“Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor
después de casarnos, después de tener un hijo y entonces después de tener otro.
Entonces nos sentimos frustrados porque los hijos no son lo suficientemente
grandes y pensamos que seremos más felices cuando lo sean. Después de eso nos frustramos
porque son adolescentes (difíciles de tratar). Ciertamente seremos más felices
cuando salgan de esta etapa. Nos decimos que nuestra vida estará completa
cuando a nuestro esposo (a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor carro o una
mejor casa, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados.
La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que
ahora. Si no es ahora, ¿cuándo? Tu vida estará siempre llena de retos. Es mejor
admitirlo y decidir ser felices de todas formas. Una de mis frases: “Por largo
tiempo me parecía que la vida estaba a punto de comenzar. La vida de verdad.
Pero siempre había algún obstáculo en el camino, algo que resolver primero,
algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar. Sólo entonces
la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta que esos obstáculos eran mi vida”.
Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad.
La felicidad “es” el camino; así que atesora cada momento que
tienes y atesóralo más cuando lo compartiste con alguien especial, lo
suficientemente especial para compartir tu tiempo y recuerda que el tiempo no
espera por nadie... así que deja de esperar hasta que bajes cinco kilos, hasta
que te cases, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el
domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno o
hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que éste para ser
feliz... la felicidad es un trayecto, no un destino.”
(Eduardo
Galeano)
MIl gracias Elena!
ResponderEliminarGracias a ti, Elena! ;-) Un abrazo.
EliminarVivir cada milésima de segundo. Sacar lo positivo de las cosas que nos ocurren. No posponer proyectos
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias
A ti, Maria. Un beso.
EliminarHola!!! Si yo soy mucho de planear las cosas y organizarme con mucho tiempo, la verdad que es complicado si es una cosa es otra,aunque intento seguir adelante con optimismo pero hay días que tampoco sabes lo que se quiere y dudas si es el momento justo o no,para no anticipamos a nada,vivir aquí y ahora, gracias, gracias y gracias el periódico de las buenas noticias por esta reflexión !!! Mua
ResponderEliminarA ti, Priscila. Un abrazo! Muaks.
EliminarMe encanta que hayas elegido este texto de Eduardo Galeano, me gusta mucho este tipo, es una pequeña debilidad para mi. Hace poco escuché una entrevista en su casa en Uruguay y me dejo maravillado por su energía positiva y su sabiduría. Y esa frase de Gandhi... ¿que decir?: "...la felicidad es el camino"
ResponderEliminarEn eso estoy, en el "carpe diem", en ser feliz aquí y ahora... me parece un buen anhelo.
Besos :)
A mí también me encanta Galeano. Sus libros, sus entrevistas… cada vez que le escucho, me conmueve.
EliminarTambién me parece un buen anhelo el carpe diem, Al Tagrí. ;-)
Un abrazo.
Gracias periódico de las buenas noticias por esta sabía reflexión porque yo tiendo a esperar el mejor momento para todo y planificar mucho!! Besitos
ResponderEliminarMuchos besos para ti también, Priscila. Ya sabes, relájate y disfruta del momento ;-) <3
EliminarContribuyo a la reflexión planteada de la mano del MAESTRO L. Boff en este pleclaro y sabio escrito:
ResponderEliminar"No podemos dejar de preguntar: ¿CÓMO SER FELIZ EN UN MUNDO INFELIZ? Más de la mitad de la población mundial está sufriendo, viviendo por debajo del nivel de la pobreza. Hay terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones y sequías.
En Brasil 5 mil familias, solamente, detentan el 46% de la riqueza nacional. En el mundo, 1125 multimillonarios individuales poseen una riqueza igual o superior a la riqueza del conjunto de países donde vive el 59% de la humanidad. El calentamiento planetario despertó el fantasma de graves amenazas contra la estabilidad del planeta y el futuro de la humanidad. Ante este cuadro, ¿es posible ser feliz? Sólo podemos ser felices junto con los otros...
