"Defender la alegría como un principio... defender la alegría como una bandera... defender la alegría como un destino... defender la alegría como una certeza... defender la alegría como un derecho" (Mario Benedetti)
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domingo, 30 de octubre de 2011
Las afirmaciones de Jessica
lunes, 24 de octubre de 2011
¡¡Para!!
lunes, 17 de octubre de 2011
Y tú, ¿eres un Miguelito?
- Pues aquí estoy esperando algo de la vida
- No entiendo, Miguelito, ¿qué quiere decir eso de que vas a quedarte ahí sentado esperando algo de la vida?
- Pues eso: que voy a quedarme aquí sentado esperando que la vida me de algo.
- ¿Y no será que el mundo está lleno de Miguelitos y por eso anda como anda?"
Después de leer esta viñeta de Mafalda, me pregunté cómo sería, 25 años después, la vida de Miguelito, ¿sería un hombre feliz, maduro, que se responsabilizaba de sus actos y que luchaba por las cosas que consideraba justas? O, ¿más bien, sería una persona infeliz y resentida porque la vida no es como pensó que sería y no le dio lo que le creía merecer?
Creo que, para ser feliz, tienes que poner de tu parte. En algunos momentos muuuucho, en otros momentos menos.
Y, ¿cómo empezar?, ¿cuándo?
Aquí y ahora. Por ejemplo, con una sonrisa.
lunes, 10 de octubre de 2011
Tengo un sueño
La otra tarde, tras la presentación del libro, mi amiga Eva me envió un mensaje que terminaba diciendo: “Sigue soñando, Elena, porque -ya ves- a veces los sueños se hacen realidad”.
“Lo peor no es tener miedo a vivir, lo peor es tener miedo a soñar”, le dije a un amigo hace unos días. Y es que yo no quiero vivir una vida sin sueños. No quiero creer que, como dice la RAE, un sueño es una “cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse”. Algunos sueños se hacen realidad (de hecho, creo que lo que llamamos “realidad” no es más que un sueño que sueñan muchos...). Y, todavía más importante, algunos sueños cambian el curso de una vida, el curso de la historia incluso. “Tengo un sueño”, dijo Martin Luther King antes de transformar para siempre los derechos civiles en los Estados Unidos.
¿Qué pasaría si todos nos pusiéramos de acuerdo para soñar un mundo más justo?
Tener sueños es tener alas. Los sueños te guían, te animan a seguir adelante, te iluminan el camino. ¿Hacia dónde caminarías si no tuvieras un sueño?
Tengo un sueño, sí. Y puede que se haga realidad o puede que no. Pero mi corazón está lleno de esperanza, mis manos están llenas energía y mis labios están llenos –LLENOS- de sonrisas.
lunes, 3 de octubre de 2011
Y el corazón sigue creciendo...
Resulta que… un día…. naces. Y te regalan un cuerpo. Con sus ojos, sus manos, sus pies, sus pulmones, sus orejas….y…. su corazón. Es un corazón pequeñito. Tanto como tu cuerpo. Pero es suficiente porque, en ese primer momento, sólo existen dos personas a las que quieres querer: mamá y papá.
Pronto empiezan a aparecer hermanos, primos, tíos, abuelos y, sin ser realmente consciente, tu corazón se va ensanchando. Comienzas a darte cuenta de que –es curioso- hay espacio para todos.
Después vas al colegio y añades uno o dos amigos. Tres y cuatro. Hasta cinco, seis o diez. Y el corazón crece y crece.
Tu círculo de amistades se amplía. Comienzas a trabajar y –con suerte (yo la he tenido)- encuentras gente estupenda. Te apuntas a diferentes actividades, viajas, caminas, experimentas. Y el corazón sigue creciendo…
Y resulta que… otro día… presentas un libro. Y… todas esas personas maravillosas con las que te cruzaste en el camino, deciden estar a tu lado. Y te sientes acompañada, afortunada, sumamente feliz. Y comprendes, al fin, que el corazón es un músculo mágico porque cuanto más lo utilizas más crece, cuanto más amas más se ensancha.
Y resulta que… un día…. te despiertas y ya no tienes miedo de amar. Porque has descubierto que cuanto más grande es tu corazón, más profunda es tu mirada, más alegre es tu sonrisa, más luminosa es tu vida.