(Imagen de Elizabeth Gadd)
Todas
las cosas nos hacen guiños
Todas
las cosas nos hacen guiños para que las sintamos.
En
cada gesto nos dicen: ¡No te olvides!
Y un
día por el que hemos pasado como extraños
se
acaba convirtiendo, cuando el tiempo pasa, en un regalo.
¿Quién
puede calcular nuestra ganancia?
¿Quién
nos aleja de los años antiguos, ya pasados?
¿Qué
hemos aprendido desde que nacimos,
sino
que uno se reconoce en eso que ha vivido?
¿Quién
pone calor en todo lo que era indiferente?
Oh
casa, oh pradera en declive, oh luz de tarde,
de
repente apareces ante la mirada
y
estás ante nosotros, abrazando, abrazada.
A
todo ser lo abarca un solo espacio: el espacio
interior
del mundo. Silenciosas, las aves vuelan
a
través de nosotros. Oh, quiero crecer,
miro
hacia fuera y está en mí creciendo el árbol.
Me
preocupo, y está la casa en mí.
Quisiera
protegerme, y el cobijo está en mí.
Yo
que fui amado: en mí reposa
la
imagen de la creación y se deshace en llanto.
(Rainer
María Rilke)
(A
través del Blog de Grego)
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