(Imagen
de Tanya Little)
La vida que aprendo
“En esta vida he aprendido que algunos somos tan pardillos
que necesitamos un ultimátum de los gordos para priorizar de verdad. Y que
cuando priorizas de verdad, tienes un ataque de lucidez tan grande que hasta le
darías las gracias al puto ultimátum.
Que la gente que en circunstancias normales ya es
extraordinaria, en casos extraordinarios consigue el milagro de que todo
parezca normal. Que no hay elogio mayor que ser acusado de ingenuo por un
cínico.
Que nada cura más que saberte y sentirte amado. Y que cerca
de la gente que sufre, recibes un montón de lecciones de dignidad.
Que fingir que no pasa nada acelera lo que no quieres que te
pase. Y que una decisión tan sencilla como quedar con los que amas y alejarte
de los que te hacen la vida imposible te acerca bastante a la felicidad.
Que perder el miedo a cosas absurdas es una delicia, lástima
que hayas tenido que pasar por un miedo más grande y nada absurdo. Y que los
sentimientos bonitos por la gente que nos importa los tenemos que expresar cara
a cara más a menudo.
Que cuando la vida se complica, se multiplican las
oportunidades de aprender de personas increíbles. Y que no debemos
desaprovechar ninguna ocasión para reír, llorar o para darnos un buen abrazo.
Que aceptar las limitaciones tiene un lado doloroso y otro
liberador. Te puedes dedicar en cuerpo y alma a lo que te queda, si aprendes a
dejar de lamentarte por lo que pierdes.
Que cuando se cierra una puerta se abren solitas un montón de
ventanas. Que la amabilidad puede ser la idea más revolucionaria. Que en lugar
de maldecirnos los huesos deberíamos celebrar este esqueleto que nos aguanta.
Que hemos venido aquí, aunque lo disimulamos muy bien, a amar
y a ser amados, y por tanto, a cuidarnos. Que se necesitan médicos y maestros
con visión vanguardista, que en lugar de dedicarse solamente al pedacito que se
les ha asignado, sean capaces de tomar distancia y ocuparse de las personas por
completo, de los pies a la cabeza.
Que la persona con la que puedas llorar y que te haga la
compañía adecuada es, por fuerza, un muy buen amigo. Que sin confianza no hay
motivación, porque confiar a menudo da más frutos que vigilar.
Que me seducen los voluntarios que curran. Los que saben que
todo es un desastre y que todo puede ir muy mal. Y que, por eso, se arremangan.
Y mantienen la ingenuidad necesaria para creer que podrán. Porque sin confianza
no hay convicción y sin convicción no hay resultados y sin resultados no hay
motivos para mantener la ilusión.
Que priorizar significa descartar. Para poder dar el sí
entusiasta y posible deberás decir el no contundente y sin culpa al que no
cabe.
Que lo peor del miedo es cuando nos hace de piloto, cuando se
instala al volante. El miedo a la verdad nos hace mentirosos, el miedo a sentir
emociones fuertes nos hace fríos, el miedo al riesgo nos hace tirar demasiadas
toallas, y el miedo a morir nos puede impedir vivir.
Que somos más lo que hacemos que lo que decimos, somos más lo
que decidimos que lo que pensamos, somos cuando actuamos y no cuando
reflexionamos. Que la educación es el arte y el oficio sublime de aprender
mientras se enseña y de enseñar mientras se aprende.
Que nos hace falta más mala leche y más esperanza. Nos
conviene señalar y denunciar a los culpables, mirarlos a los ojos, no asumir
que esto es lo que hay, mostrarles toda la rabia que sentimos. Y
simultáneamente ir arreglando con las manos el día a día, desde el
inconformismo, con ambición y con la certeza absoluta de que es posible.
Que la belleza está en la mirada, y no existe privilegio más
bonito que ser observado desde el amor incondicional y la alegría de vivir.
Que el optimismo es siempre la opción más recomendable y que,
cuando las cosas van mal, es imprescindible.”
(Carles
Capdevila)
Gracias por este texto, sabias palabras, que paséis un día estupendo. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainara! Que pases un buen día tú también!
EliminarUn beso.
Me ha venido muy bien algo así gracias a Carles y a ti Elena. Un abrazo.
ResponderEliminarPues me alegro mucho, querida Ainhoa!!! Un abrazo.
EliminarElena gracias por compartir textos tan maravillosos. Abro la página con la alegría de encontrar cosas que me llenan el alma!!! Muchas gracias!!! Sigamos difundiendo y contagiando las buenas noticias :)
ResponderEliminarQué bien, Nadia!!! Muchísimas gracias por tu entusiasmo y apoyo. Me alegra saber que encuentras textos que te gustan en el Periódico. Y, como tú dices, sigamos difundiendo y contagiando buen rollo!!! ;-) Un abrazo.
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