El laberinto de Chartres
Hace unos días terminé el excelente libro de Javier Melloni,
“El Deseo esencial” y, desde entonces, llevo dando vueltas a un concepto que me
parece fundamental: “yukti”. Explica, Melloni, que, en el hinduismo, “yukti
contiene y expresa la irrepetibilidad de cada ser, la genuinidad de cada uno
que nos es dada como semilla y que tiene que germinar en la tierra que también
es cada uno”. La cita pertenece a un capítulo que analiza el tema de la
vocación personal y que incide en la importancia de descubrir, reconocer y
seguir la propia inclinación. “Cada ser humano está llamado a configurar de un
modo único los elementos de su existencia, en función de su llamada interna y
de sus circunstancias externas”, comenta Melloni, pues “todas las cosas están
constituidas por un impulso interno a ser ellas mismas”. Un impulso que Spinoza
describió como una potencia interior que es la esencia misma de las cosas.
Esta idea me pareció muy interesante y despertó mi imaginación.
Comprendí que la esencia de -por ejemplo- una flor, es ser una flor. Si la flor
quisiera ser piedra, se encontraría con todo tipo de problemas puesto que
estaría yendo contra su propia naturaleza y, por mucho que insistiera en ello,
nunca conseguiría llegar a serlo. Es la maravillosa historia del patito feo que
intenta encajar en un mundo que no es el suyo, adaptarse a una naturaleza que
no es la propia y eso sólo le conduce al sufrimiento. No será hasta que
descubra su verdadera esencia que el patito -ahora ya un cisne- podrá ser
feliz.
Pero, volviendo al ser humano y a la necesidad de encontrar o
descubrir la propia esencia, Melloni señala la importancia de escuchar o de
sentir tanto a nivel biológico como físico y espiritual. Hoy en día, a nadie le
sorprende ya la idea de que “algunas enfermedades provienen del hecho de estar
desajustados a la llamada que desea expresarse en nosotros”. Así pues, es
preciso prestar atención y tratar de escuchar a esa voz interna que sabe quién
es, cómo caminar y hacia dónde dirigirse.
El llamado.. que a veces es un susurro y otras un grito que ensordece.. De cualquier forma, no nos llama sino hacia el encuentro con nuestro ser esencial...
ResponderEliminarbesotes darling**
Si, y a veces cuesta escucharlo de tanto ruido como tenemos dentro y fuera... Totalmente de acuerdo, Isis.
EliminarUn beso enorme.
Muchas, mucha gracias por este períodico, lo preciso como al agua...
ResponderEliminarPues bienvenida, Rous. Y gracias a ti. Me alegra que te sea útil... Un abrazo.
EliminarFelicidades por el blog, me encanta. Pero estoy bastante en desacuerdo con la idea que habéis captado de este vídeo de disney. Primero he mirado el vídeo, luego he leído la reflexión. A mí lo que me ha llegado de este vídeo es la idea de homogeneidad, la imposibilidad de ser feliz si no compartes unas mismas ideas, genes, etc. Lo interiorizo como un vídeo muy cruel que vende una visión de sociedad muy fascista. No se hasta que punto son educativos los dibujos de disney, ni se tampoco con que intención los hicieron. Para educar la vulnerabilidad? No se da que pensar..!
ResponderEliminarHola anónimo, me alegra que te haya gustado el blog y te agradezco el comentario que me ha dado qué pensar.... ;-)
Eliminar"El patito feo" es un cuento/fábula de Hans Christian Andersen que Disney convirtió en un corto animado. Yo no lo veo como tú, creo que la idea que hay detrás de la historia es justamente que uno tiene que aprender a conocerse a sí mismo, a aceptarse y a quererse para luego poder integrarse en una sociedad en la que todos somos diferentes. Pero eso debe hacerse desde el conocimiento propio. Si uno no se conoce a sí mismo no puede ser feliz por que no sabe ni quién es ni lo que quiere. He leído que el cuento se considera una metáfora de la etapa de crecimiento. Es cierto que, cuando eres niño, necesitas un espacio seguro y confortable en el que crecer para poder desarrollarte de una forma mínimamente sana y luego poder integrarte en la sociedad con tu "autoestima" bien firme. Pero, bueno, es sólo mi opinión...
Siempre me gusta ver cómo una misma historia es intepretada de formas diferentes por cada persona. Eso es justamente lo que nos ayuda a crecer. Mil gracias por el comentario, como te decía más arriba, me ha dado que pensar. Un abrazo.