(Paestum, Italia)
Hace unos años, Martín Descalzo escribió un artículo con el que estuve completamente de acuerdo. Se titulaba “Las cadenas del miedo” y hablaba de que “el miedoso es alguien que apuesta siempre por el no en caso de duda”, que se rodea de prohibiciones y murallas para intentar evitar el cambio y el sufrimiento. El artículo terminaba diciendo que “no hay que tener miedo. Nunca. A nada. Salvo a nuestro propio miedo”.
Pero, actualmente, ya no estoy de acuerdo con este final. ¿Por qué? Porque he descubierto que tampoco hay que tener miedo al propio miedo. He aprendido que el miedo puede llegar a ser un gran regalo, una buena noticia. Decía Martín Descalzo que se trata de una reacción espontánea y casi inevitable. Lo suscribo. Todos tenemos miedo en algún momento. El miedo es un mecanismo de autodefensa que aparece cuando menos lo esperamos y sin que nos demos cuenta, pero no hay nada malo en él. Lo malo –o lo bueno- es lo que nosotros decidimos hacer con ese miedo.
El miedo no es un veneno que se cuela bajo la piel y lo vuelve todo oscuro. El miedo no es más que una puerta que podemos –o no- atravesar. El miedo surge ante una situación, ante una persona, ante el futuro, pero no es algo tangible. En realidad, no es más que un pensamiento que, si no conseguimos descodificar, puede acabar convirtiéndose en una obsesión, paralizarnos y dejarnos –entonces sí- en la más oscura tiniebla.
Pero, ¿cómo abrir la puerta?, ¿cómo atravesarlo? Dicen que, para vencer el miedo, hay que ser valiente. Pero yo creo que eso no es suficiente. La valentía no siempre sirve. La valentía, en ocasiones, puede ser solamente una pura inconsciencia. Para vencer al miedo hay que mirarlo cara a cara y descubrir qué es lo que está tratando de enseñarnos. Para vencer al miedo sólo existe un arma posible: la luz del conocimiento.
Así pues, cuando llegue el miedo, no lo rehúyas. Acéptalo, míralo a los ojos, trata de comprenderlo, de escuchar lo que viene a contarte. Cuando lo hayas observado bajo la luz del conocimiento –ya lo verás- desaparecerá sin dejar rastro.
Pero, actualmente, ya no estoy de acuerdo con este final. ¿Por qué? Porque he descubierto que tampoco hay que tener miedo al propio miedo. He aprendido que el miedo puede llegar a ser un gran regalo, una buena noticia. Decía Martín Descalzo que se trata de una reacción espontánea y casi inevitable. Lo suscribo. Todos tenemos miedo en algún momento. El miedo es un mecanismo de autodefensa que aparece cuando menos lo esperamos y sin que nos demos cuenta, pero no hay nada malo en él. Lo malo –o lo bueno- es lo que nosotros decidimos hacer con ese miedo.
El miedo no es un veneno que se cuela bajo la piel y lo vuelve todo oscuro. El miedo no es más que una puerta que podemos –o no- atravesar. El miedo surge ante una situación, ante una persona, ante el futuro, pero no es algo tangible. En realidad, no es más que un pensamiento que, si no conseguimos descodificar, puede acabar convirtiéndose en una obsesión, paralizarnos y dejarnos –entonces sí- en la más oscura tiniebla.
Pero, ¿cómo abrir la puerta?, ¿cómo atravesarlo? Dicen que, para vencer el miedo, hay que ser valiente. Pero yo creo que eso no es suficiente. La valentía no siempre sirve. La valentía, en ocasiones, puede ser solamente una pura inconsciencia. Para vencer al miedo hay que mirarlo cara a cara y descubrir qué es lo que está tratando de enseñarnos. Para vencer al miedo sólo existe un arma posible: la luz del conocimiento.
Así pues, cuando llegue el miedo, no lo rehúyas. Acéptalo, míralo a los ojos, trata de comprenderlo, de escuchar lo que viene a contarte. Cuando lo hayas observado bajo la luz del conocimiento –ya lo verás- desaparecerá sin dejar rastro.
Es bonita la reflexión. Profundamente sabia, Elenita. Pero, ¿y cuando el miedo se nos presenta en una situación que requiera de acción inmediata? ¿Cómo hacer toda esa meditación y no morir en el intento?
