lunes, 6 de noviembre de 2017

Todas las cosas nos hacen guiños

(Imagen de Elizabeth Gadd)


Todas las cosas nos hacen guiños

Todas las cosas nos hacen guiños para que las sintamos.
En cada gesto nos dicen: ¡No te olvides!
Y un día por el que hemos pasado como extraños
se acaba convirtiendo, cuando el tiempo pasa, en un regalo.

¿Quién puede calcular nuestra ganancia?
¿Quién nos aleja de los años antiguos, ya pasados?
¿Qué hemos aprendido desde que nacimos,
sino que uno se reconoce en eso que ha vivido?

¿Quién pone calor en todo lo que era indiferente?
Oh casa, oh pradera en declive, oh luz de tarde,
de repente apareces ante la mirada
y estás ante nosotros, abrazando, abrazada.

A todo ser lo abarca un solo espacio: el espacio
interior del mundo. Silenciosas, las aves vuelan
a través de nosotros. Oh, quiero crecer,
miro hacia fuera y está en mí creciendo el árbol.

Me preocupo, y está la casa en mí.
Quisiera protegerme, y el cobijo está en mí.
Yo que fui amado: en mí reposa
la imagen de la creación y se deshace en llanto.

(Rainer María Rilke)



(A través del Blog de Grego)

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