Es importante reconocer que estas contradicciones no invalidan la búsqueda de la felicidad. La búsqueda es permanente, aunque sus resultados sean exiguo. Ello nos obliga a hacer un discurso crítico y no ingenuo sobre las oportunidades de felicidad posible.
En la reflexión anterior sobre este mismo tema, enfatizamos el hecho de que la felicidad sostenible es solamente la que nace del carácter relacional del ser humano. Y seguidamente, la que aprende a buscar la justa medida en las contradicciones de la condición humana. Feliz es quien consigue aceptar la vida tal como es, escribiendo derecho sobre renglones torcidos. Profundizando la cuestión, podemos ahora reflexionar sobre lo que significa ser feliz y estar feliz. Pedro Demo, en mi opinión una de las mejores cabezas de la inteligencia brasileña, fue quien mejor estudió entre nosotros la Dialéctica de la Felicidad (3 tomos, 2001). Él distingue dos tiempos de la felicidad, y lo acompañamos en eso: el tiempo vertical y el tiempo horizontal. El vertical es el momento intenso, extático y profundamente realizador: el primer encuentro amoroso, haber pasado en un concurso de oposición difícil, el nacimiento del primer hijo. La persona está feliz. Es un momento impactante, muy realizador, pero pasajero.
El horizontal es el que se extiende por el día a día, como la rutina con sus limitaciones. Manejar sabiamente los límites, saber negociar con las contradicciones, sacar lo mejor de cada situación: eso hace a la persona ser feliz.
Tal vez el matrimonio nos sirva de ilustración. Todo empieza con el enamoramiento, la pasión y la idealización del amor eterno, lo que lleva a querer vivir juntos. Es la experiencia de estar feliz. Pero, con el pasar del tiempo, el amor intenso cede el paso a la rutina y a la reproducción de un mismo tipo de relaciones con su desgaste natural. Ante esta situación, normal en una relación a dos, hay que aprender a dialogar, a tolerar, a renunciar y a cultivar la ternura sin la cual el amor se extenúa hasta convertirse en indiferencia. Aquí es donde la persona puede ser feliz o infeliz.
Para ser feliz a lo largo del tiempo se necesita invención y sabiduría práctica. Invención es la capacidad de romper la rutina: visitar a un amigo, ir al teatro, inventar un programa. Sabiduría práctica es saber desproblematizar las cuestiones, aceptar los límites con levedad, saber rimar dolor con amor. Si no se hace eso, se es infeliz toda la vida.
Estar feliz es un momento. Ser feliz es un estado prolongado. Éste se prolonga porque es siempre recreado y alimentado. Alguien puede estar feliz siendo infeliz, es decir, tiene un momento intenso de felicidad (momento) como el reencuentro con un hermano que escapó de la muerte, igual que puede ser feliz (estado) sin estar feliz (momento), es decir, sin que le suceda algo arrebatador.
La felicidad participa de nuestra incompletez. Nunca es plena y completa. Hago mía la brillante metáfora de Pedro Demo: «la felicidad participa de la lógica de la flor: no hay cómo separar su belleza de su fragilidad y de su ajamiento».
Muchas gracias, Emilio, me ha parecido interesantísimo. La idea del tiempo vertical y el horizontal, o la diferenciación entre ser feliz y estar feliz me han parecido geniales. Lo iré releyendo de vez en cuando porque creo que vale la pena recordarlo. De nuevo, mil gracias, me encantó.
EliminarUn fuerte abrazo.
Creo que la felicidad se encuentra en uno mismo,estar bien en nuestra própia piel.No hay que buscarla porque es algo que como tal no existe.
EliminarUn abrazo
Totalmente de acuerdo, Unknown. Un abrazo.
Eliminarla felicidad esta aquí y ahora. Excelente
ResponderEliminar;-) Un abrazo, Max.
EliminarMe gustaría saber de qué libro fue tomado el texto de Galeano...gracias
ResponderEliminarA mí me lo pasó una amiga, anónimo. No sé si viene de un libro o de una entrevista en los medios de comunicación. Lo siento.
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