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martes, 25 de agosto de 2009

Historias cercanas IV

http://www.goear.com/listen/e2f14be/oh-my-love-john-lennon

Maravillosa "Oh my love" de John Lennon,
dedicada a mi amiga M.,
para que nunca deje de brillarle la mirada...

Me gusta contar historias cercanas, porque están tan cerquita que me tocan profundamente el corazón. Hoy quiero hablar de mi amiga M. Mi amiga M. tiene alrededor de 60 años. Trabaja en el mercado. Sus hijos son mayores y hace mucho mucho que se separó. Mi amiga M. no ha tenido pareja desde entonces. Es una mujer divertida, estupenda y muy pero que muy potente.

Este verano mi amiga M. se ha ido a pasar una semana de vacaciones a una isla. Y, allí, ha conocido a un hombre. "Un hombre que me escucha", me dijo. Un hombre que no sólo la ha escuchado sino que también la ha cuidado y la ha valorado. Un hombre que la ha llevado a ver el amanecer en la playa, y le ha servido cava en copas de cristal. Un hombre que le ha hecho reír y que le ha respetado sus momentos, tanto los de soledad como los de compañía. Un hombre que le ha regalado una ilusión.

Mi amiga M. ha regresado nueva a Barcelona. Y le salen chispitas de los ojos. Y me cuenta que él la llama casi cada día y que ya han hecho planes para que venga un fin de semana a verla. Mi amiga M. está preciosa. Y, de verdad, le salen chispitas de los ojos.

Y, a mí, me hace muy feliz verla tan feliz. Y me hace muy feliz poder contarlo. Porque, a veces, parece que la vida se nos acabe a cierta edad. Y me alegra saber que no es verdad. Que la vida está llena de sorpresas, que siempre hay tiempo para ilusionarse, y que, cuando menos te lo esperas, tus sueños se hacen realidad (y que conste que no hablo, solamente, del amor). Mi amiga M. está viviendo un sueño que ni siquiera se atrevió a soñar. Mañana te puede pasar también a ti. Así que... abre bien los ojos. Y abre también, de par en par, tu corazón.

jueves, 20 de agosto de 2009

Vivir con dignidad

Bebés en un orfanato de Dakar (Senegal)
Sunita, una madre cuyo hijo fue robado para darlo en adopción (Nepal)
Lhamo, una chica tibetana que tuvo que huir de su país por sus creencias religiosas y hoy vive refugiada en Dharamsala (India)

Leo en la revista de Amnistía Internacional que cada vez hay más gente, de todos los rincones del mundo, que participa en su campaña "Exige dignidad", cada vez hay más personas que elevan su voz por los Derechos Humanos y por la dignidad de las personas. En la web, plantean una pregunta: ¿Qué significa para ti vivir con dignidad?

La Declaración Universal de Derechos Humanos lo dice bien claro: todos los seres humanos somos libres e iguales y tenemos derecho a la seguridad, a la protección, a la propiedad, a la libertad de pensamiento y de reunión, al trabajo, a la educación, a un nivel de vida adecuado para asegurarnos la alimentación, el vestido, la vivienda, la atención médica...

Ya todos sabemos que los Derechos Humanos se incumplen en todos los rincones del mundo. ¿Hay algo que podamos hacer para cambiar las cosas?

He viajado por muchos lugares. Y he conocido a niños con la barriga hinchada por el hambre, a mujeres a las que les han robado a sus hijos para darlos en adopción, a niños que han sido abandonados en las calles y que no reciben educación ni atención médica ni siquiera una sola caricia, a personas que han sido torturadas por dar su opinión, a gente que no se le permite sonreír por haber elegido una opción diferente.

He vivido muchas vidas. Y he aprendido muchas cosas. Y estoy cansada de no hacer nada. Porque hoy sé que si no hago algo para cambiar las cosas, estoy manteniendo el statu quo. Si veo lo que sucede y miro hacia otro lado, soy igual de responsable. Pero, ¿qué puedo hacer?

Hoy no tengo una buena noticia, hoy tengo una pregunta, ¿qué puedo hacer? ¿Alguien puede ayudarme?

viernes, 14 de agosto de 2009

Equivocarse

Amanecer en Creta
(¿Te imaginas que, un día,
el sol no saliera, por temor a equivocarse?)

