(Imagen de Mitchell Kanashkevich)
Decía el filósofo Zenón de Elea que: “Nos han sido dadas dos orejas pero sólo una boca. Para que podamos
escuchar más y hablar menos”. Y, sin embargo, hablamos, hablamos y no
dejamos de hablar pero pocas veces escuchamos de verdad.
Encontré el otro día un texto de R. O’Donnell titulado
“¡Escúchame!”:
“Cuando te pido que me
escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que te he pedido. Cuando
te pido que me escuches y tú empiezas a decirme por qué no debería sentirme así,
no estás respetando mis sentimientos. Cuando te pido que me escuches y tu
piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, no estás respondiendo a
mis necesidades. Escúchame. Todo lo que te pido es que me escuches, no que
hables ni que hagas. Sólo que me escuches.”
Muchas veces, cuando alguien nos cuenta algo que
le preocupa no lo hace porque necesite nuestro consejo u opinión sino solamente
porque quiere que le escuchemos. Sin juicios, sin intervenciones, sin
asesoramientos. Y, en cambio, tardamos un segundo en juzgar, dos segundos en
comparar, tres segundos en personalizar, cuatro segundos en interrumpir, cinco
segundos en opinar.
El texto de O’Donnell sigue así:
“Es fácil aconsejar.
Pero yo no soy un incapaz. Tal vez me encuentre desanimado y con problemas,
pero no soy un inútil. Cuando tú haces por mí lo que yo mismo puedo y tengo
necesidad de hacer, no haces más que contribuir a mis miedos y a mi
inseguridad, Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece a
mí, por muy irracional que sea, entonces no tengo que intentar hacértelo
entender sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.”
Escuchar supone respetar, dejar que la otra persona se
manifieste, permitirle ser ella misma. Escuchar supone apagar el propio yo –el
ego- y dejar espacio al otro para que diga lo que tenga que decir, para que
llore si necesita llorar, para que ría si quiere reír. De hecho, escuchar va
mucho más allá. Significa aceptar. Tanto las palabras como el silencio.
Escuchar es, evidentemente, Amar.