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domingo, 22 de julio de 2012

Soltar tus vacas


(Imagen de Simon Cecere)

Siempre he pensado que la vida es más sabia que yo. Que me cuida. Y que, si estoy atenta, me envía mensajes que me ayudan a caminar. Últimamente, llevaba varios días “atascada” con un tema al que no podía dejar de dar vueltas. Pero, cuantas más vueltas daba, menos claridad tenía. Me empeñaba en comprender sin llegar a conseguirlo y me enfadaba conmigo misma por sentirme tan bloqueada. Hasta que me detuve. Dejé de luchar. Acepté. Y escuché.

Entonces, cayó en mis manos el siguiente texto:

“Un buen día, el Buda estaba sentado en el bosque con algunos monjes. Acababan de comer y, cuando estaban a punto de empezar una charla sobre el Dharma, se les acercó un pastor preguntándoles: “¿Habéis visto, venerables monjes, pasar por aquí a mis vacas? Tengo doce vacas y todas ellas se han escapado. Este año, una plaga de insectos ha devorado el par de hectáreas de sésamo que tengo plantadas. No puedo seguir viviendo así. Creo que voy a suicidarme”. Sintiendo una gran compasión hacia ese hombre, el Buda dijo entonces: “Lo siento, amigo mío, pero no hemos visto pasar por aquí a tus vacas”.
Y, cuando el pastor se alejaba, añadió, dirigiéndose a sus monjes: “¿Sabéis, monjes, por qué sois felices? Porque no tenéis vacas que perder”. Quisiera deciros, amigos míos, que, si tuvieseis vacas, os identificaríais con ellas. Creéis que las vacas son esenciales para vuestra felicidad, pero, apenas practicáis profundamente, os dais cuenta de que son esas mismas vacas las que os hacen infelices. El secreto de la felicidad consiste en aprender a soltar vuestras vacas.”

(Thich Nhat Hanh: Estás aquí. La magia del momento presente, Editorial Kairós)

Las vacas, en mi caso –y en este momento concreto-, eran una idea precisa sobre la felicidad. Y ni siquiera sobre la felicidad presente sino, encima, sobre la felicidad futura. Tras dejar de luchar contra lo que me estaba pasando, aceptarlo y leer este texto, comprendí que podía abrir mis manos y soltar mis vacas. Entonces, el futuro y la felicidad futura desaparecieron. Y, entonces, el presente y la felicidad presente aparecieron. Ni os imagináis como empezó –entonces- a brillar el sol.

¿Cuáles son tus vacas?, ¿te atreves a soltarlas?

12 comentarios:

  1. Thich Nhat Hanh de nuevo, qué bueno!!

    Mis apegos? uff, son tantos. Mentales, emocionales, materiales...y todos son lo mismo: apegos.
    Pero, si por lo menos soy algo consciente de que mis apegos son apegos algo de libertad gano.

    Para vivir el momento presente, para vivir aquí y ahora practico yoga, meditación zen y sigo conectado a mis necesidades y sentimientos así como a los mecanismos de mi mente y mi cuerpo. Pero, como bien sabes es difícil.
    En ello estoy.

    Yoga en Times Square: hummm, más una celebración y en algún caso un acto de militancia, que un cambio de conciencia. Ojalá, y sino mira por la ventana, el cielo gris y el olor a ceniza de BCN. El fuego es a 200km de aquí!! ay!

    Ser transparente? Humm, nosé-nosé. Como ya sabes estoy con CMQ repitinedo unas estrofas de Metallica:

    You rise, you fall you´re down and then you rise again
    What don´t kill ya make ya more strong

    Show your scars!!

    Así que más que transparente, enseño mis cicarices (conseguidas cada vez que me he caído)

    http://www.youtube.com/watch?v=c_kf3j85KlM&feature=fvst

    Como no es tu música, póntelo muy bajito varias veces hasta que la melodía te capture. Luego, concentrate en la batería durante toda la canción. Ahora ya sabes lo que es heavy metal de verdad.

    Beso gordo y hasta mañana!!

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    1. jajajajjaa, Esbar, no estoy yo muy convencida de eso de que si eres consciente de tus apegos ganas algo de libertad, pero bueno....
      Y lo del yoga en NY, pues yo sí creo que es un símbolo de que las cosas están cambiando, antes seguramente se reunían para comprobar como iba la bolsa (por ejemplo) y hoy para practicar yoga. Seguramente no todos tendrán la misma conciencia u objetivos pero, algo es algo.....
      El fuego me pilló en la costa brava así que no sólo olí la ceniza sino que ví como llovía ceniza. Muy fuerte.
      Pero bueno, mañana nos vemos y charlamos de todo un poco que ya toca. Gracias por la canción, a pesar de que no es mi música, la escucharé en vuestro honor. Y después me pondré "El gato que está triste y azul", je je.
      Un beso gordo gordo.

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    2. Pues que yo venía a comentarte, me encuentro con esta conversación de dos de mis personas favoritas (y encima habláis de mí, malandrines!!! ;D) y me quedo obnubilada y envidiosa de esa cita de hoy... si, lo se, tenemos algo pendiente... soy un desastre.

      A lo que vamos. Estoy con Esbar en que antes de poder desapegarse de las vacas, tenemos que conocer cuáles son nuestras vacas. Solo si eres consciente de que tienes una "dependencia" podrás ser consciente de tu necesidad de abandonarla... ("gorrasho yo??"). Y ahí andamos, en reconocernos, en liberarnos un poquito, en vivir el "aquí y ahora", el momento presente... ya sabéis, qué os voy a contar a vosotros.

      Os quiero, chicos. Show your scars!!! (nos hacen más perfectos)

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    3. Estás en nuestras oraciones, querida ;-)La próxima cita.....contamos contigo!!!!! We love you too!!!!!!!
      Y, bueno, pues estamos todos en las mismas, veo (no me sorprende, je).
      Un beso enorme.

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  2. Respuestas
    1. jajajjajaa, anónimo, me ha encantado este comentario. Aunque, si te soy sincera, no sé muy bien qué responder...

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  3. Lo que he aprendido del Dharma es que uno va experimentando las enseñanzas del Buda para, de ser posible, "creer" en ellas. Yo he tratado de ir soltando poco a poquito mis vacas pero, como en todo, he tenido retrocesos y a algunas las he vuelto a traer conmigo.
    El sendero espiritual puede ser tan placentero o tan difícil dependiendo siempre de nuestras acciones.

    Te mando muchos muchos besos, querida Elena.

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    1. Querida Siberiana, es verdad que a veces parece que las vacas nunca se acaban de soltar del todo, pero ahí vamos, poquito a poco. Ahí vamos todos, caminando, caminando.
      Muchos muchos besos para ti también.

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  4. Soltar las vacas es SANAR DE NUESTRO PASADO.No llevarlo
    de lastre... Saltar de nuestra propia sombra. Nadie
    GUARDA BASURA EN LOS BOLSILLOS. Sería como pelar una
    banana y comerse la cáscara en lugar de tirarla...

    Cuando SOPLA EL ESPÍRITU, LAS CADENAS MOLESTAN ...

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  5. Si sueltas las vacas, tus HUELLAS FLORECERAN...

    Para llenarse, hay que tener capacidad de VACIARSE...

    El que no suelta las vacas, es como que SACIA SU SED
    en LOS PANTANOS...

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  6. Oíd el ruido de rotas cadenas...
    Oíd el ruido de vacas soltadas...

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  7. Arrastrar conflictos sin resolver es como
    GUARDAR ROPA SUCIA EN EL ROPERO...

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