Llevo unos días pensando sobre la impecabilidad, un concepto del que -lo reconozco- no me había preocupado demasiado hasta ahora. Para intentar explicar -explicarme- lo que es exactamente la impecabilidad, he buscado en google alguna definición que me resultara convincente y me he encontrado, cómo no, con el gran Castaneda. Para él, una de las características del guerrero es la búsqueda de la impecabilidad en cada una de sus acciones, tanto en las más grandes como en las más pequeñas. Y la entiende, justamente, como el hecho de dar lo mejor de uno mismo en cada cosa que se hace.
“Yo le narré el modo en que don Juan logró hacerme entender en qué consistía la impecabilidad. Atravesábamos un día un barranco de paredes muy escarpadas; un enorme peñasco se desprendió de su sostén rocoso y cayó con fuerza formidable al fondo del cañón, a veinte o treinta metros de nosotros. El tamaño de la piedra hizo que su caída resultara impresionante. Dijo que la fuerza que rige nuestros destinos está fuera de nosotros y nada tiene que ver con nuestros actos ni con nuestra voluntad. En ocasiones, esa fuerza nos lleva a detenernos en el camino para inclinarnos a atar los cordones sueltos de los zapatos, como yo acababa de hacer, y ganar así un momento precioso. De seguir adelante, era indudable que el inmenso trozo de roca nos hubiese aplastado. No obstante, otro día, en otro desfiladero, era probable que la misma decisiva fuerza exterior nos obligara a anudarnos los cordones en el preciso lugar sobre el cual descendiera un canto rodado de iguales dimensiones. En ese caso, nos hubiese hecho perder un momento precioso, de continuar caminando, nos habríamos salvado. Don Juan concluyó que, dada mi total falta de control sobre las fuerzas que decidían mi destino, el único acto de libertad posible consistía en atarme los cordones impecablemente” (Carlos Castaneda, El segundo anillo de poder)
El otro día, el sembrador de estrellas me llevó a pensar en la importancia de la acción por la acción misma. Hoy, Castaneda me lleva a recordar la importancia de la impecabilidad por la impecabilidad misma, de nuevo, con independencia del resultado.
En realidad, supongo que la impecabilidad estaría relacionada con el hecho de vivir en el presente y de actuar poniendo toda la atención –y la energía- en la acción, en el instante mismo en que la estamos realizando. En cualquier momento. En cualquier lugar. Sea cual sea la acción. La buena noticia es que existen dos formas de hacer las cosas: con indolencia y apatía o con impecabilidad, dando lo mejor de uno mismo. ¿El resultado? Como siempre, es lo de menos…
“Yo le narré el modo en que don Juan logró hacerme entender en qué consistía la impecabilidad. Atravesábamos un día un barranco de paredes muy escarpadas; un enorme peñasco se desprendió de su sostén rocoso y cayó con fuerza formidable al fondo del cañón, a veinte o treinta metros de nosotros. El tamaño de la piedra hizo que su caída resultara impresionante. Dijo que la fuerza que rige nuestros destinos está fuera de nosotros y nada tiene que ver con nuestros actos ni con nuestra voluntad. En ocasiones, esa fuerza nos lleva a detenernos en el camino para inclinarnos a atar los cordones sueltos de los zapatos, como yo acababa de hacer, y ganar así un momento precioso. De seguir adelante, era indudable que el inmenso trozo de roca nos hubiese aplastado. No obstante, otro día, en otro desfiladero, era probable que la misma decisiva fuerza exterior nos obligara a anudarnos los cordones en el preciso lugar sobre el cual descendiera un canto rodado de iguales dimensiones. En ese caso, nos hubiese hecho perder un momento precioso, de continuar caminando, nos habríamos salvado. Don Juan concluyó que, dada mi total falta de control sobre las fuerzas que decidían mi destino, el único acto de libertad posible consistía en atarme los cordones impecablemente” (Carlos Castaneda, El segundo anillo de poder)
El otro día, el sembrador de estrellas me llevó a pensar en la importancia de la acción por la acción misma. Hoy, Castaneda me lleva a recordar la importancia de la impecabilidad por la impecabilidad misma, de nuevo, con independencia del resultado.
En realidad, supongo que la impecabilidad estaría relacionada con el hecho de vivir en el presente y de actuar poniendo toda la atención –y la energía- en la acción, en el instante mismo en que la estamos realizando. En cualquier momento. En cualquier lugar. Sea cual sea la acción. La buena noticia es que existen dos formas de hacer las cosas: con indolencia y apatía o con impecabilidad, dando lo mejor de uno mismo. ¿El resultado? Como siempre, es lo de menos…
¿Cómo haces, tú, las cosas que haces?
Siempre dando lo mejor de mi, cuando no ha ocurrido así me he sentido mal, aunque lo que crea lo mejor de mi acabe siendo una buena m.... Pero siempre queda la esperanza de seguir intentándolo poniendo toda la carne en el asador. Un abrazo "tostaito".
