miércoles, 29 de abril de 2009

"Elijo la felicidad"


Esta vez, Mari Ángeles -fantástica compañera de la Universidad- y Magda -una nueva antigua amiga, también estupenda-, han coincidido al enviarme una noticia. Y digo yo que si me la envían dos veces es porque tengo que escribir sobre ella, ¿no? (Ah, y tenéis razón ambas, me ha encantado... Mil gracias!!!!).

Me hablan de Albert Casals, un chico de 18 años que, desde los 15, viaja en su silla de ruedas por todo el mundo sin apenas dinero ni compañía y con único equipaje que consiste en “dar y buscar la felicidad”. Albert quedó parapléjico a los ocho años, a raíz de un duro tratamiento para combatir la leucemia y la mononucleosis. Sin embargo, unos años después decidió que quería conocer mundo y empezó a viajar. Desde entonces, ha recorrido medio planeta solo y con un presupuesto de tres euros al día. Durmiendo en playas, parques, trenes o coches, ha descubierto que siempre hay alguien que le tiende una mano, que nunca le faltará de nada y que no necesita más para ser feliz. "Cuando haces lo que de verdad quieres, el universo entero conspira a tu favor. Mira alrededor y decide: tú puedes elegir vivir triste o contento. Yo elijo la felicidad. No veo entre nosotros razones para ser infeliz".

Albert ha escrito un libro en el que explica sus aventuras, Un mundo sobre ruedas, y que ha sido uno de los más vendidos en la pasada edición de Sant Jordi.

Y, aquí, la reina de las palabras, que se dedica a elucubrar sobre la alegría y la tristeza, se queda muda ante tanta sencillez, cordura y sabiduría. Me callo, pues.

Más información:

Quiero añadir, aquí, un día después, una nueva historia que me cuenta Mari Ángeles. Porque es otro ejemplo a seguir. Porque cuando la he leído me ha impactado. Porque vale la pena saber que existen más personas que superan las dificultades a base de optimismo, energía y alegría. Ahí van sus palabras:

"La Tata Mariá (con acento francés) es todo un personaje. Cumplió los 70 en enero, y es... la alegría de vivir, el optimismo personificado, la mismísima hospitalidad, y, todo eso, rodeada de amigos maravillosos, claro, no podía ser de otra manera. Pero te estaría simplificando la cosa si no te contara un poco su vida. Con 24 años, sufrió un accidente de coche que la dejó sentada en una silla de ruedas con un niño de pocos años. Desde entonces ha tenido que someterse a varias intervenciones quirúrgicas. Con poco más de 40, el marido murió de un infarto cerebral y unos años más tarde su hijo (muy joven y con el que tenía una relación muy especial) sufrió un accidente de tráfico que lo dejó inmóvil de cuello para abajo, en un hospital, causándole la muerte un año después. Bueno, pues todo eso no ha podido restarle las ganas de vivir, la risa fácil y contagiosa y la felicidad que irradia por todos sus poros. ¡Es una máquina! Su frase de siempre, en su español afrancesado es "a mí nada se me pone por imposible". Fundaron hace unos años una comisión de accesibilidad en la ciudad en donde vive y se dedica a controlar que toda la ciudad sea accesible para los handicaps. Te partes de risa oyéndola contar sus aventuras: desde las inauguraciones de edificios oficiales con el alcalde y los periodistas en las que siempre suelta alguna de las suyas hasta su aventura persiguiendo por toda la casa con su silla un pavo que le habían regalado por Navidad. Como dice mi hija mayor, es que tiene una risa tan contagiosa y es tan alegre y divertida que te carga las pilas".

