martes, 29 de septiembre de 2009

¿Friki?

Aunque un poco friki,
igual sí que soy... ;-)

Tengo que poner este vídeo que me pasó L'Esbarzer (mil gracias!!!). Porque me ha encantado, porque da un buen rollo increíble y porque me recuerda que nadie es friki cuando consigue encontrar su espacio y su gente.

Llamamos a alguien friki cuando lo consideramos extraño o extravagante. Es un término peyorativo que usamos cuando alguien no entra dentro de nuestros parámetros, dentro de lo que conocemos, de lo que nos hace sentir seguros y nos da tranquilidad. Lo desconocido nos asusta y nos aparta. Pero hablo de lo desconocido que, supuestamente, debería ser conocido; es decir, no hablo de una persona extranjera que ha venido a nuestra ciudad, a ese se le permite -en teoría- ser diferente, hablo del vecino del quinto, de ese que debería ser y pensar igual que yo pero que tiene la osadía de ser y pensar de forma diferente. Vivimos etiquetando y cuando alguien no entra dentro de alguna de nuestras categorías conocidas -y aceptadas-, “es un friki”.

Bien, pues hoy propongo darle la vuelta a este asunto. Acercarnos al otro, al que es diferente. Escucharle y ver qué nos cuenta. La buena noticia es que, si nos tomamos el tiempo de hacerlo, nos puede llegar a abrir las puertas de mundos insospechados y -¿por qué no?- maravillosos. Porque, además, si él es friki para mí, seguramente yo seré friki para él (¿hay alguien que se considere friki a sí mismo?). Entonces ¿por qué no abrir un poquito la mente y tratar de acercar nuestros diferentes universos?, ¿no consisten justamente en eso el respeto y la tolerancia?



miércoles, 23 de septiembre de 2009

Todos por todos (Tots x Tots)

Pescando en el río
(Mongolia)

Si el otro día comentaba que uno por uno puede dar muchísimos, imaginad lo que supondría que actuáramos todos por todos. Un mundo mejor. Eso seguro.

Sin embargo, para actuar, primero hay que conocer. Actuar desde el desconocimiento nos puede llevar a caer en etnocentrismos o, incluso, a realizar acciones que suponemos necesarias pero que, en realidad, son inútiles. Comentaba el otro día L'Esbarzer que es mejor enseñar a pescar a un pobre, que darle un pescado. Estoy de acuerdo. Si le das un pescado cada día, lo esclavizas, siempre dependerá de ti. Si le enseñas a pescar, lo haces libre, le pones alas. Y la pregunta es, ¿qué queremos?, ¿un mundo de seres libres e independientes o un mundo de esclavos que dependan de nuestra "generosidad"? Yo lo tengo claro.

Así pues, en mi pequeña parcela y con mis pequeños granitos de arena, sé que primero debo conocer para saber, después, dónde o cómo actuar de una manera eficiente y eficaz.

El programa Tots x Tots de COMRàdio ha organizado una muestra de documentales solidarios, dentro del IX Festival Internacional Documental de Barcelona Docúpolis. Dicha muestra, que tendrá lugar los próximos días 3 y 4 de octubre, en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, se inaugurará con el documental "Desplazados", de Josep Lluís Penadès. Además, se podrán ver una cincuentena de trabajos de documentalistas y organizaciones no gubernamentales, producciones audiovisuales hechas por periodistas y cooperantes que, a menudo, no llegan al público por la dificultad de encontrar canales de exhibición. Encontraréis más información en: http://mostradocssolidaris.wordpress.com/

Un primer paso para conocer otras realidades y descubrir cómo y dónde poner nuestro granito de arena. Yo pienso ir.

domingo, 20 de septiembre de 2009

I gotta feeling...



... that today's gonna be a good day.

Para desearos una buena semana, os invito a ver este vídeo super buen rollero que me ha enviado mi hermana (mil gracias!!!), de la fiesta sorpresa de Oprah, con The Black Eyed Peas.

La buena noticia es que es posible creer -¿por qué no?- que "hoy va a ser un buen día" (y mañana y pasado y el otro...).


También quiero compartir un texto que me envía Cristina (mil gracias también!!!!), que se atribuye a William Shakespeare, y que me ha gustado.

"Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer un alma.
Y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni los regalos, promesas.
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto.
Y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado.
Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas…
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma…
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.
Aprenderás que las buenas amistades continúan creciendo a pesar de la distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar de su compañía.
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene la influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queremos imitarlos para mejorar.
Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve…
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias.
Aprenderás que la paciencia requiere mucha practica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene mas que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque estarás quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da derecho a ser cruel.
Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
Aprenderás que con la misma severidad con la que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía mas.¡Y es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla!"

martes, 15 de septiembre de 2009

Con el corazón de un niño

Leyendo cuentos en el orfanato de Bal Mandir (Nepal)

Joan empezó ayer "el cole de mayores" y hoy por la mañana, cuando su padre lo dejaba de nuevo en clase, el niño le ha cogido fuerte de la mano y le ha dicho: "Papá, yo no quiero ser grande". Teniendo en cuenta que la frase viene de un enano de dos años y medio que lleva todo el verano insistiendo en que "él es mayor", me he emocionado. (Mis sobrinos me tienen robado el corazón, ya sabéis...).

Hace unos días leía en el blog de mis amigos desneuronados un post de Marcelo (Muaaaak) que se llamaba "Cuando seamos grandes..." y me encantó porque hablaba de aquello que decía el gran Anthony de Mello: "uno no puede evitar hacerse mayor, pero puede evitar envejecer". Todo esto me ha hecho pensar en que, cuando somos niños, una de las cosas que nos encantan son los cuentos y que, a veces, cuando nos hacemos mayores, lo olvidamos...

Hoy he leído que, con motivo del próximo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, algunos de los más importantes autores contemporáneos (como Joyce Carol Oates, Henning Mankell, Paulo Coelho o David Mitchell ) donarán sus cuentos, inspirados en los Derechos Humanos, para una antología que se publicará a fines de este año, y cuyos beneficios serán para Amnistía Internacional. Y me ha parecido una super buena noticia que escritores consagrados ofrezcan gratuitamente sus palabras por los Derechos Humanos.

Dar con el corazón de un niño.
Leer y escuchar con el corazón de un niño.
Creer con el corazón de un niño.
Soñar con el corazón de un niño.

Mi gemela de alma, Marina, me ha regalado un cuento (moltíssimes gràcies, zapatilla...) que quiero compartir con vosotros:

"Cuenta un relato africano que una niña estaba mirando un trozo de madera y, cuando le preguntaron qué pensaba hacer con él, dijo: tallar un elefante. ¿Pero cómo? –insistieron. Es fácil -contestó la niña- sólo quitaré poco a poco lo que os impide verlo".

Y ver con el corazón de un niño.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Uno por uno, cuando las matemáticas fallan

Sin zapatos en las calles de Katmandú (Nepal)

Siempre nos han dicho que uno por uno es uno, ¿verdad? Pues acabo de darme cuenta de que eso no siempre es cierto, de que -en ocasiones- uno por uno puede llegar a ser... muchísimos. Pero, para que no os penséis que se me ha ido la pinza mucho más allá de lo que es normal en mí, paso a explicaros mi teoría.

El otro día leía en el blog de Pablo una noticia genial, se trata del proyecto One for One, de la empresa americana Toms Shoes. Toms Shoes se dedica -of course- a la fabricación de zapatos y fue fundada por el americano Blake Mycoskie, en el año 2006. Hasta aquí, nada sorprendente. Lo interesante viene en la principal premisa que se adoptó al crear la empresa: por cada par de zapatos que se compran, Toms da un par de zapatos nuevos a un niño necesitado. Uno por uno. Hasta la fecha, llevan entregados unos 150.000 zapatos. Uno por uno, ¿cuánto es, entonces?

Y, siguiendo con las multiplicaciones, me he acordado de aquella película que se llamaba Cadena de favores. La idea era que uno hacía un favor a tres personas y estas tres personas tenían que hacérselo, a su vez, a tres más, y así hasta el infinito. En este caso sería uno por tres. Teóricamente el resultado es tres pero, en la práctica -y si nadie corta la cadena-, ¿cuántos favores son?

Cuando das, multiplicas.
Cuando guardas, divides.
¿Qué haces tú con tu vida?, ¿multiplicas o divides?


domingo, 6 de septiembre de 2009

Momentos

¿Has visto la belleza de los olivos iluminados por el sol?
Sus hojas parecen de plata...