Hay palabras que parecen malditas. "Equivocarse" es una de ellas. Según la RAE, equivocarse significa "tener o tomar algo por otra cosa, juzgando u obrando desacertadamente". Pero, ¿es eso cierto? ¿Equivocarse es no acertar? ¿Qué es, realmente, equivocarse?

Y me lo pregunto porque yo me he equivocado cientos (o miles) de veces. Y, en muchas ocasiones, eso me ha llevado, al final, a elegir el camino correcto. Así pues, no creo que las equivocaciones sean siempre malas o desacertadas. Aunque he decidido tratar de pensar -al menos, un poco- antes de actuar, la verdad es que soy de naturaleza impulsiva y, a menudo, actúo por instinto más que por verdadero conocimiento. Y eso me ha llevado a equivocarme, sí. Pero mis equivocaciones me han acabado acercando a lugares maravillosos que, tal vez, no me estaban destinados pero que, gracias a mis tropiezos, me fueron regalados.
Nunca podemos saber si algo que al principio parece una equivocación lo es realmente. De hecho, intuyo que no existen las equivocaciones, que son solamente una manera de inculcarnos el miedo a actuar. Si tienes miedo a equivocarte, a menudo, no actúas. Y ese es, al final, para mí, el mayor error: no actuar por miedo a equivocarse.

La Buena Noticia es que no pasa nada, que puedes equivocarte. Que equivocarse forma parte del proceso maravilloso de aprender, de vivir, de crecer. Destierra, pues, el miedo. Nadie dejará de quererte por que te hayas equivocado, no se te cerrarán caminos, no se te impondrán destierros. Equivócate. Equivócate, aprende de ello, reestructúrate y, después… sigue adelante.

"No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar.
Se equivoca el agua que, por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta;
se equivoca la que, por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida.
No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo; se equivoca aquél que por temor a caerse renuncia a volar por la seguridad del nido.
No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca aquél que por temor a equivocarse nunca acciona.
Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan que ser hombre es buscarse a sí mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.
Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres,
sino por aquello que hayas buscado honestamente.
El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte,
te equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivos.
"
Rabindranath Tagore

miércoles, 5 de agosto de 2009

La belleza

Creta
(esta foto va dedicada a mi amiga siberiana)

Tengo una mancha en mi piel. Hace muchos años, cuando era adolescente, mi mancha suponía un problema. Hoy ya no lo es. Sin embargo, descubrí que Inés también tiene una mancha. Y para que, cuando creciera, no se sintiera acomplejada, se me ocurrió decirle que la mancha era una isla. Una isla que guardaba un gran tesoro. Le mostré la mía, tan grande que había formado un archipiélago. Le dije que, un día, viajaríamos juntas para encontrar el tesoro que esconden nuestras islas.

He contado esto porque el otro día me sucedió algo que me descolocó. Hace muchos años que ya no escondo mi mancha pero, por primera vez en mi vida, alguien la señaló y me dijo: "Qué bonita mancha tienes en el brazo. Te hace única y diferente". Si no fuera por que la persona que me lo dijo merece todos mis respetos, hubiera pensado que me estaba tomando el pelo. Sin embargo, no era así.

Y, de esta manera tan sencilla, descubrí que la belleza no está en mí sino en los ojos de la persona que me mira. Y, mira por dónde, el descubrimiento supuso una liberación.

La vida va poniendo semillitas de sabiduría en el camino. Y de nosotros depende cogerlas o desecharlas. Hace muchos años también, mis pasos me llevaron a un lugar maravilloso. Al llegar dije: "Estoy en el paraíso". Por suerte, cerca había un sabio, dispuesto a regalarme otro rayito de sabiduría: "Elena, si puedes ver el paraíso, es que lo llevas dentro de ti".

Ahora lo he comprendido. Y sé lo que debo hacer. Voy a limpiar bien mis ojos y mi corazón. Porque quiero ver bien clara la belleza. En todos mis días. En todas las personas con las que me cruzo. En todos los instantes que me sean regalados.