Que nada se os ponga, tampoco a vosotros, por imposible...

lunes, 27 de abril de 2009

Sobre la amistad y la tristeza

Amigas en Essaouira (Marruecos)

Mi buena noticia de este lunes viene en forma de "elucubración" sobre la tristeza y la amistad. Hoy volvía de Madrid y en el asiento de delante alguien leía La Vanguardia. Me ha llamado la atención un titular: "La amistad es un gran remedio para la tristeza". El artículo hablaba del nuevo libro escrito por el psiquiatra Enrique Rojas, Amigos. Adiós a la soledad. Curioso, porque justamente yo regresaba de pasar un fin de semana rodeada de grandes amigas y amigos. Y me he quedado pensando sobre este titular.

Es genial tener amigos. Creo que, en este punto, estaremos todos de acuerdo. Y, además, es genial tener amigos de todo tipo: de los gruñones que te dicen lo que no quieres oír, de los alegres que siempre te sacan una sonrisa, de los cálidos que te abrazan, de los que te apoyan hasta la muerte, de los que te escuchan y de los que no hay manera de que lo hagan, de los que te dicen cosas bonitas y de los que jamás te echarán un piropo. Alivia el corazón saber que tienes un amigo, que puedes contar con alguien que, como dice la canción de James Taylor, te ilumina hasta las noches más negras.

Sin embargo -y aquí tal vez discrepamos- también pienso que la tristeza o la soledad son estados del alma que, aunque se alivien con una mano amiga, no se curan ni se remedian con una palmadita en el hombro. El ser humano decidió, un día etiquetar todo lo que encontraba a su paso y desmontar la realidad en pares de contrarios: frío/calor, seco/mojado, alegre/triste... Y, después, pensó que uno de los extremos era mejor que el otro. Mi pregunta quizás sorprenda: ¿realmente es mejor la alegría que la tristeza? Y la respuesta es una trampa (o, quizás, la trampa esté en la pregunta...).

Yo, defensora a ultranza de la alegría, me respondo con otra pregunta: ¿Por qué hemos "demonizado" la tristeza, la soledad, la melancolía? El hecho de que estén tan "mal vistas" hace que nos sintamos fatal en el momento que estamos ahí, que queramos salir corriendo, que busquemos "amigos" que nos saquen urgentemente de ese mal trago. Y creo que eso es un error, que es un parche momentáneo y que no sirve absolutamente de nada. Pienso, como comentaba al principio, que la tristeza es un estado del alma, que todos tenemos que pasar por ella en algún momento de nuestra vida y que NO PASA NADA. Es una tontería tratar de negarla o huir de ella porque, vayas donde vayas, la tristeza te alcanzará. Se trata de vivirla, de escucharla, de comprender todo lo que nos está mostrando y enseñando. Cualquier momento de la vida es bueno si sabemos extraer una experiencia que nos enriquezca y nos haga crecer, si no nos enganchamos a lo que nos está pasando, si somos capaces de, un poquito al menos, distanciarnos de ese sentimiento y descubrir todo lo que se esconde tras él.

Y después, evidentemente, compartirlo con los amigos...

Este post es para todos mis amigos y amigas (soy una suertuda, lo sé...) para que recuerden que estoy y estaré siempre y, sobre todo, sobre todo, para darles las gracias por estar ahí.


Ah, y también quería agradecer a Anouna, que me ha dado este fantástico premio. Mil gracias!!!! (No os perdáis su blog)

miércoles, 22 de abril de 2009

Te regalo una rosa

La buena noticia es que el jueves es el día de Sant Jordi. Y Barcelona se convierte en un caos, pero es un caos que brilla. Y Barcelona se viste de rojo. Y las gentes se pasean en busca de un libro. Y los hombres compran una flor para la mujer que quieren. Y ellas llevan rosas en la mano, en el bolso, en el pelo. Y Las Ramblas se desbordan. Y se escucha música. Y hasta el sol parece sonreír.

El año pasado escribí sobre la leyenda de Sant Jordi. Este año solamente quiero regalaros una rosa. Por si acaso. Por si pasara este día maravilloso y no hubierais recibido la vuestra. Ahí va... ¡Feliz día de Sant Jordi!