ResponderEliminarEstoy segura, querida emejota, que si das lo mejor de ti nunca será una m..., como tú dices, sino todo lo contrario. Eso sí, sea como sea, vale la pena seguir intentándolo. Un beso gordo.
ResponderEliminarY bueno amiga... la tarea de aprender a vivir haciendo que 'cada acto cuente', inmersos en este presente, con desapego por los frutos de la acción.. es un camino digno para un guerrero ;)
ResponderEliminarLa 'buena noticia' ;) es que todos los días son una oportunidad de vivirlo.
Hay que dejar el alma en lo que se hace.. no vaya a ser que nos vayamos con el arrepentimiento de no haberlo hecho ¿verdad? Y el momento de irnos puede llegar cuando menos lo esperemos..
besos miles amiga querida!!
Totalmente de acuerdo contigo, guerrera Isis de la noche. Es un camino maravilloso y que vale la pena recorrer. Ahí estamos, aprendiendo de cada cosa, para que cuando lleguemos al momento de irnos, realmente seamos dignos de ser llamados guerreros.
ResponderEliminarMiles de besos también para ti, querida Isis.
Que bueno lo que nos traes hoy, a pesar de lo polémico que éste autor pudo ser, sus libros nos dejan enseñanzas entrañables, ése Chamán interior que todos llevamos dentro sale a la luz en los momentos precisos. Ésta enseñanza de la impecabilidad es formidable, si sólo aplicáramos lo justo y necesario, nos sorprenderíamos de los resultados.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo!
Durante todo el texto, he estado sonriendo. Me he sentido muy identificada, porque una de mis máximas de conducta se resume en un aforismo de Pessoa: "Pon todo lo que eres en lo mínimo que hagas"
ResponderEliminarUn abrazo gigante Elena!
Yo soy un desastre ordenado.
ResponderEliminarBesos
Yo hago las cosas a lo grande, como se hace todo en este país: paro en grandes números, déficit en grandes números y políticos con muchos números en sus cuentas corrientes.
ResponderEliminarBesos de Princesa
Yo desde hace 2 años creo q las cosas las hago con todo el Sentimiento.Que razón tienes amiga,todo cuanto hagamos hay que hacerlo con todos los sentidos puestos en ello.Muchos besos y mi cariño siempre con mucho Sentimiento.
ResponderEliminarHay mucho por descubrir y por conocerse. Descubrir las maravillas y misterios con que estamos rodeados y de lo que somos parte. Es una hermosa reflexión, me ha dejado pensando, estoy segura que te lo comentaré más tarde.
ResponderEliminarTe mandaré hoy por correo la información, disculpa que no lo hice antes, he tenido unos días de ir y venir.Además de una gripe que me tuvo muy baja, baja jeje
Besos.
Confío siempre en hacer las cosas dentro de la virtud de lo expontáneo.
ResponderEliminarTodo plan sale fuera de tiempo.
Besotes
"Impecabilidad" debería ser una asignatura en todos los colegios.
ResponderEliminarSería la única manera de que las próximas generaciones no siguieran con la mentalidad de la chapuza, el menos es más, la picaresca que nos caracteriza.
Por cierto ¿ha caído alguien en la cuenta de que los pícaros del Siglo de Oro eran los delincuentes de la época?
Hola Gabriela, bienvenida y gracias por tu comentario. A mí me encanta Castaneda, "Las enseñanzas de Don Juan" es un libro importante. Yo disfruté muchísimo leyendo y aprendí también un montón.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado la entrada.
Un abrazo grande.
Gigante Pessoa, me encanta!!! No conocía la frase pero me la voy a apuntar bien grande. Muchísimas gracias por compartirla, querida Lucía. Otro abrazo enorme para ti.
ResponderEliminarBueno, pues está bien, no?
ResponderEliminarUn beso, Xiada María.
Ole ole y ole. Besos, doña Letizia.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado el post, Sentimiento. Un abrazo.
ResponderEliminarjajajaja, me alegra haberte dejado pensando, Sarvavita, ya me contarás, sí, cuando quieras.
ResponderEliminarNo te preocupes por la info, no tengo prisa. Mil gracias.
Espero que ya estés mejor de tu gripe....
Un abrazo fuerte.
Un beso, Desvanecerse. También pienso que es importante no perder la espontaneidad, sí.
ResponderEliminarEvita, acabo de decidir que te voy a votar Ministra de Educación. Estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarMe has hecho reír con lo de los pícaros, jajajaja
Un beso enorme!!!!!! Tengo ganas de verte!!!!!
Pero es que todo esto gira en torno a la idea de la existencia de un destino, ¿no, Elenita? Y yo creo en la causalidad, no en la casualidad.
ResponderEliminarPienso que somos la consecuencia de nuestras propias decisiones, y no confío en que ya tenemos trazado nuestro camino.
El caso es que yo trato de hacer lo más impecable posible el nudo de mis cordones. Aunque a veces no se pueda, o cueste más trabajo.