ResponderEliminarTe envío un abrazo fortísimo, esperando tu pronto respuesta, my love.
¡Mmmmmmmmmmmmuá! =D
Uufff, yo todavía estoy en la fase de tener miedo a muchas cosas, no estoy aún para conversaciones con el Miedo mismo! Pero gracias, guapa, es un texto reconfortante :-)
ResponderEliminarEl miedo es un agente adaptativo en la mayoría de los casos, anticipa reacciones ajenas dando lugar a respuestas emocionales condicionadas, es decir; aprendemos del miedo para poder sobrevivir a ciertas situaciones.
ResponderEliminarUn abrazo temeroso.
Yo llevo mejor el pánico que el miedo. Entiendo por pánico esas situaciones donde la integridad física está hasta un cierto punto en juego. Llamo al 112, actúo y ya está.
ResponderEliminarMis miedo son otra cosa. Mis miedos son emocionales; como mis contracturas. Hay que enfrentarse al miedo y saber que no se le vence en una batalla, sino que cada día hay un combate. Y siempre hay que sacar una lección de ese lucha. Para que la siguiente vez esté más preparado para el enfrentamiento!!
No es fácil.
Me ha gustado tu reflexión; qué la ha originado? a qué miedo te has enfrentado tú últimamente?
Si me necesitas, silba.
Un beso gordo.
En este tema no estoy muy de acuerdo contigo querida helena, pero para que pudieras entenderme necesitariamos tener una conversacion algo larga que requiere mas intimidad que la de los comentarios, un dia la tendremos con una de vino*
ResponderEliminarBesosdulces, en la distancia aunque no lo parezca siempre te sigo*
besosdulces*
El miedo ha sido siempre parte de nuestro mecanismo defensivo, el subconsciente no distingue entre el miedo a un animal en la calle o a una película de terror y nos prepara del mismo modo. El miedo decide entre dos configuraciones, huida o defensa. En la de huida estaría la de muchos animales que se paralizan con el miedo porque queda la opción de que el causante del miedo no sepa de su existencia y en todo caso se prepara para minimizar los efectos de un potencial ataque, en la de defensa se puede, por otro lado pasar al ataque, esto no significa que no se tenga miedo, el miedo detiene unas funciones secundarias y activa otras, hasta aumentar el riego sanguineo en los musculos de las piernas para poder pelear mejor o huir... según el caso.
ResponderEliminarEl verdadero valor no consiste en no tener miedo... sino saber enfrentar los propios temores y aprender a distinguir los temores absurdos de los fundamentados.
Querida Siberianita, para esos momentos en los que necesitas una acción inmediata (que, en realidad, son muy pocos) creo que lo importante es tener "lucidez". Y esa lucidez es algo que algunos tienen "de fábrica", como decía un amigo justo hoy, y otros adquieren con los años y la experiencia. Nadie te asegura que tus decisiones serán las correctas pero cuanta más lucidez (y amor) pongas en ellas, más fácil te será acertar o, al menos, ser capaz de vivir con las consecuencias. Creo ;-)
ResponderEliminarOtro abrazo enorme para ti, preciosa. Y miles de besos!!!!!
jajajajaja, reina de la miel, pasito a pasito, cada cosa en su momento. No problem....
ResponderEliminarMe alegra que te haya reconfortado el texto. Miles de besos para ti, preciosa.
Estoy de acuerdo, paciente, pero también hay que tener en cuenta que, a veces, esas reacciones ajenas que hemos anticipado nunca llegan y, en cambio, nosotros nos hemos pasado tres meses temiéndolas. Qué pérdida de tiempo, ¿no? Si en lugar de pasar esos días asustados, nos hubiéramos parado a pensar cuán real o irreal era nuestro temor, igual hubiéramos podido dedicar ese tiempo a disfrutar del sol o de la lluvia. ¿No crees?
ResponderEliminarNo digo que el miedo sea malo, sólo que a veces nos dejamos abrazar por él y no nos permitimos ser felices...
Un abrazo luminoso.
Plantearlo como un combate no está mal, Esbarzer. Pero un combate, ¿contra quién? o ¿contra qué? Al final, quizás es un combate contra uno mismo, ¿no?
ResponderEliminarNo sé, se me ha ocurrido mientras te respondía el comentario.