Se me olvidaba.... Quería comentar también que Canal Solidario propone una nueva iniciativa muy interesante para este día. Se titula "Libros contra la ceguera" y ellos la definen así: "Con motivo del próximo Día del Libro, te animamos a que compartas con nosotros las novelas o cuentos que han transformado tus ideas, que te han hecho replantearte tus posicionamientos sobre alguna realidad o que te han movido a actuar. La lectura de cualquier libro es buena pero hay libros que, de repente, te cambian algo dentro, te abre los ojos a una realidad que hasta ese momento, habías mirado sin ver. Cuéntanos cuál ha sido el libro que cambió tu forma de mirar y haremos una lista de los títulos más recomendados."

Más información en: http://www.canalsolidario.org/web/noticias/noticia/?id_noticia=11088

domingo, 19 de abril de 2009

Tigres budistas


Hoy he recibido un mail que me ha dado muy buen rollo. Me escribía mi amigo Rodney, un fantástico brasileño y percusionista que desde hace un par de años vive en Los Ángeles. Me cuenta que está feliz (guay) porque está viviendo la vida que siempre soñó, que está en un momento perfecto, volando en su alfombra mágica de la percusión. Un mail lleno de optimismo para enviarme una noticia genial (Mil gracias!!!!).

Me habla Rodney de un templo budista de Tailandia, en el que conviven monjes y tigres practicando los principios budistas de la no-violencia. Todo comenzó en 1999, cuando adoptaron un bebé tigre que era huérfano. A partir de ese momento, empezaron a llegar otras crías que también habían quedado huérfanas, por culpa de los cazadores furtivos. Lo curioso fue que, al crecer, ninguno de los tigres se volvió feroz y, hoy en día, conviven en completa armonía con los humanos. Los monjes consideran que dichos tigres son antiguos compañeros del monasterio que se han reencarnado. (http://www.tigertemple.org/Eng/index.php)

Sea como sea, si monjes y tigres pueden vivir en paz... ¿hace falta que yo escriba algo más?

jueves, 16 de abril de 2009

Historias cercanas III

Tengo un nuevo amigo, hace poco tiempo, pero ya es especial. Se llama David y tiene una agencia de viajes. Seguramente os preguntareis, ¿y qué tiene de especial llamarse David y tener una agencia de viajes? Pues os lo voy a contar. David, en realidad, no vende viajes. David cumple sueños. Y por eso quiero hablar de él aquí, porque su agencia no es la típica que vas y te colocan 15 días de tour por Egipto visitando El Cairo, Luxor, el Valle de los Reyes y Abu Simbel sino que te proponen un recorrido que te transporta al antiguo mundo faraónico, siguiendo los pasos del famoso "Libro del Amduat", para que puedas comprender cómo los egipcios veían el mundo; o te sugiere una expedición con curso de fotografía por la India; o un viaje con trabajo espiritual en Myanmar; o te construye, a medida, la odisea que siempre soñaste. En definitiva, otra forma de entender los viajes, no como un encuentro borreguil a la caza de la mejor foto sino como un verdadero recorrido iniciático que nunca te dejará indiferente. Ésta es su web, no os la perdáis: http://www.apaseo.net/


Siempre he pensado que todos los viajes son, en realidad, viajes iniciáticos. Al menos en mi caso, la que vuelve nunca es la misma que la que se fue. Siempre descubro algo. Del mundo y de mí misma. Y por eso me fascina viajar. Porque me traslada a las otras caras de mi propio yo, las desvela y me las muestra con toda su crudeza. En mis viajes he conocido a grandes amigos, he descubierto lugares maravillosos pero, en realidad, lo más importante que he hecho ha sido encontrar a las mejores y a las peores Elenas. Y eso, a veces me asusta pero también supone un reto. Porque me enfrenta a todo lo que yo soy. Lo bueno y lo malo. Y me hace trabajar para integrarlo y para comprender cuál es la parte de mí que quiero potenciar.


