me dijo que había salido muy deprimido de la peli pero yo, al revés, salí super llena de energía.
ResponderEliminarY la de "Slumdog Millionaire" tengo previsto ir a verla el lunes por la noche.... ya te diré...
Muchos besos,
Elena
Como veo que el foro es cinéfilo, quiero comentar la peli de ayer de cuyo título no pretendo acordarme pero aún en cartel en los cines de arte y desmayo. La puesta en escena es algo improvisada pero adecuada a un planteamiento teatral al servicio de un guión de corte eminentemente melodramatico con ribetes de telenovela. Los protagonistas con oficio; ella, también directora del flim, esplendida como siempre y él ya caduco para hacer de galán. Se agradece la aparición tardía del actor secundario, menos histriónico de lo habitual y también reseñar a un Néstor comedido y muy metido en su papel. Destaca el detalle del close-up del agujero en el sandwich por su preciosismo estilístico y su alto valor conceptual. La escena de la gasolinera, a pesar de un inicio bien resuelto con el hallazgo del as de oros, se queda a la mitad ante las inmensas posibilidades de un posible atraco a punta de navaja. Una pena. El final es más bien oleoso pero el cambio de una de las bolas de petanca del estuche antiguo por la inexplicable piedra permite enriquecer todo un mundo de asociaciones implícitas. Flim IMPRESCINDIBLE para entender el recorrido de la directora.
ResponderEliminarPD: en verificación de la palabra he tenido suerte: me toca " pecuse "... que lo sepáis queridos lectores.
jajajajaja,querido capitán Memo, ¿por qué no me ayudas a escribir esa novela de la que ayer hablamos y en la cual tú tendrías un papel, no principal tal vez, pero sí importante? Yo no hubiera podido describir mejor nuestra cena de ayer noche aunque te faltó destacar la maravillosa escena en la que el trasnochado galán le hace entrega de una "preciosa piedra" a la protagonista. Momento amenizado por una romántica canción de los eighties titulada "Love changes everything". Y la gracia con la que la "hermosa" protagonista se pasó el collar por la cabeza, tras realizar una fascinante demostración de destreza nudil. El secundario gruñón y el apacible Nestor no podían hacer más que contemplar, admirados, un derroche tal de poesía.
ResponderEliminarEn fin, la protagonista promete que la próxima será, si no más interesante, sí un poquito más larga (con permiso del secundario que, cuando las noches no son todo lo largas que él quiere, ya no te está amigo....).
Otro beso, capitán Memo. Y queda pendiente que me cuentes los sueños que te provocan tanta elocuencia poética, jajaja
Elena
(Por cierto, lo de la bola de petanca es "bola", no??? porque si mi padre se percata del cambiazo... lo flipa, jajaja)
Ah, sí, por favor, búscale un título a la noche....
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarQuerido Capitán, he optado por suprimir tu último comentario que, si bien era único y tronchante como todos los tuyos, podía llegar a herir sensibilidades así que, aunque no me mola la censura..., prefiero que lo dicho quede entre tú y yo. Igual que tus sueños, jejeje
ResponderEliminarUn beso gordo,
Elena
Me ha gustado mucho lo de las máscaras. El Loco y las máscaras. Si el libro sigue siendo bueno, me lo compraré.
ResponderEliminarNo hace mucho me preocupé justamente de la cuestión de las diferentes caras que se pueden dar al mundo. No sólo para tapar, sino para hacer creer.. ! Ays! qué mundo vivimos!
Con un abrazo,
Sandra
Hola Sandrita,
ResponderEliminares interesante la cuestión de las máscaras. El problema es que, en la mayoría de las ocasiones, cuando las llevamos puestas, no somos conscientes de ello. Y nos influyen en el vivir, en el sentir, en el pensar. Es importante tomar conciencia y que si decides llevar una máscara, al menos, sepas que no está enganchada a tu piel y que, en el momento en que TÚ decidas, puedes sacártela y, como dice Khalil Gibran, que los rayos del sol toquen directamente tu rostro. El libro vale la pena, como todos los de Gibran.
Un beso enorme y gracias por tu comentario!!!
Elena
Acabo de descubrir tu blog... Me gusta lo que cuentas. Y Revolutionary road me gustó mucho, aunque doliera un poco tb.
ResponderEliminarsaludos,
ina
Hola Ina,
ResponderEliminarmuchas gracias por tu comentario y bienvenida al blog!! Es muy buena la peli, hace reflexionar... La verdad es que últimamente hay muchas películas buenas. Te recomiendo, también, "El lector" (muy heavy pero impresionante) y "Slumdog millionaire" (el amor por encima de todo, muy optimista y necesaria...).
