martes, 30 de abril de 2013

La escena presente




"Vive sólo en la escena presente de la película épica de tu vida. Conviértela en tu verdadero hogar. No te preocupes por el resto de la película, éste se cuidará a sí mismo en el momento en que establezcas un contacto íntimo, aquí y ahora, con la escena de este momento. No trates de corregir, ni de averiguar, ni de cumplir futuras escenas - siempre estás en la presente escena. En esto radica tu verdadera felicidad."

Jeff Foster
(Traducido por Tarsila Murguía)


(De la página de facebook Jeff Foster en español)


lunes, 29 de abril de 2013

Lo que aprendí en mi vida


(Imagen de Agah Permadi)


(Mil gracias a ajnalibera por descubrirme a Maya Angelou)


Lo que aprendí en mi vida - Maya Angelou

"Aprendí que no importe lo que pase, o cuán malo puede parecer el día de hoy, la vida continúa, y mañana será mejor.

Aprendí que se puede decir mucho sobre una persona a partir de la manera en que maneja estas tres situaciones: un día lluvioso, equipaje perdido, y luces navideñas enredadas.

Aprendí que no importa cuál sea la relación que tengas con tus padres, los extrañarás cuando ya no estén en tu vida.

Aprendí que “ganarse la vida” no es lo mismo que “vivir”.

Aprendí que a veces la vida te da segundas oportunidades.

Aprendí que no debes ir por la vida con guantes de receptor en ambas manos, necesitas ser capaz de dar algo a cambio.

Aprendí que cuando decido algo con un corazón abierto, casi siempre tomo la decisión correcta.

Aprendí que incluso cuando siento molestias, yo no tengo que ser una.

Aprendí que todos los días deberías acercarte a alguien. La gente aprecia un cálido abrazo, o simplemente una palmada amistosa en la espalda.

Aprendí que aún tengo mucho por aprender.

Aprendí que las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero las personas nunca olvidarán cómo las hiciste sentir."

domingo, 28 de abril de 2013

Dice Lao Tse...






"Cuando el cielo quiere salvar a un ser humano, le envía el amor"

(Lao Tse)





(Imagen: Louis Janmot, de su serie "El poema del alma")

viernes, 26 de abril de 2013

Nada en concreto


(Y hoy voy a celebrar... nada en concreto. ¡Salud!)


Me ha parecido estupendo. 
Como la "fiesta imaginaria" de mis sobrinos. 
Celebrar que hoy es hoy. Que estamos vivos. 
Que llueve o que hace sol. 
Celebrar. Celebrar. Celebrar.


(A través de Harold's Planet. Gracias a Marta y Rosa)

miércoles, 24 de abril de 2013

Necesito poco


(Imagen de i.Anton)


(Gracias a Vane y a Enriqueta por este precioso texto de Ángeles Caso)


Necesito poco y lo poco que necesito, lo necesito poco...

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas.  O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada o todo.

Ángeles Caso

lunes, 22 de abril de 2013

La ternura


Hace unos días, alguien preguntó en Facebook si la ternura era una mera casualidad molecular. Yo, que no creo en casualidades de ningún tipo, quiero creer, en cambio, que la ternura es una elección, una opción, una preferencia. Quiero creer que elegimos ser tiernos porque es el lenguaje en el que se entienden los corazones, porque es el idioma que rompe todas las barreras, porque es el camino que –lo intuimos- nos lleva de vuelta a casa, a aquel lugar en el que nos sentimos protegidos, seguros, felices.

Qué gran noticia la ternura...



(Gracias a Miguel)