Así, hoy, de nuevo, la buena noticia es que hay personas que sueñan y proponen sueños, personas que, como me sucedió ayer con Inés (viendo La Bruja Novata...), creen tanto en la fantasía que la convierten en realidad, personas que, como la Princesa Inca, se tatúan una flor azul en el pecho porque no pueden soportar que no se considere real la fantasía, personas como David que quieren hacer tangibles esas fantasías. Todos -y esto lo creo firmemente, a pesar de que haya quien trate de hacerme pensar lo contrario- tenemos sueños y queremos creer en la fantasía. Sólo que algunos tienen miedo de que esa fantasía desaparezca y no poder soportar el dolor de la pérdida. Contra eso, mi consejo es: aférrate a ella. Con las dos manos. Con las piernas. Con todo tu cuerpo, si es necesario. ¿Quién dice que no puedes volar?, ¿tú te lo crees?

STARWALKER

lunes, 13 de abril de 2009

El instante perfecto

El instante perfecto no es la meta,
el instante perfecto es cada una de las etapas
que hacemos hasta alcanzarla.

Decía el gran fotógrafo Henri Cartier-Bresson que existe un momento idóneo para cada fotografía, un momento en el cual se conjuga todo para crear el instante perfecto.

Me ha gustado esta idea y me la he llevado al terreno personal. Y, ahí, en ese territorio en el que yo habito, he pensado que el instante perfecto es, precisamente, el que nunca es posible fotografiar. Lo primero que se me ocurre es analizar cuántos de esos momentos perfectos habré tenido en mi vida. Creo que han sido muchos, muchísimos y que algunos de ellos quedaron grabados en mi alma, a sangre y fuego. Pero, mientras pienso esto, me doy cuenta de que me equivoco y de que, ¿tal vez...?, ¿es posible...?, ¿pudiera ser que todos los momentos de mi vida fueran instantes perfectos? ¿Por qué no? ¿Por qué pensar que solamente aquella vez en que tenía a un bebé entre mis brazos, ese otro instante en que cantaba a la luz de la luna o aquel otro en el que compartía confidencias con una amiga del alma, son momentos especiales? ¿Por qué no pensar que esta mañana mientras desayunaba tostadas con mantequilla y me hacía un zumo de naranja fue un momento mágico o incluso esta tarde mientras leía, tranquilamente, en el sofá y escuchaba como fuera llovía, o ahora, justo ahora que estoy escribiendo un nuevo post? ¿Por que no pensar que éste es un momento perfecto?


Entonces, creo comprender algo... Intuyo, siento, tengo la sensación de que el instante perfecto es aquí y es ahora. Sí, lo sé, he leído libros sobre el tema, he escuchado conferencias sobre la necesidad de disfrutar el presente, he visto vídeos, he cantado canciones. Pero es ahora cuando lo comprendo. Ahora cuando esa certidumbre se me ha colado, de verdad, en el corazón.


El momento perfecto. Curioso. El momento perfecto es justo este momento. Este momento redondo en el que, de pronto, soy consciente. ¿De qué? Pues sencillamente de eso, de que soy. Tal vez ahí reside la magia, tan fácil como eso, solamente (re)descubrirlo...

La buena noticia para ti, para hoy, es que el momento en el estás es perfecto. Detente, reflexiona, mira con calma este instante, olvida todos los quisieras, ojalases o deberías. ¿Lo ves ya, sientes la perfección de este pequeño e irrepetible momento? Te lo deseo. Aún mejor, te deseo una semana genial, llena de instantes perfectos. Y te deseo que sepas o puedas descubrirlos...

martes, 7 de abril de 2009

Mujeres de ojos grandes



Mañana me marcho de vacaciones. Me voy unos días a tomar el sol y a oler el mar. Pero antes quiero dejaros una buena noticia en forma de recomendación. Se trata de un libro. No, no se trata de un libro, se trata de una escritora. No, tampoco se trata de una escritora. A ver, voy a intentar explicarme...

