Utagawa Kunisada: "Retrato póstumo a la memoria de Hiroshige"
Érase una vez un gran samurái que vivía cerca de Tokio. Aunque era anciano, se dedicaba a enseñar el arte del zen a los jóvenes y, a pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario.
Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos apareció por allí. Quería derrotar al samurái para aumentar su fama. En cuanto el anciano aceptó el desafío, el joven comenzó a insultarlo,
pateó algunas piedras hacia él, escupió en su rostro, gritó insultos, ofendió a sus ancestros, etc… Durante horas hizo todo para provocarlo, pero el anciano permaneció impasible. Al final del día, sintiéndose ya exhausto y humillado, el guerrero se retiró.
Poco después, sus sorprendidos alumnos preguntaron al maestro cómo pudo soportar tanta indignación.
Su respuesta fue: “Si alguien llega hasta ustedes con un presente, y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el presente?”
- “A quien intentó entregarlo”, respondió uno de los discípulos.
- “Lo mismo vale para la injuria, la rabia, la calumnia y los insultos. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los traía consigo”, finalizó el maestro.
Tu paz interior depende exclusivamente de ti.
Nadie puede quitarte la calma, a menos que tú lo permitas.
Gracias, Elena. Falta hace...
ResponderEliminarUn beso enorme y feliz lunes :)
A ti, querida. Un beso grande grande.
ResponderEliminarMe encanta este blog, recién lo he descubierto pero ya era hora de tener un blog de buenas noticias y no todo lo que rodea a este mundo...
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarUna bonita enseñanza, gracias.
ResponderEliminarGracias a ti, Homet-pab, por la visita y el comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy ahora mismo en el camino de la paz interior. Me ayudan muchísimo estas enseñanzas, porque siempre, en todo momento, puedo aprender de todo lo que me rodea. Paz y amor, mucho amor para tí y para todos los que lean este maravilloso blog. En la luz. José Luis.
ResponderEliminarMuchas gracias, José Luis. Paz y amor para ti también. Un abrazo.
Eliminar