Hace unos meses escribí una entrada sobre la importancia de disfrutar de cada instante pero hoy quiero volver a hablar del tema porque, en el blog de Clementine, he encontrado un vídeo que me ha fascinado. Es un corto realizado por Will Hoffman y se titula "Moments". Creo que vale la pena verlo porque, además de ser precioso, nos recuerda que la vida está hecha de momentos únicos e irrepetibles. Momentos grandes y momentos pequeños. Momentos alegres y momentos tristes. ¿Por qué no celebrarlos todos? Al final, la suma de todos ellos es lo que conforma nuestros días.

Estar vivo no es llenarte las horas para que pasen sobre ti sin dejar huella, no es correr y correr sin llegar a ningún lado, no es buscar parches -del tipo que sea- para evitar enfrentar aquello que no te gusta. Estar vivo es ser consciente, ser consciente y despertar a la belleza que encierran todos y cada uno de los instantes que te han sido regalados. Estar vivo quizás consista, solamente, en ver... (ver desde el corazón, of course).



martes, 1 de septiembre de 2009

Retales, hilos y una colcha voladora

"Jamás la perderé. Cuando me instale en Inglaterra enmarcaré esta pequeña manta, (...) la colgaré en mitad de mi salón, encima de la chimenea. Cada año, el primero de enero, se la señalaré a mis hijos y les explicaré: Mirad bien este tejido, es la manta de vuestra abuela. Aparentemente, uno diría que no es más que un viejo tapete bastante feo; pero en realidad es una alfombra voladora."
(Eric-Emmanuel Schmitt,
Ulises from Bagdad)

¿Sabéis?, estoy cosiendo una colcha voladora. Este mes de agosto he empezado a recibir y a coser los primeros retales de mi colcha de los 100 deseos. Y, es curioso, se ha convertido en un proceso mágico que me ha dado mucho que pensar (qué raro, ¿verdad?, je je je). Cada retal que llega es una sorpresa maravillosa y siento que, de alguna forma, mi corazón viaja sobre él y se une, con un hilo invisible, a la persona que me lo ha enviado. Los hilos que utilizo para coserlo simbolizan esa unión y, así, cada vez que llega un retal, saco la aguja y enhebro el hilo, me siento más y más llena de amor.

Este proceso ha hecho que me dé cuenta de que las cosas que realmente importan -y que están siempre relacionadas con el amor- requieren tiempo para desarrollarse y crecer. Yo había pensado coser la colcha aprovechando el verano, el mes de agosto. Pero resulta que no todo el mundo ha podido enviarme su retal en agosto y, por eso, creo que tardaré todavía unos meses en terminarla. Y me ha parecido genial porque he comprendido que, cada minuto que dedico a mi colcha, es un minuto mágico, que hace que ésta me importe un poquito más.

También he descubierto que las personas están unidas por hilos. Hay veces que los hilos son fuertes e irrompibles, otras veces son hilos de colores, también hay hilos que son débiles y quebradizos. Pero, al final, la calidad de cada hilo depende solamente de las dos personas que lo sujetan. Cuando, desde ambos extremos, se sostiene con decisión, amor y sabiduría, el hilo es indestructible.

Ya ha llegado septiembre. Para mí, empieza el año y es el momento de abrir ventanas para que corra el aire, es el momento de cerrar algunas puertas y de abrir otras, de revisar mis proyectos y mis ilusiones y de volver a enfocarme en ellos. Y, también, de comprobar todos mis hilos para enviar trocitos de mi corazón a las personas que sujetan los otros extremos, para que sepan que estoy aquí y que aquí me tienen. Para lo que quieran y cuando quieran.

Así que espero que me perdonéis si esto no es estrictamente una buena noticia pero sentía que tenía que hacer esta pequeña "declaración" a las personas que quiero y, además, debía una entrada sobre el tema a las personas que me han enviado su retal y a las que están a punto de enviarlo y a las que todavía tardarán unos días más. Muchísimas -MUCHÍSIMAS- gracias por ayudarme, desde todos los rincones del mundo, a fabricar una colcha voladora para mis sueños. Estáis en mi corazón. Y aquí os quedáis. Para siempre.
Elena
(Flying and Dreaming)