Hace algunos años, cuando estaba en la Universidad, mi profesor de Historia de América me dijo: "Elena, tienes que leer Mujeres de ojos grandes, de Ángeles Mastretta". Yo -como siempre que alguien de confianza me recomienda un libro- lo apunté en una libreta y pensé que lo compraría. Pero nunca lo compré.

Sin embargo, algunos años después, por mi cumpleaños, mi amiga Cristina me hizo un regalo. Al abrirlo, sonreí: Mujeres de ojos grandes. Estaba claro, el libro se había empeñado en que yo tenía que leerlo.

Cristina decía en su dedicatoria que yo era una de ellas. Y me gustó. Una mujer de ojos grandes. Parecía prometedor. Y, entonces, entré en el mundo de las mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta. Y me hechizó. Y me dio fuerza. Y me hizo sentir que existe una raza de mujeres de ojos grandes y corazón fuerte que están hechas de viento y de lluvia, de sol y de trigo. Mujeres que se doblan con las penas pero que no las puede partir ni un rayo. Mujeres "inteligentes que se enamoran como unas idiotas". Mujeres "que afilan el mundo con sus voces". Mujeres "que tejen sus vidas con penas y jolgorios".

Y, desde entonces, cuando me siento pequeña pequeña -como todas las mujeres nos sentimos alguna vez- cojo el libro de Ángeles Mastretta y leo un capítulo. Uno solo me basta para recordar quien soy, de qué pasta estoy hecha, hasta dónde puedo soportar, cuándo tengo que gritar. Mujeres de ojos grandes es el libro que me hubiera gustado escribir, si yo fuera escritora. Porque habla de mí. De todas las mujeres que soy. De todas las que quisiera ser.

Y por todo eso y porque la escritura de Ángeles Mastretta es pura magia hecha palabra, os recomiendo para esta Semana Santa la lectura de Mujeres de ojos grandes. Ángeles Mastretta tiene, además de otros libros geniales que también os recomiendo, un blog que es un puerto abierto donde recalar en busca tanto de una mirada lúcida que comenta la actualidad -la suya o la de todos- con inteligencia y sutileza, como de palabras tan profundamente cálidas que reconfortan el corazón y van directas al alma (http://lacomunidad.elpais.com/puerto-libre/posts). ¿He dicho ya que me encanta como escribe Ángeles Mastretta?

Este post se lo dedico a mi queridísma Cristina. Porque tú también eres una de ellas. Aunque, a veces, se te olvide...

sábado, 4 de abril de 2009

Decir "te quiero"

Agua expuesta a las palabras "amor" y "gracias"

Hoy quiero hablar de algo que, igual, ya conocéis. Hoy quiero hablar sobre Masaru Emoto y sus experimentos con el agua. Masaru Emoto es un científico japonés que, durante mucho tiempo, ha estado trabajando y estudiando los efectos de la palabra y de la música sobre el agua. Los experimentos de Emoto consistían en recoger agua, guardarla en un recipiente y exponerla a diferentes palabras, dibujos o música. Transcurrido un tiempo, la congelaba y examinaba la estética de los cristales resultantes mediante fotografías microscópicas (Masaru Emoto: Mensajes del agua).

Lo interesante de su estudio fue la comprobación de que el agua que era sometida a una música tranquila o a unas palabras positivas, daba unos cristales preciosos, mientras que los cristales del agua expuesta a palabras malsonantes o música dura, eran mucho más angustiosos, más feos, menos brillantes. Lo apasionante o inquietante de su teoría es recordar que el cuerpo humano está compuesto, aproximadamente, de un 60% de agua. No es difícil imaginar, entonces, las consecuencias de decir a alguien "te quiero".

