(Imagen de Julie de Waroquier)
Llevo unos días pensando sobre “el otro”. Y, cuando digo “el
otro” me refiero, claro, a cualquiera que no sea “yo”. Y llevo unos días
pensando sobre este tema por que en algún lugar escuché que el otro realmente
no existe, que no es más que una proyección. Y creo que vale la pena
reflexionar sobre esto.
Es evidente que sobre el otro siempre proyectamos, es decir, nada
más verlo lo juzgamos y, tanto si nos gusta como si no, creamos una serie de
expectativas a las que –y ahí empiezan los problemas- responderá o no
responderá. Jung decía que “Si no somos
conscientes de que una característica de un objeto es una proyección, no
podemos más que estar inocentemente convencidos de que realmente pertenece al
objeto.” Por lo tanto, a ese otro que acabamos de conocer y que hemos inocentemente caracterizado y no tan
inocentemente juzgado, no le dejamos ya libertad para ser quien es sino que
debe actuar como nosotros esperamos. Cuando así lo hace, no hay problema. Pero,
cuando no lo hace -¡horror!- nuestro mundo se colapsa. Y aquí viene la buena
noticia: que nuestro “pequeño” mundo se colapse es una llamada de atención, es
un indicativo de que algo, en nuestro interior, no funciona. Y es, por lo
tanto, una bendición. Porque es entonces cuando podemos empezar a escuchar, a aprender,
a comprender y, con un poco de suerte –o de trabajo- a cambiar.
Cuando el otro te contradice o no actúa como “debería”, te
enfada, te revoluciona, te hace sentir rabia o ira. Y ese momento es un
verdadero regalo, una gran ocasión para comprender, para dejar de mirar hacia
fuera y empezar a ver qué pasa por dentro. A menudo, lo primero que hacemos es
lanzar sobre él una retahíla de improperios: “la rabia que me da este
gilipollas, la ira que siento por culpa de esa imbécil, el odio que me produce
aquel capullo.” Y, sin embargo, en realidad, lo que el otro está haciendo es
ponerte en evidencia todo aquello que no funciona en ti. Toda la rabia, la ira,
el odio que llevas dentro. Todo el espacio que estás ocupando en
preocupaciones, miedos y juicios y que podrías, en cambio, dedicar a la
generosidad, al coraje, al amor.
“A Lestrigones y a Cíclopes, ni al fiero Poseidón hallarás nunca, si no
los llevas dentro de tu alma, si no es tu alma quien ante ti los pone”,
decía el gran Kavafis. Así pues, el otro que tanta rabia te da, que tanto te
fastidia parece ser que sale de ti, que en realidad lo llevas dentro de tu alma.
De hecho, ¿no lo has creado tú nada más verlo, no lo has caracterizado y
juzgado? ¿no has decidido quién es y cómo debe actuar? Entonces, si tu alma te
lo ha puesto delante, si te ha confrontado con él, ¿no será, tal vez, por algo?
El otro no existe. Pero… menos mal que existe el otro.
Es cierto, muy cierto...Una de las cosas que más estoy aprendiendo de mis relaciones y que más beneficios me está aportando: dejar de esperar y no dejar de hacer. El tiempo que pierdes esperando que los demás "hagan" es un tiempo tuyo precioso que se pierde... Si lo aprovechas en hacer cosas por los demás o simplemente por ti mismo, es maravilloso!! Y funciona!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Zenicienta. Dejémos de perder el tiempo y hagamos algo útil con él.... ;-)
EliminarUn abrazo.
Sigo su blog que me gusta mucho por las noticias que siempre impresionan. Usted sabe encontrar las palabras más prominentes para expresar lo importante. ¿Todavía no ha escrito ningún libro? Me gustaría leer un libro que se llamara 'Buenas noticias' o 'Una buena noticia en mi vida'. Seguro que encontrará muchas historias insólitas.
ResponderEliminarMuchas gracias, Alexander, me alegra mucho que te guste el blog.
