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lunes, 17 de marzo de 2014

Todas las posibilidades

(Imagen de Al Magnus)


“Aunque vas diciendo que buscas la felicidad,
lo cierto es que no quieres ser feliz.
Prefieres volver al nido antes que volar,
porque tienes miedo.
Y el miedo es algo conocido, la felicidad no.”

(Anthony de Mello)

Llevo unos días pensando en los tópicos, algo que no soporto: “la gente no cambia”, “las mujeres son histéricas”, “todos los hombres son iguales”… Tengo la sensación de que vivimos encorsetados en los  tópicos y ni siquiera nos damos cuenta de que van conformando el mundo que creamos día a día. Me explico: si yo pienso que “todos los hombres son iguales”, es más que probable que eso se manifieste en mi vida. No sólo porque atraeré a “hombres iguales” sino también porque yo haré, además, todo lo posible –inconscientemente, claro- para que eso se haga realidad. ¿Cómo? Buscando excusas, provocando situaciones, analizando comportamientos, buscando la manera de que “la realidad” encaje con lo que yo pienso, que sea lo que yo creo que es. Lo desconocido –aunque sea mejor- nos asusta demasiado.

El otro día, hablando con una amiga que justamente me estaba diciendo una de estas frases hechas que tenemos tan interiorizadas que llegamos a creer que la hemos pensado nosotros, me rebelé. Yo me niego a vivir en un mundo en el que la gente no cambia, en el que las mujeres son histéricas y en el que todos los hombres son iguales. Me niego a vivir en un mundo hecho de tópicos, en el que no hay espacio para la sorpresa porque ya sé lo que puedo esperar de todo y de todos. Me parece tristísimo. Y me niego.

Nos conformamos con una vida gris porque no nos atrevemos a vivir dentro del arco iris. Es cierto que si abres la puerta a todas las posibilidades te arriesgas a decepcionarte (cuando pones demasiadas expectativas en una de dichas posibilidades) pero, ¿qué es una decepción de vez en cuando comparada con una vida llena de oportunidades? Todos sabemos ya que si piensas en positivo, atraes lo positivo. ¿Te has preguntado alguna vez cómo piensas?, ¿te escuchas hablar?, ¿realmente oyes lo que dices? Yo me sorprendo, a veces, diciendo una frase tópica. Y, entonces, me paro. Y la borro. Porque quiero pensar –QUIERO CREER- que la vida es bonita, que la gente actúa con el corazón, que a veces suceden cosas maravillosas y que los milagros no son más que otra posibilidad. ¿Por qué no?

Entre todos creamos el mundo. Lo que pensamos todos es lo que se acaba manifestando. Así pues, cuando mires a tu alrededor y lo que veas no te guste, pregúntate: ¿qué es lo que piensas?, ¿cómo hablas de los que te rodean?, ¿cuáles son tus prioridades?, ¿cómo tratas a las personas? Antes de juzgar el exterior, revisa lo que hay en tu interior. Y, después, ponte a trabajar en ti para arreglar el mundo. Olvídate de tópicos, de frases hechas y de lo que se supone que debe pasar, no pienses que algo es imposible sólo porque eso te han dicho, abre las puertas de la sorpresa, de la ilusión, de la felicidad. Y entra…
  

12 comentarios:

  1. Muy buena ademas va muy bien con todo lo que estoy descubriendo que la vida te da sorpresas si de las una oportunidad o mil. un abrazo y buena semana.

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  2. Una reflexión a tener muy en cuenta. Gracias, buena semana y mejor primavera.

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  3. yo le llamo la ultima capa de la cebolla.

    como he ido por mi caminar,no vuelvo la vista atrás,miro la piedra que tengo delante,la aparto,no la tiro para adelante¡¡¡¡
    el mundo se hace cada,el decorado es otra cosa..

    os quiero
    er cocinero

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    1. Me gustó eso de la última capa de la cebolla, claro, un cocinero utiliza metáforas de cocina, je je, ¡me encanta! Y, además, una metáfora similar he utilizado yo también en un texto que espero poder compartir pronto.
      Un abrazo fuerte cocinero. Por aquí también se te quiere.

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  4. Estoy totalmente de acuerdo contigo Elena. Y también con la frase o cita de la semana.

    Un abrazo

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  5. Es verdad ! Tenemos que atrevernos a ver todo lo bonito que nos rodea, que es mucho más de lo que creemos !

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    1. Esooooo. Mirando lo bonito, hacemos el mundo más bonito. Un abrazo, pensamiento creativo.

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  6. Nos echamos la manta para que el coco no nos vea, y somos nosotros aquellos que después nos negamos a ver si el coco es un monstruo o sólo una persona que nos busca.
    Nos gusta sabotear nuestros sueños, pensamos que después de ellos no nos quedará nada. No hay nada más terriblemente difícil para un poeta que escribir feliz. Un saludo

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    1. No hay nada peor que nuestros propios auto-saboteos, Eva. Hay una frase, creo que es de Buda, que dice algo así como "Ningún enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos". Es cierto…
      Un abrazo.

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