Voy a visitar tu blog. Un abrazo,
Elena
Ostrás, esta clasificación me ha dejado helada. Yo soy claramente del grupo 2, viviendo con alguien del 1 y planteándome si cambiar esa y más cosas de mi vida. A veces desearía no tener elección, me siento tan cobarde... (De eso precisamente hablaba la entrada de mi blog que comentaste, de "Si no queda satisfecho...") Ay. :/
ResponderEliminarSaroide, es normal sentir miedo al cambio. A todos nos asusta -creo-. Y todos nos sentimos cobardes ante el planteamiento de si debemos o no debemos tomar una decisión. Puedes elegir entre tomarlas tú o que la vida las tome por ti, porque -vuelvo a creer- cuando la vida te empuja, si no reaccionas, te sigue empujando hasta que caes en lo más profundo y no te queda más remedio que enfrentarte a la realidad, a tus sentimientos, a tus sueños...
ResponderEliminarDe todas formas, ten paciencia contigo misma porque, como decía en este post o en algún comentario, ser del grupo 2 es lo más complicado porque "ves" pero no siempre tienes la fuerza para actuar. Eso sí, piensa que si tienes la suerte de ver es porque alguien pensó, en el momento de repartir los dados, que tú podrías tener la fuerza para actuar. Búsca tu fuerza, Saroide. Y pasa de dependientas chafonas... ;-)
Un beso gordo y, para lo que quieras, ahí estoy. ¡SUERTE!
Saroide, aunque estamos en un foro abierto, perdona que dé mi opinión, cruda como un steck tartare, mmm, sin conocerte.Pero es que es superior a mis fuerzas. Por una vez, y sin que sirva de precedente, seré algo breve. TÚ no has de estar nunca jamás con alguien del grupo 1. Es un prescindible. En esta vida lo deseable es estar con un electrón de carga positiva. Los del grupo 1 son los que desde el polo negativo sólo saben restar. Para salvaguardar toda tu carga positiva, has de ser expeditiva porque si no te van dejando poco a poco sin energía hasta convertirte en un neutrón: "su " querido neutrón.
ResponderEliminarAl menos el periódico de las buenas noticias nos recarga las pilas. Besos.
Capitán Memo, bienvenido de nuevo, tus fans empezaban a echarte de menos... Veo que vuelves con las pilas cargadas y muy osado... Yo no me atrevo a aconsejar de forma tan contundente porque pienso que cada cosa tiene su tiempo y su proceso, y hay algunos momentos en los que no puedes o no tienes las fuerzas para cambiar cosas. Y si lo haces antes de tiempo, luego tu corazón o tu mente o tu alma o algo dentro de ti, te pasa factura. Saroide, you decide. Está en tus manos el cómo, el cuándo y el por qué...
ResponderEliminarCapitán, ¿estás de acuerdo conmigo? Recuerda que me has nombrado public relations del Nautilus.... tengo, entonces, cierto poder de decisión, no???
MUAK
Of course !! Tú tienes todo el ascendente.Si lees mi comentario de nuevo verás que va precedido por unas disculpas anticipadas.Mi tono es contundente pero lo que digo tiene sentido y al menos evidencia mi interés por una persona. Seguramente, seguramente, opiné porque su nombre, Saroide, me recuerda a un cuerpo celeste y me vino a mi cabez< de chorlito el asteroide del pequeño príncipe, el B 612. Él también anda ingrávido, pero clarividente, buscando por diferentes planetas porque las enormes raíces de los baobabs están socavando y resquebrajando su mundo...
ResponderEliminarUnos besos de corto y cambio porque no hay quien siga. A estas horas los terrícolas con sus cosas importantísisisismas no paran de practicar el coñazus interruptus.
Me parece bien el corto y cambio. Y, evidentemente, la alusión al Principito, dueño de todos mis sueños. Que cada uno haga lo que le parezca y punto, jajajaja
ResponderEliminarbesos capitán tan!!!!
GRACIAS POR LOS CONSEJOS, Capitán Memo y Buenas Noticias! Lo tendré muy en cuenta, es un detallazo. MUUUUUUUA.
ResponderEliminarPor cierto, ME ENCANTA El principito, estoy conectada especialmente con ese pequeño y adorable libro. ¿Saroide, un asteroide?... ¡me gusta!
Jajajaja, cuidate, Saroide. Me alegra saber que TE ENCANTA El principito, es uno de mis libros de cabecera... beso enorme!!!!
ResponderEliminarBueno, cuando me refiero al tipo 1 de mi chico, no me refiero a que sea de vida superficial sino que bueno... es un buen chico sencillote, que tira "pa-lante", con su vida -algo más convencional que la que yo había pensado para mí-. Ojo, quizá soy yo la que me paso y me planteo todo demasiado jajajjaja. GRACIAS DE NUEVO. Y prometo no usaros más de consultorio psicológico-sentimental jajajjaaj. ¡Ha sido curioso! :)
ResponderEliminarjajajaja, sí es que esto de bloguear nunca sabes dónde te va a llevar, al final acabas hablando de tu vida a unos completos desconocidos, jajajaja
ResponderEliminarPero, te entiendo, yo también soy de darle vueltas a todo y, a veces, la acabo liando yo solita...
En fin, un beso gordo y, ya sabes, para lo que quieras.... Muak