EliminarEn cuanto al libro, la verdad es que sí he escrito uno pero no tiene nada que ver con las buenas noticias, es de microrrelatos. Sin embargo, una de las ideas que he tenido recientemente es que me gustaría seleccionar algunos de los artículos del blog para hacer un libro de buenas noticias y de buen rollo, sería bonito. Veremos.... ;-)
Un abrazo.
¡Gracias por compartir las ideas tan destacadas, las reflexiones que realmente cambian mi modo de ver las cosas. Es algo muy importante. Sería genial, de verdad. Su libro tendrá éxito sin duda alguna.
EliminarY el de microrelatos, ¿dónde puedo encontrarlo? Tengo muchas ganas de leerlo:-)
¡Gracias anticipadas!
Un abrazo
Pues ojalá se acabe publicando.... iré informando ;-)
EliminarEl libro de microrrelatos se titula "Historias que acaban aquí" y lo puedes encontrar en Altaïr que allí está seguro o en La Central que, si no lo tienen, te lo pueden pedir por que sé que allí se han comprado varios. Esto si vives en Barcelona. Si no, también lo encuentras en amazon.es., aquí tienes el link: http://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss?__mk_es_ES=%C5M%C5Z%D5%D1&url=search-alias%3Daps&field-keywords=historias+que+acaban+aqu%ED
Muchas gracias por el interés, espero que lo disfrutes.
Un abrazo.
Me alegro mucho de que Usted nos cuente sus planes. ¡Espero que publique el libro ya! La verdad es que yo no vivo en Barcelona pero ya lo he encontrado en amazon. ¡Gracias por el enlace! Quizás en un mes voy a disfrutar de la lectura:)
EliminarA mí también me gustaría compartir una historia.
Tengo un amigo que escribió un libro, un cuento maravilloso de amistad y de aventuras. Y lo hizo... con su nariz. Es que sus manos no le permiten hacerlo con los dedos como hacemos nosotros. Le quitó mucho tiempo pero me parece que valía la pena. Es una persona muy buena y llena de alegría con la que está repleto el libro. Inspira a los demás sentir la belleza y la vulnerabilidad de nuestro mundo y de nosotros, y siempre anima a ser mejor.
Tengo una idea de traducir su libro al español. Si le interesa puedo enviarle a Usted una versión cuando acabe.
Un abrazo de Rusia.
Pues muchas gracias de nuevo, Alexander. Ojalá te guste el libro...
EliminarA mí me encantaría recibir el libro de tu amigo cuando esté en español, muchísimas gracias! Y gracias también por compartir la historia, me ha parecido preciosa.
Un abrazo desde Barcelona.
Otra vez muchas gracias a Usted. Me gustará seguro:)
Eliminar¡Qué bien! Me alegro de que le interese. En cuanto lo acabe de traducir voy a enviárselo enseguida. Sí, la historia muy impresionante. A veces pienso que no es real, que eso pasa sólo en las películas. Pero no, es real. Conozco a ese chico que es todo un hombre a sus 20 y pico años. Estoy orgulloso mucho de conocerlo y sé que hay que ayudarle un poco ganar más lectores, que el libro me parece muy bueno.
Bueno, voy a escribirle a Usted. Y muchas gracias por el interés.
Un abrazo de Ekaterimburgo.
P.D.: Ekaterimburgo está en el corazón del país, en Los Urales, en la frontera entre Europa y Asia.
Genial, pues me hará mucha ilusión. Gracias de nuevo y un abrazo. Voy a buscar Ekaterimburgo en el mapa.... ;-)
EliminarMuchas gracias a ti, Cristina, me alegra que te sea útil la entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es maravilloso poder leer estas cosas, absolutamente de acuerdo. Deberían enseñarlo a los niños desde bien pequeños, no juzgar, no elaborar imagenes mentales con prejuicios, estar más abierto al ahora de una manera consciente, para estar abiertos a todo y todos los demás...muchisimas gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, Cris. Por la visita y por el comentario. Me alegra que te haya gustado la entrada.
EliminarUn abrazo.