Miles y miles de besos, my love :)
No, si será por energía y atención!! ja ja ja. Debo ser un "impecador" impecable ;)
ResponderEliminarBesos hechos un lío ;)
Uf, sacas un tema complicado, Siberianita... creo que lo dejaré en stand by hasta que nos veamos y lo charlemos frente a frente.
ResponderEliminarTe mando un millón de besos impecables!!!!!!!!!!
Pues sí, vaya lío que has hecho, Dani, jajajajaja
ResponderEliminarBesos gordos.
Vaya amiga es un gran post y un exelente tema, hacer las cosas perfectas, limpias y sanamente es un logro mas alla de los resultados; y en mi vida personal es lo que mas busco anciosamente, no se si lo logro o no, mas; si, es una conviccion, ser perfeccionista, mas alla de que este bien o no, sea un defecto o una virtud, me place ser eficiente en todo lo que hago, creo que es algo que nacio conmigo, y que lo fui adiestrando a medida que fui creciendo en tiempo y mentalidad
ResponderEliminarBesitos y gracias por hacer que me detenga a pensar...
Una historia bonita... pero no me aplico el cuento.
ResponderEliminarImpecable: exento de tacha, sin defecto... como los diamantes, tan caros si no tienen fallos, pero siempre iguales precisamente por ello. Perros con pedigrí, todos iguales... sin defecto... prefiero ser el chucho, la piedra singular de la que no hay otra igual, ser capaz de sorprender y de ser sorprendido... y lo impecable no sorprende... le pilla la piedra y no se inmuta.
Querida Janeth, muchas gracias a ti por detenerte por aquí y leer el post. Me alegra que te haya gustado. Yo estoy justamente en eso ahora, intentando poner mi energía y atención en cada cosa que hago. A veces cuesta porque tenemos pautas de comportamiento muy arraigadas pero creo que vale la pena tratar de cambiarlas para vivir con un poco más de conciencia.
ResponderEliminarTe mando un abrazo muy muy fuerte.
No estoy de acuerdo contigo, Outsider. Un chucho como tú dices, también puede ser impecable. No es necesario tener pedigrí, incluso al revés, tal vez el que tiene el pedigrí, justamente por eso no es impecable, porque se piensa que no hace falta. La impecabilidad a la que me refiero no está relacionada con el verbo estar o ser, sino con el verbo actuar, significa precisamente actuar poniendo lo mejor de ti en ese acto. Como decía más arriba, seguramente un "campeón" piensa que no necesita actuar impecablemente, porque considera que ya lo que es. Y no es así. No sé si me explico...
ResponderEliminarHablo de impecabilidad en el acto.
Le pilla la piedra o no le pilla pero los zapatos se los ata de forma impecable. Porque sabe que debe dar lo máximo de sí mismo en lo que está dentro de sus posibilidades. Que la piedra le pille o no, está fuera de su control.
Tampoco estoy de acuerdo que lo impecable no sorprenda, creo que tal como está el mundo hoy en día, justamente lo impecable es lo que sorprende, porque hay mucha gente que hace las cosas con apatía y desgana, sin ilusión. ¿No te sorprende ver a una persona haciendo su trabajo absolutamente implicada, atenta y consciente de lo que está haciendo? ¿una persona que actúa sin pensar en otra cosa más que en lo que está haciendo en ese momento?
¿Qué opinas? ;-)
Un beso gordo, Outsider, y gracias por tu comentario que me ha hecho repensar el tema y aclararme un poquito más.
Sí señor. Una pedazo de noticia, e intento llevar a cabo cada día, que no es fácil.
ResponderEliminarUn besito
Gracias, MGsT, me alegra que te haya gustado. El difícil llevarlo a cabo, sí, a mi también me cuesta pero sigo intentándolo...
ResponderEliminarUn beso gordo.
No lo había pensado hasta hoy, reconozco que vivo el día a día, y aunque me cuestiono muchas cosas, en esto no había pensado.
ResponderEliminarSolamente quiero agradecerte el tema tan importante para reflexionar que hoy me das.
Un abrazo muy grande, te agradezco tu apoyo constante a mi poesía y a mí persona.
Anouna
Elena querida amiga por fin puedo pasar por tu casa, esto de la tecnología cuando falla te hace polvo. Una excelente entrada, como todas es muy interesante. Yo procuro siempre entregarme, hacer las cosas con cariño y sobre todo dar todo lo que pueda sin esperar nada. Quizás esto no sea impecabilidad pero, yo soy consciente de que lo que entrego es lo máximo y de la mejor manera que sé con el corazón y mi mayor entrega. Un beso enormeeee ya echaba de menos venir por tu casa.
ResponderEliminarTe mandaré un correo, quiero hablarte de una buena noticia que quizás te interese.
Gracias a ti por la visita, querida Anouna. Ya sabes que mi apoyo lo tienes. Siempre.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo te preocupes, querida Luciérnaga, la verdad es que yo últimamente voy tan liada que tampoco puedo pasar a visitar mis blogs amigos tanto como me gustaría. Me alegra que te haya gustado la entrada. Estoy segura de que tú todo lo haces con el corazón. No tengo dudas!!!! Un beso enorme.
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