"Defender la alegría como un principio... defender la alegría como una bandera... defender la alegría como un destino... defender la alegría como una certeza... defender la alegría como un derecho" (Mario Benedetti)
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miércoles, 27 de marzo de 2013
lunes, 25 de marzo de 2013
La vida de Pi
(Si no has visto la película y tienes
intención de verla, no leas esta entrada…)
Hace unas semanas vi La
vida de Pi y me sucedió lo que sucede tras ver una buena película, leer un
buen libro o compartir una conversación interesante: días después todavía
estaba dándole vueltas. Por ello, la comenté con varias personas pero me chocó
muchísimo darme cuenta de que cada uno había entendido el final de la película de
forma diferente. Eso me llevó a buscar en internet opiniones, críticas o
comentarios para tratar de saber más sobre el tema.
Después de debates y lecturas, me gustaría compartir mis pensamientos
porque me parece que es una película interesantísima.
Últimamente, he llegado a la conclusión de que existen diferentes
niveles de Realidad. Y, concretamente, en lo que se refiere a la película, creo
que se habla de un nivel mental y de un nivel espiritual.
A nivel mental se distinguen dos historias:
1. Pi comienza el viaje en el bote salvavidas con
una cebra, un orangután, una hiena y un tigre llamado Richard Parker. La hiena
mata a los dos primeros y, después, el tigre termina con ella. El resto del
viaje lo harán Pi y el tigre.
2. Pi
empieza el viaje acompañado por su madre (el orangután), el cocinero (la hiena)
y un marinero (la cebra) pero acaba pasando solo los 227 días en el bote. Esta
versión es mucho más cruda, dolorosa y difícil de aceptar porque supone que el
cocinero ha matado a la madre y al marinero y, después, Pi ha acabado con él. En este
caso, la mente de Pi inventaría una historia mágica y fabulosa que le haría
soportable el dolor de haberse topado de bruces con la animalidad humana, con
su propio salvajismo. En esta versión, Pi es el tigre, es su parte animal, su
instinto de supervivencia, su ego.
En este punto, el
espectador puede elegir la versión que prefiere, y eso supone una oportunidad
de introspección: ¿soy una persona que cree solamente en las cosas que puede
ver y que tienen sentido? O, por el contrario, ¿soy una persona que cree en la
magia y en los milagros? ¿Soy una persona que no quiere ver/reconocer su parte
oscura? O, por el contrario, ¿soy muy consciente de mis zonas oscuras y las he
integrado (o intento hacerlo)?.
Sobre esto, discutí largo y tendido con mi hermano. Un debate
que fue muy interesante y enriquecedor pero sobre el que no había manera de que
nos pusiéramos de acuerdo.
Y eso me acabó llevando a otra conclusión, en este caso, a
nivel espiritual. Entre una y otra versión mental discurre una historia mucho
más importante. Una historia que es igual en ambos casos. Una historia que
cuenta el viaje iniciático de Pi. En ella, no importa si va solo o va con un
tigre. En ella, eso no son más que juegos mentales que nos acaban distrayendo
de lo que verdaderamente importa.
Importa que Pi recibe un nombre lleno de simbolismo (número
sagrado que expresa la relación entre la unidad y la multiplicidad). Importa
que Pi, ya desde niño, busca a Dios por varias vías (Hinduismo, Cristianismo,
Islam). Importa que Pi lucha por su supervivencia hasta que, abatido y
desesperado, lleno de dudas y sin fe, grita en medio de una tormenta: “He
perdido a mi familia, me lo has quitado todo, ¿qué más quieres de mi?” Y,
finalmente, importa –y, en mi opinión, este el momento cumbre de la película-
que Pi se da cuenta de que va a morir y abandona la lucha. Se rinde y, al
rendirse, recupera la fe: “Dios, gracias por haberme dado la vida. Estoy
preparado.”
Llega así al final de su viaje iniciático. Abandona la lucha,
se pone en manos de Dios. “Hágase Tu Voluntad”. Pi ha cruzado el umbral. Ya no
existe el miedo. Ya no hay duda. Tan solo entrega. Tan solo Amor.
Y este es, en mi opinión, el mensaje de La vida de Pi: los juegos mentales, pertenecientes
a la realidad material, pueden ser interesantes y pueden ayudarte a conocerte a ti mismo, a descubrir tus luces y tus sombras y a evolucionar, pero pueden también llegar a atraparte y a bloquearte. No te dejes inmovilizar por ellos. Pon tu atención en lo que verdaderamente importa. Pon tu atención en
el aquí, en el ahora, en la aceptación, en la entrega. En el Amor.
jueves, 21 de marzo de 2013
Día mundial de la poesía - ¿Por qué cantamos?
(Imagen de google)
¿Por qué cantamos?
