lunes, 1 de octubre de 2012

Mapa de ruta




La semana pasada fui a la ceremonia de bienvenida de Alexandre, el hijo de mis grandes amigos Eva y Joaquín. El día fue mágico, la ceremonia preciosa. Tuvo lugar en la ermita románica de Sant Salvador de Bellver y la ofició el padre Marcel Capellades.

Marcel es un ermitaño que vive, desde hace veinte años, en esta ermita que él mismo ha reconstruido  y que está situada en una colina de la comarca de Osona, desde la que se pueden ver las espectaculares montañas de los alrededores: Pirineo, Bellmunt, Collsacabra y Montseny.

Al entrar en la ermita tuve la sensación que –imagino- debieron tener los primeros cristianos, la sensación de estar entre hermanos que se reúnen para celebrar, en este caso, la llegada de un nuevo miembro a la comunidad. Allí no importaba cuáles eran tus creencias o si las tenías, todos estábamos sentados en círculo y, olvidando similitudes o diferencias, participábamos por igual en el feliz acontecimiento.

“Alexandre viene a traeros la Luz”, dijo Marcel, y repartiendo pequeños cirios, la Luz de este bebé tan especial fue pasando de mano en mano, de vela en vela para que pudiera, de alguna manera, encender el Amor en nuestros corazones. Ese Amor que, en los niños, es tan natural y que los adultos hemos ido, de algún modo, perdiendo por el camino.

Al final de la emocionante ceremonia, el ermitaño entregó a Alexandre el “Mapa de ruta de San Salvador para caminar por la vida”. “Cuando te encuentres desorientado, cuando ya no veas el horizonte, lee estas señales y síguelas. Te ayudarán a reencontrar la Luz para continuar caminando y darle sentido a tu vida”, le dijo.

¿El día más bonito? Hoy
¿El obstáculo más grande? El miedo
¿La cosa más fácil? Equivocarse
¿La raíz de todos los males? El egoísmo
¿El regalo más bonito? La comprensión
¿La peor derrota? El desaliento y el desánimo
¿La primera necesidad? Comunicarte
¿El camino más rápido? El camino correcto
¿El peor defecto? El mal humor
¿La sensación más grata? La paz interior
¿La mirada más hermosa? La sonrisa
¿El mejor remedio? El optimismo
¿La cosa más hermosa? El Amor

8 comentarios:

  1. Quina passada. Aquesta és l'Esglesia que admiro, la de l'Amor.

    ResponderEliminar
  2. menuda gozada, precioso acto, preciosas palabras.. felicidades. besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que sí que lo fue, Señorita Puri. Muchas gracias!
      Me alegra tu visita, por cierto. Voy a visitarte yo también que tengo a los amigos bloggeros pelín abandonados....
      Un abrazo fuerte.

      Eliminar
  3. Gracias por el texto, es precioso. Gracias por compartir esa vivencia.
    Me recuerda las sensaciones que tuve hace unos veinte años en la iglesia del pequeño monasterio de Mar Musa, en Siria, restaurado por el sacerdote italiano Paolo del'Oglio.
    Existen varios vídeos en Internet filmados en esa iglesia que transmiten ese ambiente de amor de los primeros cristianos.

    Yolanda

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué interesante, Yolanda!! Voy a buscar esos vídeos....
      Un abrazo y gracias a ti por compartir también tu vivencia.

      Eliminar

Tu comentario es una buena noticia...