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lunes, 9 de septiembre de 2013

No lo intentes



(Imagen de Al Magnus)


Últimamente dos personas han coincidido en decirme una frase que me ha impactado:

“Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes…”

Una de estas personas fue mi amiga virtual, Alhy, que escribió una magnífica entrada sobre el tema que, con su permiso, quiero compartir aquí.

“El diccionario define el verbo intentar como:

1. Tener el propósito de hacer algo.
2. Preparar o iniciar la ejecución de algo.
3. Procurar, pretender, tratar de hacer algo.

Lo cierto es que intentar, psicológicamente, implica y justifica un fracaso potencial, y, en muchas ocasiones, es el miedo ante la probabilidad de ese fracaso (o la incapacidad de reponernos ante los reveses), lo que nos aleja del éxito y nos convierte en abandonadores de proyectos y personas frustradas.

El tanto por ciento que cada persona pone en un intento, en una situación concreta, depende, no sólo de la dificultad de la situación en sí, de sus habilidades y de las circunstancias que la rodean, sino, básicamente, de su autoconfianza y perseverancia, del hecho de creerse capaz de conseguirlo contra viento y marea. Y es que para construir algo, independientemente del tipo de construcción que se utilice, primero hay que creer firmemente en ese algo, visualizar con claridad sus cimientos o raíces.

Una autoestima moderada, por ejemplo, puede invertir un 50% en sus “acciones del éxito”, mientras que se reserva la misma proporción para inflar un colchón que amortigüe el golpe en caso de caída. ¿Qué pasará durante ese trayecto, entonces? Posiblemente, esa persona no se lanzará a la piscina ni con la misma entrega ni con la misma garra y potencia, no dará “el todo por el todo” como si creyera firmemente, no sólo que hay mayores posibilidades de éxito que de fracaso, sino de que la probabilidad de fracasar, prácticamente, no existe.

La autosugestión un arma poderosa es. Cuanto mayor sea el margen que reservamos a ese éxito, menos probabilidades tendremos de no alcanzar esa meta concreta. Esto, lógicamente, no se consigue en un día. ¿Cómo aumentar nuestras acciones del éxito en cada nuevo proyecto y aprender a construir firmes cimientos sin una licenciatura en arquitectura? A pequeños pasos, con pequeños proyectos, focalizándonos en lo positivo incluso aunque fracasemos, extrayendo lecciones, peleándonos contra el “no” todos los días.” *

¿Cuántas veces nos enfrentamos a acciones sin la necesaria convicción para conseguirlas? ¿Cuántas veces nuestro compromiso con intentarlo es una excusa para no esforzarnos más por conseguirlo? **


La buena noticia es que no tienes que intentarlo. 
La buena noticia es que puedes hacerlo.



4 comentarios:

  1. ¡¡¡¡Muchas gracias por el regalo, Helen!!!! :)

    He estado tentada de imprimir esta entrada y ponerla en el frigo porque nadie la necesitaba más que yo cuando la escribí ;)
    Ser "creyente" es un proceso. Ahora, cada vez que comienzo un proyecto o estoy en inmersa en algo, me pregunto, sin excusas, sin darme tregua, si realmente lo estoy haciendo o si sólo lo estoy intentando. Voy ganando batallas y se que me reeducaré en positivo, que es posible mirar el vaso medio vacío y descubrir que, en realidad, sólo se está llenando poco a poco.

    Podemoshacerlopodemoshacerlopodemoshacerlopodemoshacerlopodemoshacerlopodemoshacerlo ;)

    Un abrazo enorme ***

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    1. Gracias a ti por este magnífico post, Alhy. Cuando lo leí ya sabía que tarde o temprano lo compartiría aquí porque me dio muy buen rollo. Y es lo que tú dices, estaría bien que lo tuviéramos presente más a menudo, las cosas nos saldrían mucho mejor sin duda. ;-)
      Un abrazo muy grande para ti también.

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  2. Gracias por esta magnífica entrada un abrazo

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    1. Gracias por el comentario, Loren. No dejes de visitar el blog de Alhy, te gustará. Un abrazo.

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