Si cada hora viene
con su muerte
si el tiempo es una
cueva de ladrones
los aires ya no son
los buenos aires
la vida es nada más
que un blanco móvil
usted preguntará por
qué cantamos
si nuestros bravos
quedan sin abrazo
la patria se nos
muere de tristeza
y el corazón del
hombre se hace añicos
antes aún que explote
la vergüenza
usted preguntará por
qué cantamos
si estamos lejos como
un horizonte
si allá quedaron
árboles y cielo
si cada noche es
siempre alguna ausencia
y cada despertar un
desencuentro
usted preguntará por
qué cantamos
cantamos porque el
río está sonando
y cuando suena el río
/ suena el río
cantamos porque el
cruel no tiene nombre
y en cambio tiene
nombre su destino
cantamos por el niño
y porque todo
y porque algún futuro
y porque el pueblo
cantamos porque los
sobrevivientes
y nuestros muertos
quieren que cantemos
cantamos porque el
grito no es bastante
y no es bastante el
llanto ni la bronca
cantamos porque
creemos en la gente
y porque venceremos
la derrota
cantamos porque el
sol nos reconoce
y porque el campo
huele a primavera
y porque en este
tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene
su respuesta
cantamos porque
llueve sobre el surco
y somos militantes de
la vida
y porque no podemos
ni queremos
dejar que la canción
se haga ceniza.
(Mario Benedetti)
miércoles, 20 de marzo de 2013
Oda al día feliz
(Imagen: André Arment)
Oda al día feliz
Esta vez
dejadme
ser
feliz,
nada
ha pasado a nadie,
no
estoy en parte alguna,
sucede
solamente
que
soy feliz
por
los cuatro costados
del
corazón, andando,
durmiendo
o escribiendo.
Qué
voy a hacerle, soy feliz.
Soy
más innumerable
que
el pasto
en
las praderas,
siento
la piel como un árbol rugoso
y el
agua abajo,
los
pájaros arriba,
el
mar como un anillo
en
mi cintura,
hecha
de pan y piedra la tierra
el
aire canta como una guitarra.
Tú a
mi lado en la arena
eres
arena,
tú
cantas y eres canto,
el
mundo
es
hoy mi alma,
canto
y arena,
el
mundo
es
hoy tu boca,
dejadme
en
tu boca y en la arena
ser
feliz,
ser
feliz porque si, porque respiro
y
porque tú respiras,
ser
feliz porque toco
tu
rodilla
y es
como si tocara
la
piel azul del cielo
y su
frescura.
Hoy
dejadme
a mí
solo
ser
feliz,
con
todos o sin todos,
ser
feliz
con
el pasto
y la
arena,
ser
feliz
con
el aire y la tierra,
ser
feliz,
contigo,
con tu boca,
ser feliz.
(Pablo Neruda)
lunes, 18 de marzo de 2013
El don de la estrella
(Imagen de garreyf)
EL
DON DE LA ESTRELLA - Por Og Mandino
Nada
ni nadie puede dañarte, sólo tú mismo.
Sé celoso
de tu tiempo, porque es tu mayor tesoro.
Todos
los grandes éxitos resultan de compartir,
amar
y saber perseverar pensando en las metas.
Nunca culpes a los demás por tu
situación;
eres lo que eres por decisión tuya.
Vive
todos los días como si fuera el primer día de tu vida
y
trata con ternura a los que te rodean.
Ama
a todos, incluso a los que te repudian,
el
odio no te lo debes permitir.
Aprende
que el que da con una mano,
posiblemente
recogerá con las dos.
Recuerda
que se necesita muy poco para llevar una vida feliz.
Mira
hacia arriba. Camina siempre hacia adelante.
Aférrate
a la vida con sencillez y recorre en silencio
tu
sendero hacia la eternidad, con caridad y una sonrisa.
Todos
tenemos el poder y la facultad de elegir,
nosotros
somos capaces de gobernar nuestro propio destino
mediante
nuestras decisiones: todo está en nuestras manos.
Da
algo de ti cada día al mundo en que vives
y tu
vida estará llena de armonía, satisfacción y amor.
No
es necesario que seas famoso o un genio para cumplir
tu
propio destino, todo lo que tienes que hacer
es
utilizar tus facultades lo mejor que puedas.
Si
eres hábil con el martillo, “construye”;
Si
eres feliz sobre las aguas, “pesca”;
Si
la pluma es tu vocación ¡escribe!
Ahí
donde tus fortalezas se ocultan,
aliméntalas
con disciplina y esfuerzo,
pues
la recompensa es convertirse
en
un ser inmensamente feliz.
El
ser feliz no es un don que se les ha dado solo algunos,
es
una heredad que se nos ha brindado a todos,
sólo
tienes que hacerla valer.