Mi reflexión no la ha originado un miedo propio, jajjajaja, sino unos comentarios que he escuchado últimamente, ya te contaré.... Pero gracias, mil gracias, por estar ahí. Sé que puedo contar contigo. A mi regreso nos vemos sin falta y charlamos, ¿vale? Tengo ganas.
Un beso enorme.
Eme, me has dejado intrigada, me gustaría saber tu punto de vista porque seguro que me haría reflexionar y me aportaría luz. Pero entiendo tu postura, hay cosas que requieren intimidad sí. Tendré que esperar a un encuentro face to face, pues... Ojalá se de pronto.
ResponderEliminarGracias por estar ahí, a pesar de la distancia. Un beso enorme, preciosa.
Gracias por tu aportación, Outsider. Me parecido muy interesante el análisis que haces del miedo. Y estoy totalmente de acuerdo con la conclusión, el verdadero valor no consiste en no tener miedo, sino en seguir adelante a pesar del mismo. Sin embargo, me ha surgido una duda, ¿cuáles son los temores absurdos y cuáles los fundamentados? Cuando a uno le aparece el miedo, ¿cómo distinguirlos? Y, ¿realmente existen temores que sean fundamentados? No sé, veo que el tema da mucho de sí y mola profundizar en él.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
El miedo psicológico es irracional, y como bien dices, si lo "enfocas" y lo "ves" pierde todo su efecto.
ResponderEliminarEs una especie de círculo vicioso que infecta la conducta de quien lo padece; si haces algo por miedo, sigues teniéndolo. Es tan sencillo como parar, pensar bien cómo actúa y ver que no tiene sentido. Pero eso lo tiene que ver cada uno, jaja.
El problema es que sabemos cómo funciona un coche (con lo complicado que parece al principio) y no somos capaces de ver cómo se las gasta nuestro coco. =)
Estoy convencido de que se puede vivir sin ningún miedo (y no ser un chalado insensato, si no todo lo contrario)
bsos
Tu estás segura de eso Elena??? mira que yo soy un "cagao" eh!! ja ja ja
ResponderEliminarBesos miedicas
Totalmente de acuerdo, Neo. No sé si se puede vivir sin ningún miedo, supongo que sí pero es necesario ser muy fuerte, muy lúcido y habérselo currado mucho antes, ¿no?
ResponderEliminarBesos enormes!!!!!
jajajjaja, Dani, me has hecho reír. Besos convencidos for you.
ResponderEliminarMuy de acuierdo Elena, exelente post, el miedo es el poder de la ignorancia, el miedo paraliza, y deja indefensa a la gente, como bien dices enfrentarlo es lo que lo aleja y mucho mejor si nos instruimos y educamos.
ResponderEliminarBesitos siempre
Janeth
Es verdad, Janeth, gracias por tu comentario. Me has hecho pensar que, a veces, el miedo puede ser un instrumento para controlar a la gente. Si se les pone miedo en el cuerpo, se quedan paralizados e indefensos, como tú dices, y entonces es cuando son altamente manipulables... ¡Qué peligroso!
ResponderEliminarMuchos besos también para ti.
Querida Helena, tus hermosas palabras me han cautivado, es realmente maravilloso que puedas encontrarte en mis humildes letras*
ResponderEliminarEn cuanto a lo otro tal vez pronto encontremos un medio que me permita decirte todo lo que se de este tema, se que sera una conversa interesante*
besosdulces cariño*
Elena:
ResponderEliminarel miedo vaya tema.
tengo miedos muy arraigados en mí que vienen desde muy lejos.te pongo un ejemplo no puedo dormir sin una luz en el cuarto, la oscuridad me da pánico,siempre pongo una lámpara de sal con una velita de doce horas. Y en invierno es cuando más paranoico me pongo...
entiendo lo quieres decir cuando dices lo de mirar de frente a tus miedos, supongo que para así deshacerlos, pero hay algunos que son muy fuertes y que te dominan, y bueno a lo que iba que no sé que quieres decir con lo de mirar los miedos bajo la luz del conocimiento.
Muchos besos
beats
Elena querida, Gracias por tus mensajes, no te imaginas cuánto me han animado. Gracias amiga por tu gesto dulce y grande, lo valoro tremendamente.
