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lunes, 8 de septiembre de 2014

Lua y el silencio




Este verano me han sucedido muchas cosas bonitas pero, entre todas ellas, quiero destacar dos que, además, me han llevado a una misma reflexión. La primera es el nacimiento de mi nueva sobrina, Lua. Evidentemente, el bebé más precioso del planeta ;-). La segunda es la lectura de un gran libro que inmediatamente ha pasado a formar parte de mis libros de cabecera, “Biografía del silencio”, de Pablo d’Ors.
Este libro, que es pequeño de tamaño pero grande en contenido, explica la relación de su autor con la meditación. Cómo y por qué empezó a meditar y algunas de las reflexiones que le han ido surgiendo por el camino. En mi opinión, es un libro imprescindible. Para los que meditan y para los que no lo hacen, porque es un manual de vida, porque nos da pistas para despertar, porque nos enseña a caminar con amor.



Como decía, tanto el nacimiento de mi sobrina como la lectura de la “Biografía del silencio” me condujeron a una reflexión. Mirando a Lua pensé que, en este preciso y precioso momento, tiene la mirada pura, limpia de prejuicios o esquemas y que su realidad está todavía “en blanco”. Y sentí una punzada de nostalgia que volvió poco después, leyendo el libro de Pablo d’Ors: "Si todo lo que vivo y veo no me sorprende es porque, mientras emerge, o antes incluso de que lo haga, lo he sometido a un prejuicio o esquema mental, imposibilitando de este modo que despliegue ante mí todo su potencial." 

Este tema no es nuevo, ya lo he comentado alguna vez pero, como todas aquellas cosas que debemos aprender y no aprendemos, vuelve y vuelve para recordarme la importancia de su enseñanza, para que no la olvide, para que la tenga en cuenta. Y supongo –una buena noticia- que seguirá reapareciendo hasta que consiga aprenderla. Así pues, dedicaré este mes de septiembre a borrar esquemas y prejuicios, a limpiar mi mirada, a acoger todo lo que venga –como decía María Zambrano- “en estado naciente”. Para que todo vuelva a ser nuevo, para que las cosas no dejen de sorprenderme, para no dar por hecho nada pero tampoco a nadie.

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