¿No es una buena noticia el saber que si le dices a alguien cosas bonitas, le estás haciendo más bello? ¿A qué esperas, entonces, para decir a los demás (y a ti mismo): gracias, qué guapa estás, qué día tan bonito, qué bien hueles, qué bien te sienta eso que llevas, cómo me gustas y cuánto cuánto te quiero? Pensar en positivo, hablar en positivo es embellecer el mundo y a los que te rodean. Seamos generosos, pues, con nuestros pensamientos, con nuestras palabras.

miércoles, 1 de abril de 2009

De las grandes y de las pequeñas cosas

El dibujo de Marcelo y la pintura de Hetty

Hoy quisiera hablar de todo. De lo grande y de lo pequeño. Hoy me gustaría tomar prestada la varita mágica de Inés o frotar una lámpara maravillosa y que se cumpliera uno de mis deseos. Hoy querría que todos los corazones, aunque fuera por un pequeño momento, se hicieran grandes y valientes. Que todos los corazones pudieran, por un instante, comprender de lo que son capaces. Porque, a algunos corazones, a veces, se les olvida...

Mi amiga Magda me ha enviado una noticia maravillosa (mil gracias!!!): la historia de Hetty van der Linden, una pintora holandesa que, desde hace unos años, se dedica a cumplir los sueños de niños y niñas de la calle, en diferentes lugares del mundo. Fantástico, ¿no? Lo hace a través de su proyecto "Paint a future", una iniciativa que consta de cuatro pasos: el primero es pedir a los niños que pinten su sueño. Una vez tiene los dibujos, ella contacta con artistas famosos de todo el mundo para que elijan uno, se inspiren en él, y lo conviertan en una obra de arte. El tercer paso consiste en vender las pinturas y, por último, regresar a los niños y, con el dinero obtenido, cumplir sus sueños(http://www.hettyvanderlinden.com/paf_comments.php?id=109_0_9_0_C).
Raúl Aguirre, de siete años, soñó y pintó una casa con anchas paredes y un techo sólido. Después, el arquitecto argentino Flavio Janches hizo una nueva pintura con el bosquejo de Raúl. La pintura se vendió en una galería europea y el dinero obtenido con ella sirvió para construir la nueva casa de Raúl y su familia.

¿Os imagináis lo grandes que son todos los corazones que participan en esta aventura?

Pero no todos tenemos el corazón tan grande. Algunos lo tenemos más pequeñito. Sin embargo, no olvidemos que también nuestros corazones pequeñitos pueden hacer cosas grandes y, así, crecer y expandirse hasta el infinito. Ha llegado a mi correo la información de otra iniciativa que me ha parecido genial. Se trata de una cadena de favores para ayudarnos, entre todos, a salir de la crisis (http://www.yotesacodelacrisis.com/). Y consiste, sencillamente, en pensar pequeños detalles que puedan ayudar a salir adelante a alguna de las personas que tenemos más cerca. Sus creadores hablan de "pequeños favores, altas dosis de optimismo, ayudar al prójimo. Frente al egoísmo y la avaricia, proponemos un regreso a valores como la generosidad y la solidaridad". Tienen un canal en YouTube y algunas de las ideas están ya colgadas en la web.




Ayudar a los demás, hacerles felices, realizar sus sueños puede hacer que nuestros corazones se hagan grandes grandes grandes. ¿Hasta dónde quieres hacer crecer tu corazón? ¿Qué pintarías tú, si viniera Hetty y te propusiera hacer realidad tus sueños?, ¿qué pedirías si tuvieras una varita mágica o una lámpara maravillosa? Pero, aún más importante, ¿tienes idea de lo que pintaría tu vecino, tu madre, tu hermano, tu compañero de trabajo, tu amiga? Mi propuesta es que lo averigües porque, quizás, con un poco de suerte, resulta que está en tus manos cumplir su sueño...