En estas últimas semanas, he conocido a un par de personas que me han fascinado. Un par de personas que tenían una cosa importante en común: estaban decididos a hacer realidad sus sueños.
Creo que es fundamental que existan personas así. Es fundamental porque nos ayudan a los que, de una u otra forma, nos cruzamos en su camino. Nos ayudan a ver -¿a vernos?-, nos ayudan a creer, nos ayudan a recordar que podemos –¿debemos?- luchar por convertir nuestros sueños en realidad.
Hoy he buscado en google la frase “hacer los sueños realidad” y me han salido 31.100.000 resultados. Me ha parecido muy curioso. Los enunciados de dichos enlaces eran del estilo “once principios para hacer realidad tus sueños”, “seis pasos para realizar tus sueños”, “¿cómo hacer que tus sueños se hagan realidad?”, etc. Y me ha hecho pensar en cuán a menudo fantaseamos y fantaseamos sobre cómo sería la vida si hiciéramos esto o aquello pero pocas veces nos hacemos un propósito real para empezar a caminar hacia nuestros sueños.
Una de las cosas que me ha llamado la atención sobre estas dos personas es que no sólo han empezado a caminar sino que, además, están construyendo dicho camino. Y me he dado cuenta de que el que realiza sus sueños –o el que lo intenta- es un mago, un alquimista que toma lo que la vida le da en cada momento y hace con ello un milagro. La suerte no tiene nada que ver, el que camina hacia sus sueños es alguien que piensa en positivo, que nunca le detiene un “no”, que salta barreras, que cruza ríos, que tiene el corazón alegre y el alma agradecida. Sean cuales sean sus circunstancias.
He conocido, pues, a dos magos. Uno de ellos es Ángel Cabello que junto con su mujer, Diana, y sus hijos de 9 y 5 años, Ishi y Noa, van a dar la vuelta al mundo con un maravilloso proyecto educativo que han titulado “Vuelta al mundo en familia”. Vale la pena conocerlos y descubrir su ilusión, su alegría y sus ganas de hacer de sus sueños no sólo algo real sino también algo solidario. La generosidad es otra de las virtudes de los constructores de sueños… Para conocerlos más, click
aquí.
El otro es Albert Casals. Ya
hablé de él hace un tiempo, a raíz de la aparición de su primer libro pero, esta vez, he podido conocerlo en persona y, realmente, me ha dejado sin palabras. Para no alargarme, contaré que Albert es un chico de 19 años con una gran sonrisa. El pelo azul, los ojos brillantes, las manos inquietas. Y una silla de ruedas que le acompaña desde los ocho años. Una silla de ruedas que le ha llevado por todo el mundo puesto que su sueño y su ilusión es viajar y no hay nada que lo detenga. Nada que pueda frenar su inacabable torrente de optimismo, de vitalidad, de alegría. Otras de las características de los que caminan en pos de sus sueños… “¿Cuándo fue la última vez que, con toda sinceridad, te preguntaste: ¿qué es lo que REALMENTE quiero hacer mañana?”. Para conocer más a Albert, ésta es su
web.
Es así, para ser un mago no necesitas que la vida te traiga todo lo que deseas, necesitas desear y amar todo lo que la vida te va trayendo. Y, con ello, construir el camino y empezar a recorrerlo. Hasta dónde llegarás... no importa.