ResponderEliminarSobre el tema, que es de mí total interes. Ufff los miedos. En particular no he sido de miedos, pero una situación traumante hace años atrás me hizo hasta enfermar de miedo y tuve la gran temida Crisis de Pánico. No sabía de un miedo tan grande hasta que experimenté la incapacidad a la que ella te condena. Pero, como tú bien dices, hay que mirar cara a cara ese miedo incontrolado que se ha adherido a la piel y al alma, y racionalizarlo y ver en qué puede ayudar o como hacerlo desaparecer. No es fácil, nada fácil lidiar con los intangibles, y es una de las emociones más poderosas que se nos hacen presentes. Aún así creo que con trabajo y persistencia; con ser objetivos ante lo subjetivo, con darnos ese valor que es necesario para vencerse a sí mismo, y con la fe de que podemos vencer lo que nos hace fuerza hacia lo deprimente. Se puede, claro que se puede, más este siempre ronda como una pantera al acecho, no hay que descuidarse pero a la vez no hay que darle tanta cabida. El miedo es sólo una parte de nuestras emociones, que no nos tome el control de toda la vida, al menos eso es lo que aprendí de esta experiencia, y sigo aprendiendo.
Buen tema amiga, siempre nos traes lo más selecto y lo que llega a fondo.
Todo mi cariño y abrazo para ti, que bueno poder estar ya nuevamente al menos entrando para saludarte. Besos miles, nos vemos.
Anouna
Ojalá, Eme, yo también estoy segura de que lo será...
ResponderEliminarMás besos para ti. Muy fuertes.
Cuando hablo de mirar los miedos bajo la luz del conocimiento, me refiero a mirarlos muy cerquita, Beats, intentando descubrir su origen, sus implicaciones, etc. No sé, sería como encontrarse cara a cara con un fantasma y, en lugar de salir huyendo, levantarle la falda y ver qué es lo que hay debajo exactamente. Seguro que, si lo hacemos, él estará mucho más asustado que nosotros. De hecho, las sombras, si se iluminan con una buena luz, desaparecen... Pues eso. De todas formas, es un tema largo y da mucho de sí...
ResponderEliminarMuchos besos también para ti, darling.
Querida Anouna, ahí estoy, insisto, para lo que quieras o cuando quieras. Al otro lado del mail, bien cerquita...
ResponderEliminarY, sobre el miedo, pues estoy totalmente de acuerdo contigo. Como dices, es importante que el miedo no tome el control de nuestra vida.
Seguir aprendiendo, siempre, es importante!!!!
Yo también te mando todo mi cariño, un abrazo fuerte y un saquito lleno de besos enormes.
Diosa de mi vida, qué puedo agregar ante este post???
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo!!
Aunque cueste creerme, aprendí a verle la cara al miedo, y ya no temo, porque me ha enseñado más de lo que hubiera, siquiera, imaginado!!
Preciosa, no me olvido de vos, solo que estoy en tu misma situación, con mucho trabajo porque el 29 salgo de vacaciones, y hay que dejar todo en orden y prolijito!!
Un beso especial para mi chica especial!!!!!
Príncipe Marcelo!!!! Welcome back!!! Yo tampoco me olvido de ti, por suerte ya pasó mi época de mucho trabajo y en breve empiezo vacaciones. De momento, esta noche me voy a Madrid para celebrarlo, jajajaja
ResponderEliminarY del miedo, sí, es cierto, a menudo, si nos atrevemos a descubrirlo, nos enseña muchas más cosas de las que pensamos...
Mil besos, corazón. Por cierto, ¿por dónde andas ahora? Muaaaaaaaaaaas
que bueno...
ResponderEliminarsolo te escribo para decirte que aqui en India deje el miedo apartado de lado, como??? ni yo lo se!
un beso enorme desde estas tierras...
...el miedo nos busca otra oportunidad...
ResponderEliminarBesotes
Yo suscribo lo que dice Siberiana, me ha parecido muy sabio tu comentario acerca del artículo. Tener miedo al miedo creo que nos sumerge en un agujero negro, de angustias, que puede ser en vano, pues quizá el desenlace no sea tan dramático como lo hemos pintado.
ResponderEliminarTambién has diferenciado la valentía de la osadía. Yo pienso que es de valientes reconocer los miedos. Y sí, hacerles frente. Porque al fin y al cabo, vamos definiendo quiénes somos por nuestra respuesta en situaciones compliadas, creo yo.
Un abrazo gigante!
Una reflexion muy buena. Quien no ha sentido miedo alguna vez por algo? Es algo dificil de controlar, pero no puedes dejar que maneje tu vida. Un beso grande querida Elena.
