(Imagen de google)
Gracias a mi compañero David, el jueves pasado proyectamos en Altaïr un documental que me impactó: “Los olvidados de los olvidados”, la historia de un hombre que, un día, se preguntó: ¿Qué es lo que yo puedo aportar? Y, a partir de ese día, Grégoire Ahongbonon, de profesión mecánico, decidió dedicarse a una misión: rescatar, curar y reinsertar en la sociedad a aquellos que padecen enfermedades mentales en África, muchos de ellos, encadenados -y no es un eufemismo- de por vida. El documental es realmente sobrecogedor pero pone en evidencia algo muy importante: el esfuerzo, la constancia –y la fe- de un solo hombre puede cambiar las cosas para muchos de los que le rodean. Hoy, Grégoire Ahongbonon se ha convertido en un caso de estudio para los psiquiatras occidentales que “alucinan” con la forma en que, con “su método”, consigue tan buenos resultados.
¿Te has preguntado qué podrías hacer tú con tu esfuerzo, tu constancia -y tu fe-? Desde el jueves –o tal vez desde mucho antes- yo me lo estoy preguntando. A veces me enfado conmigo misma. Me enfado porque me quedo atascada en mis pequeñas miserias y me olvido de que el mundo es grande y de que hay muchas personas que podrían necesitar, por ejemplo, mi sonrisa. Luego me reconcilio. Porque recuerdo que enfadarse no sirve para nada y decido que si Grégoire Ahongbonon está cambiando el mundo para cientos de personas, quizás yo también tengo algo que aportar a algunos de los que me rodean. Y eso es también una muy buena noticia. Sólo hace falta ponerse en marcha, empezar a caminar...
¿Empezamos?
Un espectacular ejemplo que reconcilia con lo
ResponderEliminarmejor del ser humanos. Todos los días noticias
de agresiones violentas. En estos días en mi-
ciudad otro joven más que termina víctima de
las patotas
Hay que difundir más los que es valioso como
lo de Gregoire. Ricardo
Gracias por el comentario, Ricardo. Saludos!
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