"Defender la alegría como un principio... defender la alegría como una bandera... defender la alegría como un destino... defender la alegría como una certeza... defender la alegría como un derecho" (Mario Benedetti)
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jueves, 31 de octubre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
Un semáforo en rojo es para pararse
(Imagen de Wendy)
La frase que encabeza esta entrada es una obviedad. Lo sé. Y,
sin embargo, no lo es. Voy a intentar explicar por qué lo digo…
El otro día volvía a casa en moto –me encanta ir en moto por
Barcelona- y tuve que parar en un semáforo. Normalmente, cuando esto sucede
estoy casi dando gas y preparándome para salir lanzada en cuanto la luz se
ponga verde, voy pensando en mis cosas y deseando llegar lo más rápido posible allá
donde voy. Pero esta vez no. Esta vez, por el contrario, me pareció escuchar
una voz interior que decía: “Elena, un semáforo en rojo es para pararse”. Y me
quedé pensativa. “Un semáforo en rojo es para pararse”. Para parar la retahíla
de pensamientos que me invaden. Para mirar alrededor. Para observar. Para
respirar. Para disfrutar de estar parada. La luz roja del semáforo dura un
instante –nunca he sabido cuánto- pero es un instante que jamás había pensado
que podía aprovechar para disfrutar.
Después, al llegar a casa, recordé que hacía un tiempo había
leído algo sobre los semáforos en rojo, en un libro de Thich Nhat Hanh*. Y lo
busqué. Y lo encontré. Proponía, este monje budista, realizar una meditación al
volante. Recordar que, cuando te subes en el coche –o en la moto, en este caso-
la máquina y tú sois uno. “Al usar un instrumento o una máquina cambiamos. Un
violinista con su violín se convierte en algo muy hermoso; un hombre con una
pistola en algo peligroso. Cuando utilizamos el coche somos nosotros con el coche.” Plantea Thich Nhat Hanh
que solemos tomarnos el semáforo en rojo como un enemigo que nos impide llegar
a nuestro destino y propone, en cambio, “considerar que el semáforo en rojo es
como una campana de conciencia que nos recuerda que debemos regresar al
presente. La próxima vez que os encontréis con un semáforo en rojo, sonreídle,
por favor, y volved a vuestra respiración. Inspirando tranquilizo mi cuerpo.
Espirando sonrío. Es fácil transformar un sentimiento de irritación en un
sentimiento placentero. Aunque sea el mismo semáforo en rojo, será distinto. Se
habrá convertido en un amigo que os ayudará a recordar que solo podéis vivir
vuestras vidas en el presente.”
No sé si la voz interior que escuché era un eco de las
palabras de Thich Nhat Hanh que había leído hace tiempo, pero sí sé que, desde
ese momento, cada vez que me encuentro frente a un semáforo en rojo, sonrío,
inspiro, espiro y doy las gracias por el aquí, por el ahora. Un semáforo en rojo se ha convertido, pues, en una buena noticia...
(* El libro de Thich Nhat Hanh se titula “Hacia la paz
interior” y está editado por Random House Mondadori, en su colección DEBOLS!LLO).
jueves, 24 de octubre de 2013
lunes, 21 de octubre de 2013
Decidí triunfar
"Y así, después de mucho esperar, un
día como cualquier otro decidí triunfar.
Decidí no esperar a las
oportunidades, sino yo mismo buscarlas.
Decidí ver cada problema como la
oportunidad de encontrar una solución.
Decidí ver cada desierto como la
oportunidad de encontrar un oasis.
Decidí ver cada noche como un
misterio a resolver.
Decidí ver cada día como una
oportunidad para ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único
rival no eran más que mis propias debilidades,
y que enfrentarlas era la única y mejor
forma de superarlas.
Aquel día descubrí que no era el
mejor
y que tal vez nunca lo hubiera sido.
Dejó de importarme quien gana o
pierde.
Ahora me importa simplemente saber
mejor qué hacer.
Aprendí que lo difícil no es llegar
a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo es poder
llamar a alguien “Amigo”.
Descubrí que el amor es más que un
simple estado de enamoramiento;
el amor es una filosofía de vida.
Aquel día dejé de ser el reflejo de
mis escasos triunfos pasados
y pasé a ser una tenue luz en el
presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz
si no iluminamos el camino a los
demás.
Aquel día decidí cambiar tantas
cosas…
Aquel día aprendí que los sueños existen
para hacerse realidad.
Y desde aquel día ya no duermo para
descansar…
ahora simplemente duermo para
soñar."
(Walt
Disney)
sábado, 19 de octubre de 2013
Eres bueno en tu esencia
“Si
partes de la visión de que eres bueno en tu esencia en vez de la que te dice
que tu esencia tiene algún defecto, al hablar o actuar, al evitar algunas
cosas, empezarás a tener una comprensión creciente de que no eres una mala
persona que necesita mejorar, sino que realmente eres una buena persona con
hábitos que te están causando mucho sufrimiento pero que son temporales y
susceptibles de cambiar. Y gracias a ese espíritu te puedes ir familiarizando
con esos hábitos temporales pero fuertemente arraigados. Podrás verlos con
tanta claridad y tanta compasión que no seguirás reforzándolos.”
(Pema
Chödrön)
jueves, 17 de octubre de 2013
Movember
Hoy quiero hablar de la campaña
Movember, que trata de recaudar fondos para la investigación contra el cáncer
de próstata a través de acciones muy concretas y originales como la de que
los hombres se dejen crecer un bigote durante el mes de noviembre, hacerse
simpatizante de la causa o realizar una donación (aquí). Podéis encontrar más información en su página web. ¿Quién se apunta?
miércoles, 16 de octubre de 2013
Give me love
Give
me love
Give
me love
Give
me peace on earth
Give
me light
Give
me life
Keep
me free from birth
Give
me hope
Help
me cope, with this heavy load
Trying
to, touch and reach you with,
heart
and soul
OM M
M M M M M M M M M M M M
M M
M My Lord . . .
PLEASE
take hold of my hand, that
I
might understand you
Won't
you please
Oh
won't you
*******
Dame
amor
Dame
amor
Dame
paz en la tierra
Dame
luz
Dame
vida
Hazme
libre desde el nacimiento
Dame
esperanza
Ayúdame
a afrontar esta pesada carga
Tratando
de tocarte y alcanzarte con
el
corazón y el alma
Om
mmmmmmmmmmmmm
Dios mío. . .
Por
favor, toma mi mano, para que
pueda comprenderte
pueda comprenderte
¿Lo
harás? por favor…
¿lo
harás?
(Qué grande George Harrison)