ResponderEliminarIris!!!! Qué bueno saber de ti!!!!! A tu regreso, me tienes que contar... Yo, al final, este año no podré ir, ya te contaré.
ResponderEliminarSigue disfrutando, preciosa. Un beso enorme!!!!
No estoy muy segura de eso, Desvanecerse.... tengo que pensarlo... :-)
ResponderEliminarUn beso gordo.
También nos definimos por nuestras actuaciones en las pequeñas cosas del día a día, creo...
ResponderEliminarPero básicamente estoy de acuerdo, Lucía, jajajajaja
Otro abrazo enorme para ti!!!
Es cierto, no se puede dejar que el miedo nos maneje la vida. Muchos besos, querida Luciérnaga.
ResponderEliminarEl miedo es un sentimiento difícil de controlar pero no es imposible, lo importante es tener confianza en nosotros mismos y saber que somos capaces de vencerlo, en situaciones extremas es cuando más capacidad tenemos de enfrentarlo y cuando somos conscientes de nuestra victoria nos damos cuenta que el miedo solo residía en nuestro interior.
ResponderEliminarUn besito mi querida Elenita.
Sí, estoy de acuerdo, la confianza en uno mismo es vital para poder vencer el miedo y ver que, como tú dices, solamente es un fantasma interno. Muchos besos, querida hadita.
ResponderEliminarAy, Helen, esta es la septima u octava vez que intento leer, que ya ni siquiera postear, sin que se me escachufle el computer y tenga que reiniciar. ¡Que miedor me ha dado tu blog for a while! ;)
ResponderEliminarEl miedo no es bueno ni malo, es adaptativo, cumple una función, no estaríamos aqui sin él. Pero si hablamos del miedo neurotico, ese que le da la mano a la inseguridad, la autolimitación y la falta de amor propio, la cosa cambia. Pero no es el sentimiento en si lo negativo, sino lo que hacemos con el.
Yo creo que siempre se necesita un click o una última gota colmadora en alguna parte, para aliarse con el valor y vencer al miedo. Una especie de "total insight" o "no importa cuanto miedo sienta, NO QUIERO seguir asi". El darse cuenta, en si, a pesar de lo que digan los psicoanalistas, no es suficiente.
Espero que tu nuevo nido y estas delicadas pre-fechas te esten sentando bene.
Yo llevo semanas en zig zag, pero soy optimista ;)
One big fearless bearhug ***
P.S. Gracias por tu animoso post, Helen. El futuro corto es "Una hora mas, una hora menos" :)
Querida Alhy, dices algo que no había pensado pero que, ahora que lo pienso, también creo, que el darse cuenta no es suficiente sino que hay que llegar al propio límite y decir, hasta aquí. Aunque sí que supongo que el darse cuenta sería un primer paso. No siempre bueno, claro, porque darte cuenta y ver que no tienes las fuerzas para hacer nada al respecto puede ser bastante frustrante y dejarte la autoestima por los suelos. En fin, supongo que es un tema largo y da mucho de sí.
ResponderEliminarYo estoy bien. La verdad es que estas pre-fechas no me están afectando demasiado, de momento. Quería volver a India pero parece que este año no me toca...
Ánimo con tu zig zag, preciosa, ahora voy a visitarte a ver qué cuentas.
Otro abrazo gigante for you. También, sin miedos. :-)
Completamente de acuerdo: no temamos a tener miedo, solo a no saber gestionarlo, enfrentarnos a él si es necesario. Besoteee.
ResponderEliminarOtro beso enorme for you, Saroide!!!!
ResponderEliminarVeo a mucha gente que supera ciertos miedos, pero así nunca se termina la historia. Cuando ves claramente la esencia del miedo, comprendes que todos los miedos son el mismo; entonces el miedo pierde toda su fuerza, de golpe, para siempre.
ResponderEliminarY es una gozada! =)
Yo creo que se trata justo de eso, de ver la esencia del miedo para que pierda su fuerza y desaparezca. Es complicado porque no siempre nos sale pero es bueno intentarlo y, cuando se consigue, sí, es una gozada...
ResponderEliminarUn beso gordo, Neo.
Muy de acuerdo. A veces el miedo es sano. Y lo importante es lo que hacemos con él.
ResponderEliminarSaludos