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lunes, 30 de septiembre de 2013

El Habla Correcta



(Carta de Édouard Manet)

"A veces hablamos con tanta torpeza que provocamos nudos internos en los otros. Después decimos "Solo dije la verdad". Puede que sea cierto, pero si nuestra manera de hablar causa sufrimiento innecesario, no es el Habla Correcta. La verdad debe presentarse de forma que los otros puedan aceptarla. Las palabras que lastiman o destruyen no son el Habla Correcta.

Considera tus palabras atentamente antes de decirlas, para que sean correctas en forma y en contenido. Si no eres capaz de hablar con serenidad, ese día no hables. Abre la boca y habla sólo cuando estés seguro de poder hablar con serenidad y afecto. Debes entrenarte en ello para ser capaz de hacerlo.

Escribir cartas es como hablar. A veces una carta puede resultar más segura que hablar, porque puedes releer lo que has escrito antes de enviarla. Mientras lees lo que has escrito puedes visualizar que la otra persona recibe tu carta y evaluar si lo que has escrito es acertado y apropiado. Tu carta, para poder calificarla de Habla Correcta, debe regar las semillas de la transformación en la otra persona y despertar algo en su corazón. Si hay una frase que pueda malinterpretarse o ser causa de disgusto, escríbela de nuevo. La Atención Correcta te dice si expresas la verdad de la manera más hábil.

La compasión es la única energía que puede ayudarnos a conectar con otra persona. La persona que carece de compasión nunca puede ser feliz. Cuando observas a la persona a la que vas a enviar la carta, si puedes imaginar su sufrimiento, sentirás compasión. En el momento en que la sientas te encontrarás mejor, incluso antes de acabar la carta; y al terminarla, sabrás que la otra persona se encontrará mejor luego de leerla. Al redactar esta clase de carta restableces la comunicación." 


Thich Nhat Hanh (vía Mariní)

jueves, 26 de septiembre de 2013

La gente que me gusta


(Imagen de google)


Hace un tiempo colgué este texto de Benedetti y creo que vale la pena volver a colgarlo:

"Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y lo hace.

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen animo, dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo y de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica, la gente que mediante bromas, nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.

Me gusta la gente que con su energía contagia. Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes, no por un estereotipo social ni como lucen. La gente que no juzga, ni deja que juzguen.

Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente que es capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza, aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad , el coraje, la solidaridad , la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, las alegrías, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, los sueños, la humildad, el arrepentimiento, el amor propio y para los demás, son cosas fundamentales para llamarse GENTE. Con gente como esa me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi, me doy por bien retribuido."

(Mario Benedetti)


lunes, 23 de septiembre de 2013

5 cosas de las que la gente se arrepiente




(Imagen de google)


Encontré en el blog de Mariní un interesante texto sobre las 5 cosas de las que la gente se arrepiente antes de morir:

1. Ojalá hubiese tenido el coraje para vivir una vida auténtica por mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí. Se requiere una buena dosis de coraje para seguir nuestros sueños y anhelos. Mucha gente elige un camino que no deseaba para quedar bien con los otros, o simplemente porque cree que lo que quiere es irrealizable.

2. Ojalá no hubiese trabajado tanto. El trabajo puede darnos grandes satisfacciones personales y la sensación de que cumplimos logros. No obstante, demasiado trabajo nos aleja de nuestros seres queridos y de otras cosas que también son importantes para tener un buen desarrollo personal. La adicción al trabajo puede hacerte perder momentos importantes de la vida.

3. Me hubiese gustado tener el coraje para expresar mis sentimientos. En muchas ocasiones, nuestra educación nos impide expresar lo que realmente sentimos acerca de alguna situación o alguna persona. Aprender a expresar nuestras emociones en el momento correcto, puede ser una llave para evitar el arrepentimiento.

4. Lamento no haberme mantenido en contacto con mis amigos. Con todas las actividades que nos exige la vida moderna, es común que no tengamos tiempo para nuestros amigos. Es fundamental balancear nuestro tiempo para compartirlo con aquellos a los que queremos.  ¿A quién hace tiempo que no le hablas, pero te gustaría ver?

5. Desearía haberme permitido ser más feliz. El terror al cambio es un miedo razonable, pues implica cierto riesgo y una serie de consecuencias inesperadas. Pero mientras ese miedo nos petrifique, no seremos capaces de avanzar y lograr nuestros objetivos. Todo cambio es un riesgo, pero sin cambios no hay mejoras.

La buena noticia es que existen opciones, la buena noticia es que puedes cambiar tu forma de vivir, la buena noticia es que puedes elegir hacer las cosas de otra manera. Y así, en el momento de tu muerte, podrás soltar las riendas suavemente, sonreír y agradecer la preciosa e intensa vida que te fue concedida.

jueves, 19 de septiembre de 2013

lunes, 16 de septiembre de 2013

La felicidad en presente


(Imagen de Vanessa Paxton)


“Son cosas que pasan el día antes.
¿El día antes de qué?
El día antes de la felicidad.”

Estoy leyendo una novela preciosa, “El día antes de la felicidad” (Erri de Luca). Me gusta la historia y me encanta el título. Sin embargo, dicho título me ha hecho pensar.

Y he pensado en cómo tantas y tantas veces aplazamos la felicidad. Cuando tenga eso, cuando consiga aquello, cuando no sé quién me llame, cuando se me cure la pierna, cuando gane más, cuando pueda visitar aquel país, cuando, cuando, cuando.

Conjugamos la felicidad en futuro. Nunca en presente. 

Supongo que es bastante lógico, teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad terriblemente consumista en la que cuando compras –por ejemplo- un ordenador, ya está a punto de salir uno mucho más avanzado. Y nos dejamos engullir por esa constante necesidad de tener algo mejor que lo que tenemos, de ser algo mejor de lo que somos.

Y no digo que no sea bueno aspirar a más, quizás es incluso necesario para seguir caminando. Pero nunca a costa de hipotecarnos el presente, de no valorar lo que somos o lo que tenemos. “El día antes de la felicidad” como una frase poética es precioso pero como una realidad es terrible. Te condena a estar siempre a la espera de algo mejor. Algo que, por supuesto, nunca llegará porque cuando llegue –si llega- ya estarás pensando en otra cosa.

La buena noticia es que el día de la felicidad es hoy. Hoy es el día perfecto para abrir los ojos y mirar. Hacia fuera y hacia dentro. Hoy es el día perfecto para agradecer y para celebrar todo lo que hay fuera y todo lo que hay dentro.