Hoy me ha atacado, de forma despiadada e implacable, una
sencilla y -hasta se podría llegar a pensar- inocente pregunta: ¿Estás viviendo tu sueño?
Venía en forma de imagen, justamente la que encabeza esta
entrada. Y dicho ataque ha sido inesperado, uno de esos tortazos que te pega la
vida cuando estás durmiendo y miras hacia otro lado porque no quieres saber
–reconocer- que estás durmiendo. Y vas dejando pasar los días. Como si no
importara. Como si no fuera contigo. Como si el tiempo pudiera recuperarse. Como
si no te fuera encorvando la espalda.
Pero no. Hoy he encendido el ordenador, he entrado en una
página cualquiera y ahí estaba, como quien no quiere la cosa, con pinta de
inocente, como si fuera una nimiedad:
¿Estás viviendo tu sueño?
He disimulado todo lo que he podido. He mirado hacia los
lados para ver si podía endosarle a otro la preguntita pero, al final, no me ha
quedado más remedio que enfrentarme a ello y cuestionarme: ¿estoy viviendo mi
sueño?
Así, me he dado cuenta de que tras esta “inocente y sencilla”
pregunta, había escondida una retahíla de interrogantes, a cual más aterrador,
empezando por: ¿sé, realmente, cuál es mi sueño?
Y, de nuevo, frente a mí se han abierto dos caminos: uno
que me lleva a mirar hacia otro lado, volver a cerrar los ojos, intentar
olvidar preguntas y doparme con la droga que tenga más a mano. Y otro que me
empuja a buscar, a indagar, a descubrir cuál es realmente mi sueño e ir a por
él, a levantarme tras cada caída, a no dejarme vencer, a tomar las riendas de
mi vida y a responsabilizarme de mis pensamientos, de mis emociones y de mis decisiones.
Como diría Castaneda, este último es el camino con corazón…
“(…) Ahora tiene
sentido la pregunta de mi benefactor. ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el
camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte,
pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo
sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte;
el otro te debilita.” (Carlos Castaneda: "Las Enseñanzas de Don Juan”)
Una vez más, tú decides: vivir tu sueño o dormir tu vida...
Qué sabias palabras las de Castaneda..
ResponderEliminarTal vez el secreto sea que más que saberlo hay que sentirlo..
Gracias Elena,como siempre, por abofetearnos tan dulcemente <3
Sí, me encanta Castaneda…. Gracias a ti, por estar ahí, siempre siempre. <3 you.
EliminarGracias, Elena, por recordarnos que a menudo andamos demasiado dormidos. Precisamente de despertar y de vivir nuestros sueños trata la novela "Ri-yendo por el mundo en tiempos inciertos" (http://www.ri-yendoporelmundo.com/). Tu texto parecen las reflexiones de la propia protagonista. Me encanta comprobar cómo nos vamos juntando en el mismo camino, el que "tiene corazón" y "hace gozoso el viaje", como bien escribe Carlos Castaneda. Gracias de nuevo, Elena.
ResponderEliminarGracias a ti, Yolanda, qué bueno saber que no recorremos el camino en solitario, a mí también me encanta saber que navegamos hacia el mismo puerto y nuestros rumbos son similares. Un abrazo grande.
EliminarCrec que si que estic vivint el meu somni, però he d'estar atenta per no perdre el camí. Quan t'adones que t'has desviat, costa temps i energia desfer el camì equivocat, a vegades costa molt, a vegades costa massa. Com més atenta estic, menys hi perdo.
ResponderEliminarLa atención es una de las claves, Anna, estoy totalmente de acuerdo. Gracias por la visita y el comentario. Petons!!!
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