La otra tarde iba conduciendo por la autopista. Me habían dado una mala noticia y, en algún momento, noté que se me llenaban los ojos de lágrimas. Me sentía un poco triste. Era esa hora de la tarde en la que el sol empieza a descender aunque todavía brilla. De pronto, giré la cabeza y pude ver el reflejo de sus rayos en las hojas de los árboles y cómo éstas se movían acompañando al viento. La belleza de esta imagen me impactó. Tanto que se me borraron las lágrimas. Tanto que se me esfumó la tristeza.
Y resultó que se trataba sólo de eso, de girar la cabeza, de mirar hacia el lado bonito de la vida.
Unos días después, estaba recorriendo el camino inverso. Esta vez iba con una amiga. La autopista por la que conducíamos iba bordeando el mar en algunos tramos y, en un momento dado, pasamos por delante de una enorme fábrica gris. Sus chimeneas lanzaban un humo horripilante y realmente daba bastante mal rollo. Pero, detrás… azul, brillante, inmenso, precioso… estaba el mar.
Era evidente que no podíamos dejar de ver la fábrica, era evidente que estaba ahí, que era sucia y que era fea. Pero podíamos decidir mirar el mar.
Y ésta es la buena noticia de la semana: siempre puedes elegir. Puedes elegir hacer de tu vida un drama o puedes elegir sonreír. Puedes elegir quejarte o puedes elegir cantar. Puedes elegir caminar -como decía la gran Billie Holiday- por el lado soleado de la calle o puedes elegir caminar entre las sombras. No se trata de negar que las sombras existan, se trata –sencillamente- de no hacer de ellas tu bandera.
Y resultó que se trataba sólo de eso, de girar la cabeza, de mirar hacia el lado bonito de la vida.
Unos días después, estaba recorriendo el camino inverso. Esta vez iba con una amiga. La autopista por la que conducíamos iba bordeando el mar en algunos tramos y, en un momento dado, pasamos por delante de una enorme fábrica gris. Sus chimeneas lanzaban un humo horripilante y realmente daba bastante mal rollo. Pero, detrás… azul, brillante, inmenso, precioso… estaba el mar.
Era evidente que no podíamos dejar de ver la fábrica, era evidente que estaba ahí, que era sucia y que era fea. Pero podíamos decidir mirar el mar.
Y ésta es la buena noticia de la semana: siempre puedes elegir. Puedes elegir hacer de tu vida un drama o puedes elegir sonreír. Puedes elegir quejarte o puedes elegir cantar. Puedes elegir caminar -como decía la gran Billie Holiday- por el lado soleado de la calle o puedes elegir caminar entre las sombras. No se trata de negar que las sombras existan, se trata –sencillamente- de no hacer de ellas tu bandera.
Exactamente... caminemos bajo el sol, entonces.
ResponderEliminarUn beso y feliz semana, guapa.
Nunca digo nada, pero te sigo porque me encanta. No te conozco pero debes ser un sol. Buen verano.
ResponderEliminarQue bonito saber de tu blog. Y es que ademas de bonito, a veces me quedo estupefacta porque hay mucha verdad en lo que dices...
ResponderEliminarUn abrazo enorme desde USA!
Y una sonrisa tremenda **
Y yo también creo que es importante integrar todas las piezas del rompecabezas: reconocer que también existe en nosotros la tristeza, el desamparo; para así darle paso a la esperanza, al amor.
ResponderEliminarCuando aprendamos a no tenerle miedo a todo ese proceso de conocerlos realmente, entonces llevar la alegría como bandera será mil veces más fácil :)
¡Mucha luz, bella!
Igualmente, CMQ, feliz semana y un beso gordo!
ResponderEliminarHola Nieves, pues muchísimas gracias, te agradezco mucho el comentario y tus palabras. Me alegra que te guste el blog... Y te deseo un super buen verano también. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarHola Bruna, bienvenida y muchísimas gracias por tus palabras. Me alegra que te haya gustado el blog. Desde USA!!! Qué bueno!!! Un abrazo bien grande para ti también.
ResponderEliminarLa cosa es esa, creo, ir integrando los pedazos para hacer de ti un ser humano completo... ufff, suena bien, ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo gigante, querida siberiana!!!
Yo elijo ser feliz.
ResponderEliminarBuena elección, No decir! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por crear este blog, sabía que alguien habría tenido que crearlo ya en un mundo tan enfermo como el nuestro. Gracias y más gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, Anónimo. Saludos!
ResponderEliminarLo bueno es que cuando te permites sentir tristeza, ya no la sientes tanto, ya no te domina. A veces hay que mirar la tristeza y comprenderla.
ResponderEliminarEso te permite sentir paz para mirar hacia otro lado.
Un abrazo
Sí, tal vez se trate de sentirla y dejarla pasar, no "engancharse" a ella. Un abrazo, Sternn
ResponderEliminarTe encuentro optimista. Hoy yo no lo estoy tanto.
ResponderEliminarBesos de Princesa
Pues muchos ánimos, princesa... Un abrazo.
ResponderEliminarEsa es la hora que más me gusta del día, cuando baja el sol y las tonalidades amarillentas o anaranjadas se reflejan en la vida.
ResponderEliminarBeso
A mí también me gusta, es una hora que todo parece estar en paz, en su sitio, tranquilo...
ResponderEliminarBeso gordo, Loto!!
kiubo pues es muy cierto yo escogo el camino soleado o de dios y la virgen y de luz pues que esto significa el exito en la vida y la muerte pero sin decir que de el camino oscuro o gris no se aprende por que se aprende se aprende hacer perfectos en las diferencias y en las cosas iguales,chao
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