Familia

Ayer se casó mi hermano. Y, aunque ésta, en sí, ya es una buena noticia, no es la que quería compartir hoy. La buena noticia que tengo ganas de gritar a los cuatro vientos es que tengo un hermano, otro hermano y una hermana. Que tengo una madre y un padre. Que tengo una sobrina, un sobrino y dos cuñadas. Que tengo una abuela y tuve dos más, y que también tuve dos abuelos. Que tengo tíos y tías, primos y primas. Y que tengo amigos y amigas que están tan adentro que se convirtieron en parte importante de mis allegados. Y que toda esta gente –que es mucha y es estupenda- es mi familia.

La RAE dice que una familia es un conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje. Y, cuando leo esta definición, creo que me hace falta un nuevo diccionario. Porque eso, más que una familia, parece una escalera. Y yo no tengo una escalera, tengo una familia.

Así pues, buscaría una definición de familia que hablara de cuando mis padres me abrazan, de cuando mis hermanos me apoyan, de cuando mis sobrinos se abalanzan sobre mí y me llenan de besos –o de cuando yo puedo abrazarlos, apoyarlos, besarlos…-. Añadiría también todas las sobremesas de risas conjuntas, los juegos, los años llenos de presencia y cariño. Mencionaría los viajes que hemos hecho juntos, las preocupaciones o las tristezas que se hicieron más livianas por que fueron compartidas y encontraron apoyo y respuesta. La descripción incluiría, por supuesto, los momentos de desencuentro, de llanto, de enfado o de malosentendidos que después se hablaron, se desenredaron, se recuperaron.

Mi definición de familia hablaría de cómo ayer, en la boda de mi hermano, el amor y el calor de los que me rodean hicieron que me sintiera absolutamente privilegiada y que decidiera que la buena noticia de esta semana tenía que ser “la familia”.  

Gracias a todas las personas que forman la mía por ese amor y ese calor que hacen que mi vida sea muy muy luminosa.